Secretos de los negocios petroleros que Cristina cerró con los rusos

De Vido acordó con el vicepresidente de Lukoil la instalación de tanques de almacenaje, la provisión fuel oil y gas oil para la generación de energía y el avance en materia nuclear, siempre en sociedad con Enarsa. Cómo avanzan las empresas que responde al Kremlin en la región, con intereses en Bolivia y Venezuela.
Recién hoy trascendieron cuáles son los negocios petroleros que Cristina Kirchner y Julio De Vido fueron a sellar con el gobierno y los grandes empresarios rusos que responden al Kremlin, radiografía similar de estructura de poder a la que articulan en Argentina la Casa Rosada con los Eskenazi, los Lázaro Báez y los Bulgheroni.

Fuentes del sector energético con acceso a los acuerdos sellados en tierras rusas confirmaron a La Política Online que, principalmente, el acuerdo con Lukoil gira sobre dos ejes: la instalación de tanques de almacenaje de combustibles y el suministro de fuel oil y gas oil para el sistema energético nacional. Ambos planes serían en sociedad con la estatal Enarsa y la compañía privada local Pobater.

Sobre los tanques, aún no trascendió la ubicación pero las primeras voces hablaban de un desarrollo en la zona cercana al Golfo de San Jorge, donde hoy opera principalmente la empresa aliada del kirchnerismo y principal exportadora de crudo argentino, Pan American Energy.

Sin embargo, luego se confirmó que el acuerdo implica inversiones en la ampliación de la capacidad instalada de almacenaje de combustibles que tiene hoy una planta a cargo de Pobater ubicada en cercanías de la ciudad bonaerense de Campana.

“Se pasará de los actuales 350 mil barriles a 750 mil barriles de capacidad, y el combustible -que la petrolera suministrará en principio por cinco años- se venderá a la Central Térmica Manuel Belgrano (para generar en época invernal en reemplazo del gas) o a cualquier refinería el resto del año", se explicó.

En cuanto a los combustibles, lo que critican es que la firma de este acuerdo vuelve a demorar un cambio urgente que el país requiere en su matriz energética. El más amplio porcentaje de energía argentina se genera con gas, gasoil y fuel oil, mientras que siguen demorándose los avances en energía nuclear y las obras en represas, como la principal Yacyretá, siguen bajo un halo de incógnita.

El convenio entre De Vido y el vicepresidente de la petrolera, Vladimir Nekrasov, se selló durante una reunión que tuvo lugar en el Hotel Metropol, de la capital rusa, en el marco de la visita oficial de la presidenta Cristina Kirchner a ese país. Ayer por la tarde, mantuvo también una reunión el ministro con directivos de la petrolera estatal de Rusia Rosneft, con la intención de avanzar en acuerdos para la exploración de hidrocarburos off shore.

Intereses regionales

Mientras los Estados Unidos mantienen sus ojos puestos en Medio Oriente, Rusia comenzó a prestar fuerte atención a la energía latinoamericana. Por eso, además de este avance estratégico en Argentina, mantiene trato directo con Venezuela –uno de sus principales aliados en el mundo- y, también, tiene intereses en Bolivia.

De Vido mantuvo contactos con su par ruso de Energía, y asistió a la firma de un convenio de cooperación en materia nuclear entre la CONEA de Argentina y la rusa Rosatom, afirman cables del ámbito local. Pero el negocio nuclear ruso en la región tuvo ya su primer avance en tierras de Hugo Chávez.

Según analistas energéticos que hablaron con La Política Online, cuando Chávez anunció que tenía pensado elaborar un plan para el desarrollo de tecnología nuclear pacífica firmó una serie de convenios que hoy siguen en pie. “Están instruyendo personal venezolano y próximamente podrían cerrar la compra de un reactor, adquirido con petrodólares”, adelantó la fuente.

Asimismo, las empresas petroleras rusas –las estatales y las privadas que operan bajo el control del Kremlin y el ojo filoso de Vladimir Putin- están desde hace algunos años desarrollando un trabajo fuerte en la siempre atractiva cuenca del Orinoco. “La mitad del armamento venezolano es ruso y hasta hacen ejercicios militares conjuntos” aclaró el analista para reflejar el nivel de cercanía de la relación entre Rusia y Venezuela.

Por el lado de Bolivia, aún no hicieron pie en ese mercado. En un momento, Gazprom había pedido la explotación de tres áreas bolivianas pero la idea nunca se tradujo en documentos. Seguramente, con el pie ancho que hicieron en Argentina luego de la visita presidencial y los acuerdos energéticos, la llegada de una comitiva de representantes petroleros rusos a la región será cuestión de meses, tal vez sólo días.

La duda instalada, es ver si Argentina apoyará o no el ingreso de Lukoil a Repsol-YPF, interés que venía en ascenso en los últimos días y que, desde aquí, reducen a un mero negocio entre Rusia y España.