Brito, el banquero y lobbysta K que opera millones de la Anses

Las reuniones secretas de Biolcati y De Vido negociadas por el dueño de Banco Macro y operador inmobiliario desnudaron la estrecha relación que lo une a Néstor Kirchner. Así, y según datos oficiales, sus bancos se quedaron en la segunda licitación con casi 46 millones de la línea de créditos para PyMes del gobierno, financiada con fondos de la seguridad social. Se podrían sumar los de créditos para autos 0km.
De Jorge Brito se pueden decir muchas cosas, pero una donde lejos se estaría del error en que es un hombre que sabe acomodarse a las circunstancias. Así, el dueño del poderoso Banco Macro pasó de ser el banco de la Coordinadora en los ochenta y del menemismo (Yoma fue su principal cliente) en los noventa a erigirse como el “banco oficial” de la era Kirchner.

Aunque su relación con la Casa Rosada comenzó hace algunos años, la frutilla del postre llegó la semana pasada. Fue cuando el gobierno “traicionó” la palabra que le había dado de Hugo Biolcati, titular de la Sociedad Rural, e hizo público sus reuniones con el ministro de Planificación, Julio De Vido. Con esa información, trascendió que el lobbysta del gobierno que gestionó ese encuentro fue el propio Brito.

Según contó Carlos Pagni es su habitual columna para La Nación, fue Néstor Kirchner el que había autorizado una gestión reservada de Julio De Vido para una negociación con la dirigencia rural. Ahí surgió el nombre de Brito. La misma estrategia había fracasado el año pasado, cuando se quiso aplicar al conflicto por las retenciones móviles.

“La misión inicial se le encomendó a Jorge Brito, el presidente de Adeba. También aquí se repite la historia: Brito intentó, en lo peor de la guerra del año pasado, mediar con Luciano Miguens, que presidía la Sociedad Rural (Bruno Quintana ofreció los salones del Jockey para los encuentros)”, contó el periodista.

Cajero oficial

Su llegada directa al poder le sirvió a Brito para hacerse con buenos negocios. Así, con el lanzamiento de créditos oficiales con los millones que pasó a controlar la Anses tras la eliminación de las AFJP, el Banco Macro se transformó en uno de los principales beneficiarios de esos planes.

Según datos publicados en la página oficial de la Anses, entre lo recogido por el Macro y el Banco Bisel –también propiedad de Brito- pasará a administrar 45.571.428 pesos destinados a créditos para PyMES, en la segunda licitación, del 22 de diciembre de 2008. Así, se quedó con más del 10 por ciento del monto total adjudicado, que fue de 400 millones de pesos.

El grupo Macro tiene intereses en diversas provincias: Tucumán, Salta, Jujuy y Misiones, donde funciona como agente financiero. También es dueño del Banco Bisel y se quedó con el Suquía, en ambos casos luego de la deserción del grupo francés Crédit Agricole.

La información, sugestivamente, afirma que su ambición era más grande: había solicitado 100 millones. Pero se tuvo que conformar con menos de la mitad. Lo mismo los otros bancos beneficiados. Entre todos, se repartieron los 400 millones aunque habían solicitado 1.417 millones -ver archivo "Los montos requeridos por los bancos"-.

A esto resta agregar lo que pudo haber obtenido en el primer lanzamiento de líneas de créditos para autos 0km, que se hizo una semana antes que el de PyMES y llegó al orden de los 600 millones de pesos, no publicado en la página de la entidad que comando Amado Boudou. En ese caso, la demanda de los bancos llegó a superar los 1.600 millones de pesos.

Pero la relación entre Brito y Kirchner empezó hace ya varios años y no de la mejor manera.

De la bronca al abrazo

El primer mensaje que envió Néstor Kirchner a Jorge Brito fue amenazador. Según fuentes consultadas por La Política Online, esto fue cuando, recién electo –por así decirlo- presidente, el santacruceño fue al programa de Mirtha Legrand. Desde allí, y mirando fijo a cámara, habló de “algunos banqueros pícaros” que hacen negocios en el país. En el entorno de Brito, sabían que el mensaje lo tenía como blanco.

Puntualmente, la frase de Kirchner fue: “Yo conozco al grupito que ha hecho operaciones que no corresponden: algunos de ellos manejan bancos que fueron privatizados en las provincias”. Kirchner miró a cámara y remató: “Yo los conozco, ¿eh?”.

Sin embargo, al poco tiempo la cosa cambió radicalmente. “Desde la banca privada nacional estamos convencidos de que todos los argentinos debemos acompañar al presidente Néstor Kirchner, porque en ese camino y en esa oportunidad histórica está en juego el destino del país", sostuvo Brito en la visita del ministro de Economía, Roberto Lavagna, a la sede de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA), el viernes 20 de junio de 2003, a sólo 26 días de la llegada de Kirchner en el poder. Qué pasó en esos escasos días, es un misterio que hasta hoy perdura.

En una entrevista de 2007 con Perfil, el empresario dijo que esa podría ser el modus operandi del ex presidente para acercarse a quienes quiere tener cerca. “Kirchner primero pega, después negocia. Es difícil que cambie si así le fue bien”, explicó con tranquilidad.

Pero la simpatía kirchnerista le llegó luego de que liderara un anuncio de créditos por $500 millones para el financiamiento de obras públicas. Brito mantiene una excelente relación personal con Julio de Vido y, ahora también, con Sergio Massa.

Tras eso, Brito fue un habitué en cada acto presidencial. Incluso, fue ladero de Cristina Kirchner en su trascendental viaje de septiembre pasado a Nueva York. En octubre de 2007, también había sido el lobbysta de Kirchner. Esa vez, fue en un acuerdo del gobierno con los bancos para bajar las tasas.

Su cercanía al ex mandatario llegó hasta su mayor pasión. Es que en la debacle financiera de Racing Club, el club que hace sufrir a Kirchner, llevó a su amigo Brito y al Banco Macro con sus millones. Así, el banco se transformó en el principal sponsor de la Academia.

Lo único en lo que siempre insistió Brito fue en su descaro para atacar al inefable Guillermo Moreno. “Que (en el Gobierno) tengan a un señor que fracasó en todas las regulaciones que ha hecho, como el secretario de Comercio Interior, lo único que hace es generar malhumor en el empresariado”, disparó en un reportaje concedido al diario La Gaceta, de Tucumán, que generó gran revuelo en varios funcionarios kirchneristas.