SGP

Argentina y Brasil presionan para que el Congreso restablezca un sistema de importaciones sin arancel

En medio de la tensión con China, los países del cono sur buscan rescatar un régimen vigente entre 1974 y 2020. Apoyo de demócratas y republicanos

La política proteccionista de Joe Biden juega en contra del pedido. Pero la competencia de Estados Unidos con China representa una ventana de oportunidad. Los gobiernos de Argentina y Brasil buscan capitalizar ese contexto de puja entre potencias.

Con ese objetivo, la embajada argentina en Washington DC organizó un ambicioso evento para darle visibilidad a la causa. En el encuentro hubo embajadores, legisladores, funcionarios y más de 70 importadores estadounidenses de productos sudamericanos. El objetivo de la cita fue claro: que el Congreso de los Estados Unidos restablezca el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP).

Se trata de un programa que habilita la entrada de productos exentos de aranceles, provenientes de Argentina y de otros países de desarrollo medio. El sistema empezó a regir en 1974 y expiró el 31 de diciembre de 2020. Desde ese momento y hasta que el Congreso no renueve el SGP, los exportadores y los importadores de EEUU deben hacerse cargo de los aranceles. 

"Es importante transmitir que Argentina exportaba más de 300 millones de dólares bajo el SGP, sobre todo desde economías regionales que necesitamos fortalecer. Hoy, tanto nuestras empresas como sus importadores, aquí presentes, deben planificar sus operaciones en un ambiente de incertidumbre, sin estar seguros si deberán pagar el arancel correspondiente, cuánto tiempo tomará recibir una decisión o, en caso de una resolución positiva, cuándo serán reembolsados", planteó el embajador argentino Jorge Argüello.

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El acto fue encabezado por el representante del gobierno peronista y por la embajadora de Brasil en Estados Unidos, María Luisa Ribeiro Viotti, y la representante comercial de la misión de Tailandia, país que preside la Alianza por el Sistema Generalizado de Preferencias, la Ministra Supawadee Yamgamol. Argentina, Brasil y Tailandia escenificaron un scrum amable hacia el gobierno y los congresistas estadounidenses, tanto demócratas como republicanos.

El embajador argentino Jorge Argüello junto a su par brasileña Riveiro Viotti y la presidenta de la Alianza por el SGP.

En el salón principal del edificio argentino en Washington DC, ubicado en el barrio de Dupont Circle, hubo una exposición de vino, aceite de oliva, frutillas congeladas, golosinas y quesos, entre otros productos que Argentina exportaba con exenciones arancelarias. Desde hace casi 3 años, ese flujo comercial de 300 millones de dólares al año entró en crisis.

Es importante transmitir que Argentina exportaba más de 300 millones de dólares bajo el SGP, sobre todo desde economías regionales que necesitamos fortalecer 

"Fue la mayor acción que hayamos realizado para promover el SGP, porque hemos convocado a importadores de todo el país, que vinieron a Washington DC desde diversos puntos del país para explicar a las autoridades estadounidenses la importancia del sistema generalizado de preferencias, tanto para los países exportadores como la Argentina como para los consumidores de EEUU, que se benefician de la calidad y competitividad de nuestros productos", afirmó Argüello, un dirigente muy cercano al presidente argentino y de diálogo fluido con los funcionarios demócratas.

En febrero pasado, 23 países miembros de la Alianza por el SGP le mandaron una carta al Congreso estadounidense. Les reclamaron la restitución del régimen al titular de la Comisión de Finanzas del Senado, Senador Ron Wyden, y al presidente de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Jason Smith. Y algo más: solicitaron la restitución retroactiva de los impuestos ya pagados.

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La cruzada de Argentina, Brasil y otros países que exportan a EEUU se aceleró en el último año. Los gobiernos buscaron aprovechar el contexto global. ¿Cuál? El de la carrera cada vez más descarnada entre Estados Unidos y China. Una pulseada que empuja a EEUU, incluso a una administración proteccionista como la de Biden, a buscar asociaciones de comercio en América Latina, con un ojo puesto en contrarrestar la influencia de China sobre la fabricación global. Por ejemplo, la política de Biden sobre el nearshoring: la mudanza de una parte de la producción a países cercanos y afines.

Esa oportunidad quedó expuesta el mes pasado en el Capitolio. Fue durante una audiencia pública del Subcomité de Comercio de la Cámara de Representantes. La reunión se convocó especialmente para debatir sobre la posibilidad de reinstalar el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP). La mayoría de los congresistas de ambos partidos se mostraron a favor de la renovación. Y en la mayoría de los casos basaron su posición en la amenaza china.

"Cuando el Congreso creó el programa SGP en 1974 teníamos diferentes adversarios globales, pero esto sigue siendo válido hoy en día. Nos enfrentamos a los conflictos estratégicos y a la amenaza económica presentada por el Partido Comunista Chino", planteó el republicano de Nebraska Adrian Smith. El demócrata de Oregon Earl Blumenauer supeditó la renovación a cambios en el sistema para no perjudicar "al trabajador estadounidense y asegurarnos de que nuestra economía tenga todas las herramientas que necesita para tener éxito global".

"Cuando el Congreso creó el programa SGP en 1974 teníamos adversarios globales, pero esto sigue siendo válido. Nos enfrentamos a los conflictos estratégicos y a la amenaza económica presentada por el Partido Comunista Chino", planteó el republicano Adrian Smith 

En la audiencia también expuso el encargado de supervisar el programa desde 2015 hasta 2020, Ed Gresser, ex Representante Comercial Adjunto de Política y Economía. Fue citado para dar su testimonio. El ex funcionario mencionó las exportaciones de lácteos, horticultura y carne de Argentina como un caso testigo exitoso del funcionamiento del SGP. "Si el objetivo principal es fomentar la diversificación del abastecimiento y las alternativas a China, los compradores estadounidenses deberían ver el SGP como una opción valiosa", concluyó.

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La militancia para reflotar el sistema va en línea con otra obsesión del gobierno argentino: que el gobierno de Biden haga una excepción dentro de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) para facilitar las exportaciones argentinas de litio. Porque la IRA otorga créditos fiscales para la compra de autos con baterías de litio que hayan sido fabricados en EEUU o en países con los que el país tenga un tratado de libre comercio vigente. Y Argentina, al momento, no forma parte de ese club.