Cristina reglamentó la Ley de Bosques y culpó al campo por el desmonte

Finalmente, anunció la reglamentación de la ley que fue sancionada hace 76 días. Tras el drama de Tartagal, una representante de Greenpeace detalló a LPO cómo el desmonte indiscriminado por falta de normativas provocó el alud que arrasó con la ciudad. Pero la Presidenta se desligó del desastre y señaló al agro: "La desaparición de la forestación nativa tiene que ver con el avance de la frontera agrícola-ganadera.
Cristina Kirchner, finalmente anunció la reglamentación de la Ley de Bosques y culpó al agro por el desmonte. “La desaparición de la forestación nativa tiene que ver con el avance de la frontera agrícola-ganadera. Por eso, hay que encontrar un equilibrio entre el desarrollo de la producción y la protección de la ecología”.

Una especialista de Greenpeace detalló hace días a La Política Online la influencia del grosero desmonte salteño en el violento alud que devastó la localidad salteña de Tartagal. Tras esto, y 76 días después de sancionada en el Congreso, la presidenta reglamenta la ley que podría haber evitado que el desastre en el norte fuera tan grave.

Además, Cristina una inversión de “$159 millones para la construcción de viviendas y otros $103 millones para la asistencia directa en la compra de electrodomésticos y colchones”.

Qué dice la reglamentación

En sus aspectos fundamentales, el decreto de reglamentación otorga financiamiento a las provincias para concretar el mapeo de las áreas forestales y simplifica el procedimiento para la aprobación de sus planes de manejo, además de brindarles soporte técnico para su ejecución. Esto es clave en Salta ya que, como denunció este medio, el gobernador Juan Manuel Urtubey desestimó el mapeo realizado por técnicos y especialistas y especulaba con la posibilidad de ampliar las zonas para el desmonte.

La norma fijaba un año de plazo para que las provincias concretaran el ordenamiento territorial que categorizara las áreas forestales según su valor de conservación. Las demoras en el mapeo y, sobre todo, la falta de reglamentación, fueron criticadas desde diversas organizaciones ambientalistas, de campesinos e indígenas. Las quejas se hicieron más notorias esta semana, después del alud en Tartagal, adjudicado por esas mismas entidades a los desmontes y la tala.

El Gobierno niega su responsabilidad

Sin embargo, hoy a la mañana el Gobierno salió a negar que la reglamentación de la Ley de Bosques tenga que ver con el alud de Tartagal. En ese sentido, el secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Homero Bibiloni, sostuvo que la concreción de la norma tiene que ver con “un proceso en el que se trabajó todo el verano y tuvo que pasar por todos los resortes del estado como la Secretaría Legal y Técnica y la Jefatura de Gabinete”.

El funcionario sostuvo que “más allá de lo que se diga en forma simplificada, la reglamentación no es una respuesta del Gobierno a la desgracia de Tartagal”.

En declaraciones a radio Millenium, La Red y Mitre, el secretario explicó que "desde enero habíamos puesto la fecha en la cual la Presidenta haría el anuncio" y señaló que si no se aprobó antes, es responsabilidad de su predecesora, Romina Picolotti, quien no ha podido hallar un sistema para consensuar los elementos de la ley".

Al referirse al alud de agua y barro que esta semana se produjo en la localidad de Salta, el secretario consideró que el desmonte "no es la causa eficiente y directa" de la tragedia, aunque reconoció que la tala de árboles "tiene un grado de incidencia".

"La desgracia en Tartagal no tiene causa eficiente en la deforestación de la zona, porque no hay deforestación en la alta y media cuenca, que es lo que podría haber incidido, sino que ha sucedido un fenómeno climatológico de una intensísima precipitación". "Lo que ocurre es que la tierra en la zona, ese suelo, es muy erosionable y aumentó el caudal del río por las lluvias en Bolivia", acotó.

Bibiloni, así, buscó replicar críticas de organizaciones ambientalistas, entre ellas Greenpeace, que días atrás habían informado que "sin la vegetación propia del lugar, la estructura de las laderas se vuelve cada vez más inestable y se acelera el escurrimiento superficial", lo que deriva en la falta de "retención de las crecidas" de ríos y cursos de agua.

A propósito del anuncio de la reglamentación de la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección de los Bosques Nativos, en Olivos, Bibiloni negó en diálogo con radio La Red que ello "en modo alguno pueda vincularse como una respuesta a la desgracia en Tartagal".