Elecciones 2009

Randazzo y el PJ de Chivilcoy, una historia peronista

Néstor Kirchner viajó a la ciudad natal del ministro del Interior, donde se creó como político. Un típico recorrido peronista que lo llevó a ser el "menemista" de la cuarta sección, luego en la mano derecha de Felipe Sola, hasta convertirse en el hombre de confianza de Néstor Kirchner.
Con un amplio operativo blindaje, Néstor Kirchner puso pie hoy en Chivilcoy, un espacio caldeado para el kirchnerismo por el perfil agropecuario de esa localidad bonaerense y donde nació como político el ministro del Interior Florencio Randazzo, en una historia plagada de dobleces y apuestas exitosas que lo catapultaron a la cúpula política pasando por varios cargos legislativos y ejecutivos y con alineamientos políticos tan dispares como el menemismo o el felipismo hasta acabar en el ultra kirchnerismo.

El hombre que vio en Randazzo un buen partido para la política fue Carlos Francisco Dellepiane, un histórico intendente de Chivilcoy que ya mostraba atributos similares a los de su discípulo: la mutación. En es alínea de ductilidades, tras una temporada de alineamiento total con el entonces poderoso Alberto Pierri, acabó llegando al Congreso Nacional en la lista del ex represor Luís Patti.

El “Pato” Dellepiane llevó a un joven Randazzo como primer candidato a concejal en las primeras elecciones de los noventa, donde hizo una pésima elección. Mientras el intendente acostumbraba ganar por amplios porcentajes sus reelecciones, el hoy ministro apenas si logró un ajustado triunfo por una diferencia de votos contados con los dedos de una mano.

Pese a esta baja performance electoral, el joven edil demostró que tenía garra pàra el oficio. Randazzo crecía y se erigía como un concejal fuerte de Chivilcoy y un hombre importante de la cuarta sección, mientras que a Dellepiane las cosas comenzaron a complicársele. Inmediatamente, Randazzo se alejó de su mentor, en un hecho que este nunca le perdonó -exagerado como todo peronista- y que tomó como una traición casi personal.

De vereda en vereda

La cuarta sección, que tiene a Chivilcoy como la segunda ciudad en importancia –la primera es Junín- vivió en estos años una histórica pelea por el control del peronismo. Los protagonistas eran Jesús Abel Blanco, ex intendente de 9 de Julio –fallecido el año pasado- y el actual mandatario de General Villegas, Gilberto Alegre.

El sector ampliamente mayoritario era el de Blanco. Randazzo, en esta puja polarizada, comenzó un juego unipersonal enfrentando directamente a Blanco. Eso lo acercó un poco a Alegre, a quien finalmente –según fuentes locales- “también terminó traicionando”.

Lo que critican, es que tanto lo enfrentó a Blanco que terminó saliéndole el tiro por la culata. Ya en sus últimos años de gestión y con la vejez muy avanzada, Blanco fue por su reelección en 9 de Julio. Randazzo le “inventó” una lista colectora para disputarle votos. El resultado fue un impensado triunfo radical en manos de Walter Battistella, quien recientemente fue escrachado por sus coterráneos. Así, el ministro del Interior hizo perder al peronismo un distrito donde siempre se mantuvo el poder en manos de un hombre de conducta intachable como Blanco, según sus compañeros de esa época.

Rol legislativo

Pero ese crecimiento en la cuarta sección lo depositó en la Legislatura provincial, donde rápidamente se posicionó como el hombre de las finanzas del entonces titular del cuerpo, Osvaldo Mércuri. En esas épocas de apogeo duhaldista a Randazzo lo ninguneaban como "el menemista de la cuarta”.

Allí, detallaron a La Política Online fuentes provinciales, Randazzo vivió épocas de interesante éxito patrimonial –“fue diputado 8 años y el presupuesto de la Legislatura era en esa época la verdadera caja política del PJ bonaerense”, buscaron especificar- y mutó en felipista.

Fue, durante la gobernación de Felipe Solá, un funcionario de extrema confianza, jefe de Gabinete y defensor a ultranza de la gestión, y el más “antiduhaldista” de todos, en un nuevo y oportuno giro.

Años en los que también tejió buenos nexos en la estructura empresaria y porteña. De ese espacio sacó a Juan de Diós Cincunegui –un randazzista a ultranza hoy designado en el directorio de Aerolíneas Argentinas- y su actual subsecretario, Marcio Barbosa, un hombre de familia tradicional porteña de instrucción en la Universidad Católica Argentina (UCA).

La explosión del conflicto con el campo lo tuvo mucho tiempo alejado de su tierra. Allí impulsó al actual intendente, Ariel Franetovich, pero nunca pudo ganarse el pleno cariño del pueblo. “Florencio sigue siendo un hombre resistido en Chivilcoy, aunque invirtió esfuerzos en revertir esa percepción. Consiguió obras y otros beneficios para la Ciudad y logró un poco de reconocimiento en los más viejitos, pero no mucho más”, afirmó a La Política Online una fuente del PJ bonaerense que lo conoce hace años.