Emergencia climática

El 69% de la población mundial aportaría el 1% de sus ingresos para mitigar los impactos del cambio climático

El porcentaje crece al 78% en las regiones más pobres, donde los impactos de la crisis climática son mayores, según una encuesta realizada a 130 mil personas de 125 países que publica la revista Nature.

Se habla mucho sobre el supuesto desinterés ciudadano para hacer sacrificios -sociales y económicos- en pos de luchar contra el cambio climático. 

Lo cierto es que hay muy pocos datos globales sobre la voluntad de las personas en esta cruzada, la más importante y urgente que tiene hoy la humanidad, según el consenso de los científicos climáticos.

Según una encuesta realizada por investigadores de la Universidad de Bonn, en Alemania, la gobernanza mundial está subestimando la voluntad de los ciudadanos de actuar sobre el clima.

El trabajo, publicado en la revista Nature Climate Change, revela que el 69% de la población mundial expresa su voluntad de contribuir con el 1% de sus ingresos personales para mitigar los impactos del cambio climático, el 86% respalda medidas "proclimáticas" y el 89% exige una acción política intensificada.

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A juicio de los autores, liderado por el economista Armin Falk, los resultados de las estadísticas "son alentadores". Un "amplio apoyo global a la acción climática" emerge como "clave y vital" para promover una respuesta unificada a esta emergencia.

Sin embargo, el sondeo confirma que el mundo se encuentra en un estado de "ignorancia pluralista", como los científicos llaman al erróneo imaginario colectivo sobre el desinterés ciudadano sobre la lucha climática.

"Las personas de todo el mundo subestiman sistemáticamente la voluntad de sus conciudadanos de actuar. Esta brecha de percepción, combinada con el hecho de que las personas muestran un comportamiento cooperativo condicional, plantea desafíos para una mayor acción climática", lamenta el estudio, realizado a 130 mil personas de 125 países (población residente de 15 años o más).

Los países incluidos en la encuesta representan el 96% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, el 96% del producto interno bruto (PIB) mundial y el 92% de la población mundial. 

A nivel mundial, se agrega, existe una brecha de 26 puntos porcentuales entre la proporción real de encuestados que afirman estar dispuestos a contribuir con el 1% de sus ingresos a la acción climática (69%) y la proporción promedio percibida (43%).

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Una explicación: "Las razones que subyacen a esta brecha de percepción probablemente sean multifacéticas y abarquen factores como los medios de comunicación y los debates públicos que enfatizan desproporcionadamente las opiniones minoritarias escépticas sobre el clima".  

La voluntad generalizada de actuar contra el cambio climático contrasta con el pesimismo global predominante respecto de la voluntad de otros de actuar

Los autores explican que basándose en la "literatura multidisciplinaria sobre los fundamentos de la cooperación", el trabajo se centró en "cuatro aspecto críticos en la promoción de la cooperación en el contexto de los bienes comunes": la voluntad individual de hacer contribuciones costosas, la aprobación de normas proclimáticas, la demanda de acción política y creencias sobre el apoyo de los demás.

 El apoyo por países a aportar el 1% de los ingresos para luchar contra el cambio climático. 

Un resultado relevante es que la proporción de encuestados dispuestos a contribuir con el 1% de sus ingresos varía considerablemente entre países, oscilando entre el 30% y el 93%. 

En la gran mayoría de los países (114 de 125) la proporción es superior al 50%, y en un gran número de países (81 de 125) la proporción es superior a dos tercios.

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En las regiones más pobres, las que menos emiten y menos contribuyen al calentamiento global, pero donde los impactos de la crisis climática son mayores, el porcentaje de aporte de ingresos propios/familiares crece de forma considerable.

En el quintil de países más rico, la proporción promedio de personas dispuestas a contribuir con el 1% es del 62%, mientras que en el quintil de países menos rico es del 78%.

"Dicho de otra manera, en los países que son más resilientes, las personas están menos dispuestas a contribuir con el 1% de sus ingresos a la acción climática", se afirma.

 En otras palabras, "los individuos están menos dispuestos a contribuir si perciben que los costos de adaptación son demasiado altos, es decir, cuando los cambios requeridos en el estilo de vida se perciben como demasiado drásticos".

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Los científicos destacan tres grandes conclusiones de la encuesta: 

1) La voluntad generalizada de actuar contra el cambio climático contrasta con el pesimismo global predominante respecto de la voluntad de otros de actuar.

2) Estas interacciones positivas sugieren que un cambio en un factor puede desbloquear ciclos de retroalimentación potentes y autorreforzados, desencadenando dinámicas de inflexión social.

Y 3) El error político y comunicativo de hacerse eco de las preocupaciones de una minoría que se opone a cualquier forma de acción climática: la gran mayoría de las personas en todo el mundo están dispuestas a actuar contra el cambio climático y esperan que su gobierno nacional actúe.