Represión en El Chaco y Salta

Capitanich y Urtubey: El fracaso de la renovación K

Ambos llegaron como la sangre joven del gobierno y no dudaron en respaldar a los Kirchner incluso en los momentos más graves de la pelea con el campo y en contra de sus propios electores. Pero una gestión congelada y brutales medidas de represión ante el reclamo social los dejan hoy en una situación crítica.
El kirchnerismo no sólo presentó como una “renovación” en las elecciones de octubre de 2007 el triunfo de Cristina Kirchner, sino que la llegada de dos jóvenes promesas al carg de gobernador, como fueron los casos de Juan Manuel Urtubey en Salta y Jorge Capitanich en el Chaco.

Se trata de dos ex legisladores nacionales -el primer senador, el segundo diputado-, jóvenes, prolijos y peronistas, que fueron potenciados por la Casa Rosada como parte de una renoación política impulsada por Néstor Kirchner. De eso, hoy, queda poco y nada.

De perfiles peronistas, fieles y progresistas, ambos contaban en su espalda la entrada al poder por provenir de familias acomodadas en sus respectivos distritos y también los dos coincidieron en un punto cuando la cosa se le puso fea al gobierno en el conflicto con el campo. Fue un respaldo rotundo y ciego, que les costó apenas iniciado el mandato la desilusión de buena parte de su eectorado.

No hay más que recordar el discurso de Capitanich subiendose desaforado a las acusaciones de "golpismo" de Kirchner; y el más desangelado y anodino -casi de escuela primaria- que pronunció Urtubey en la celebración por el 25 de Mayo junto a la Presidenta, que se escapó a esa provincia para evitar la celebración en la reactiva Capital.

En este verdadero Rubicón que representó para el kirchnerismo la pelea con el campo, Capitanich fue el que tuvo que firmar el cheque más grande, ya que su provincia tracciona al ritmo de la producción agrícola, colocándose objetivamente contra los intereses de sus votantes.

A su vez, este alineamiento total, no les rindió los futos esperados, ante la debacle fiscal que afecta al gobierno. Las dos provincias se ven unidas en un preocupante vértice: el congelamiento de la obra pública. Desde su entrada al poder poco más se hizo además de anuncios que no se tradujeron en ladrillos.

Pero como si esto no fuera suficiente, su actuación en el poder también lastimó a la hora de abordar conflictos sociales, el perfil de supuesto progresismo que los llevó al poder. Cuando estallaron los conflictos, en el caso de Urtubey con los docentes, en el de Capitanich con los vendedores ambulantes, lo dejaron a un lado para calzarse un traje un poco más anticuado, ordenando violentas represiones.

Violencia chaqueña

Capitanich ya había apelado a patotas para desarticular protestas del campo -un método que Kirchner aplicó a sangre y fuego en sus épocas de Santa Cruz-.

Hoy sin mayor tacto, pareció regresar sobre esos métodos, cuando un grupo de empleados municipales comandados por el dirigente gremial Jacinto Sampayo protagonizó un brutal enfrentamiento con otro grupo de personas encabezadas por el dirigente social, Juan Rossi, que llegaron en defensa de los vendedores ambulantes que pretendían volver a instalarse en la peatonal de Resistencia, Chaco.

Por los enfrentamientos hubo más de 10 heridos y fue apuñalado un periodista que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

El titular del Sindicato de Trabajadores Municipales, Jacinto Sampayo, dijo que cuando comenzaron los disturbios decidió retirarse con los afiliados para evitar males mayores. Consideró que esto ocurre porque "no hay autoridad y porque la Policía no hace nada", y aseguro que lo que hizó fue defender, como cualquier líder sindical, a sus afiliados.

“Si hay que hacer una batalla campal la vamos a hacer”, había advertido Sampayo cuya amenaza pasó a la práctica esta mañana, informó el portal Chaco día por día.

En el violento cruce hubo palazos, ladrillazos, facazos, rotura de vidrieras de negocios céntricos y varios lesionados; entre ellos el periodista de diario Norte, Fabricio Glibota, quien recibió una herida de arma blanca en su espalda.

Se trata de un nuevo bochorno para la deteriorada gestión de Capitanich, que ya se vio afectada por las insólitas crisis de gabinete que desató su mujer, Sandra Mendoza.

Mendoza -para muchos la verdadera conductora política-, había escandalizado al Chaco a calificar de "babosas" a distintos ministros, en especial al de Salud, al que finalmente terminó reemplazando en el cargo.

Represión salteña

En el caso de Salta, fue el diario Buenos Aires Económico (BAE) quien resaltó que “como otras provincias, Salta tiene conflictos con sus docentes que piden un mejor salario. A diferencia de otros distritos, ayer por la tarde –por el 29 de octubre- la respuesta fue una represión con gases lacrimógenos". En rigor se tartó de la segunda represión de Urtubey a los docentes, que protestaban en la bella plaza central.

El gobernador salteño ya es mencionado en medios locales como "delaurrizado", por las dudas y la ineficacia notable de su gestión; así como el evidente poder que concentra uno de sus hermanos.

Además, lo afecta el notable parate de obras públicas. Por ejemplo, está prácticamente frenado el asfalto de la estratégica ruta que conecta la ciudad de Salta con la cautivante localidad de Cachi, un pueblito de montaña que atrae turismo internacional, y al que  para acceder es necesario soportar de tres a cuatro horas de manejo, para una distancia de poco más de 150 kilómetros.

"Urtubey vivió los primeros seis meses de la plata y las obras que dejó (Juan Carlos) Romero, pero ahora se acabó la paciencia y lo único que se ve es una parálisis total", reconoció ante La Política Online, un colaborador del gobernador, que mantiene el espíritu crítico.

Por otro lado, al igual que el ex presidente radical, Urtubey tamién enfrenta una durísima interna con su vicegobernador Andrés Zottos, que proviene del Partido Renovador Salteño, y que participó de una alquimia apurada de Néstor Kirchner para quitarle la provincia al candidato peronista, Walter Wayar, delfín del ex gobernador Juan Carlos Romero.

A las pocas semanas de asumir comenzaron las diferencias entre Zottos y el inexperto Urtubey, que ya paralizan la gestión salteña.

Y como si todo esto fuera poco, entre las pocas iniciativas que tuvo, este joven gobernador decidió a poco de asumir otorgar un impresionante aumento de tarifas a la privatizada empresa de aguas provincial, contradiciendo todo du discurso kirchnerista contra el "neoliberal" de Romero. Cosas del poder.