Bajo el riesgo de default

Por qué la plata de las AFJP no alcanza para evitar el default

Un análisis del efectivo real del que podrá disponer el gobierno luego de la estatización de las AFJP, revela que la cifra está muy lejos de los 100 mil millones que se anuncian. Por eso, siguen los rumores de default, los bonos caen, el dólar aumento su valor y en los últimos 12 meses se fugaron cerca de 20 mil millones de dólares, cifra que supera incluso la fuga de divisas en la crisis del 2001.
La agencia calificadora Moodys ayer alertó por medio de su analista Gustavo Torres, que la Argentina sigue bajo riesgo de default, pese a que posiblemente se quede con los fondos de las AFJP. La advertencia no fue un hecho aislado sino que forma parte de un debate cada vez más intenso sobre el real alivio que el dinero de las jubilaciones privadas brindará a las cada vez más exigidas cuentas fiscales.

El mercado fue el primero en reaccionar con esceptismismo, apenas el gobierno anunció la estatización compulsiva de los fondos previsionales. En un primer momento, en la Casa Rosada parecían no entender porque los bonos de corto plazo caían más en sus valoraciones que los de largo plazo, cuando el país estaba a punto de hacerse de 30 mil millones de dólares que tenían las AFJP, que deberían alcanzar para pagar las deudas en los próximos años (recordemos que el Boden 12 llegó a rendir 70% en dólares).

Ya sea por ignorancia o por no consultar a los técnicos especializados, el gobierno no pudo anticiparse a lo que el mercado sí entendió y se dio cuenta. El dinero de las AFJP no serviría para pagar las deudas y el ahorro es menor al costo de la medida.

La ecuación de Kirschner era muy simple, 30 mil millones de dólares alcanzan para cerrar la brecha financiera en los próximos 2 o 3 años. El tema es que el ex presidente no se tomo la molestia de ver la composición de las inversiones y los efectos en la economía local de esta medida.

Las inversiones de las AFJP

Bonos:
Aproximadamente el 60% de las inversiones de las AFJP esta invertido en títulos públicos de muy largo plazo. Por lo que unos 20 mil millones ya no estarían disponibles para utilizar y a lo sumo la ganancia vendría por el ahorro de intereses. En estos bonos se capitalizan los intereses, por lo que el ahorro de efectivo es bastante menor y no superaría los 1.500 millones entre intereses y vencimientos.

Acciones: Cerca del 15% del total de los fondos de las AFJP están invertido en acciones de empresas argentinas, ya sea de forma directa o por intermedio de FCI. Exceptuando Tenaris y Petrobrás, el 80% de las transacciones en la bolsa corresponde a operaciones realizadas por las AFJP. Desapareciendo el principal comprador, en caso de que el Gobierno decida desprenderse de estas acciones, encontrará que el precio no tendrá piso y el verdadero valor de estas es muchos menor. Si esto ocurriera podría llevar a varias empresas a la quiebra ya que se encontrarían en problemas a la hora de refinanciar sus deudas. Este podría ser el caso del Grupo Clarín, Banco Macro, Banco Galicia o Consultatio donde las AFJP tenían una participación muy grande. Con este razonamiento podemos entender porque no podrá liquidar esas acciones y por consiguiente también se quedan sin esos fondos.

Plazos fijos: Esto deja disponible aproximadamente un 25%, de los cuales un 10% está invertido en plazo fijos en bancos de la Argentina -en su mayoría en el Macro y el Galicia- y el 15% en activos extranjeros. Si utilizan los 3 mil millones de dólares en plazos fijos que las AFJP tienen en los bancos para pagar las deudas que deberá afrontar el Estado en el 2009, estarán restando fondos a los bancos locales y podría acelerar corridas en la plaza.

Lo que queda: De esta manera el dinero que realmente podrían utilizar son apenas los 4.500 millones de dólares que estaban invertidos en el extranjero, pero aquí otra vez se enfrentan a situaciones jurídicas complicadas como el embargo que el juez neoyorquino Thomas Griesa dispuso sobre al menos 2.500 millones de dólares.

Se debilita la fortaleza fiscal

Agrava esta situación, la contracción en el consumo, crédito e inversión que la estatización disparó (ver recuadro), que tendrá un efecto muy duro en la cuentas públicas ya que ante un menor crecimiento habrá una menor recaudación. Se habla que la reducción del crecimiento del PBI del 6% al 1%, le podría costar al país todo el superávit primario.

A su vez, la baja en el precio de los commodities, le podría sacar al país cerca del 5% de su recaudación. Las retenciones representan cerca del 10% de los ingresos y en muchos casos la baja en los precios de los commodities supera el 50%.

Sumando ambos efecto, se observa que el Gobierno podría necesitar 20 mil millones de dólares para no entrar en default y no los 10 mil que necesitaba antes de comenzar la crisis.

Si el dinero disponible (entre efectivo, plazo fijos y ahorro de intereses) que liberó la estatización de las AFJP es de unos 9 mil millones de dóalres, vemos que las necesidades financieras que disparó esa decisión, son aún más gravosas que antes de anunciarse la medida. En el contexto actual, el Gobierno no tiene nadie que quiera financiarlo y esto es lo que leyeron los inversores.

De esta forma el ejecutivo se encerró y no tendrá otra alternativa que continuar financiándose con el superávit de ANSES y con reservas del Banco Central –de hecho el Presupuesto recientemente aprobado lo autoriza a tomar 10 mil millones de dóalres de reservas para pagar deuda-, lo que indica la gravedad de la situación..