Javier Pretto

"Hay que evaluar un acuerdo Larreta-Schiaretti para presentar en las Paso"

El ex presidente del PRO, ahora candidato a viceintendente de la ciudad de Córdoba por el peronismo, impulsa el acuerdo entre sus jefes políticos, el actual y el anterior. Y dispara: "El traidor fue De Loredo, que desbancó a Juez".

Javier Pretto empieza contar cómo fueron los 15 días "vertiginosos y traumáticos" que antecedieron a su salida del PRO, partido del que era fundador y su actual presidente, hasta desembarco en Hacemos Unidos, la marca de la coalición que lidera el peronismo, que lo postula como viceintendente de la ciudad de Córdoba en las elecciones del 23 de julio.

Sobre la mesa desliza su CV: tres veces intendente de La Carlota por la UCeDé, legislador provincial por Unión por Córdoba, diputado nacional por Cambiemos; promotor del PRO y presidente de ese partido en tres oportunidades; la última, hasta 24 horas después de desembarco en el oficialismo provincial.

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Llegó a Hacemos Unidos con un puñado de dirigentes y con Dolly Romero, la hija del fallecido exgolfista e intendente de Villa Allende, Eduardo "el Gato" Romero, amigo personal de Macri: la hija del Gato es la candidata 20 en la sábana del PJ cordobés,

Calificado de "traidor" por casi toda la dirigencia de Juntos por el Cambio, Pretto retruca: "Yo no pude haber traicionado a nadie si no estaba en la consideración de nadie. En cambio, quien sí estaba en la consideración de todos, desbancó al candidato a gobernador y tomó una decisión sólo pensando en él". Se anima a más: dice que la renuncia de De Loredo a la candidatura a vicegobernador fue "inesperada, mucho más parecida a la traición", que se le imputa.

-¿Pensás que hubo un acting de Rodrigo de Loredo para perjudicar a Luis Juez?

-Por supuesto: no se puede perder tanto tiempo en definir una candidatura mientras se le hace creer a la gente que había una posibilidad de alternancia con una fórmula competitiva. La gente comenzó a molestarse con esta indefinición, con estas dudas de De Loredo. La decisión fue mucho más traumática: no hay analista político de Córdoba que no dijera que la fórmula más competitiva de Juntos por el Cambio era Juez-De Loredo.

Hace décadas que la ciudad de Córdoba no experimenta un cambio positivo como el que está ocurriendo con Martín Llaryora. Si a vos te convocan a ser parte de esa gestión porque conocen tu trayectoria y capacidad, habiendo estado en un partido donde siendo el presidente del mismo ni te consultaban, yo me pregunto a quién traicioné si no estaba en la consideración de nadie. 

-¿Y calificás esa acción de De Loredo como una traición?

-Absolutamente. Eso sí es una traición. El traidor fue quien desbancó a Juez.

-Hablando de tu campaña: ¿cómo pensás convertir ese disvalor que es la traición, endilgada a vos tras tu salida de Juntos, en una potencialidad de tu candidatura?

-Hace décadas que la ciudad Córdoba no experimenta un cambio positivo como el que está ocurriendo con Martín Llaryora. Si a vos te convocan a ser parte de esa gestión porque conocen tu trayectoria y capacidad, habiendo estado en un partido donde siendo el presidente del mismo ni te consultaban, yo me pregunto a quién traicioné si no estaba en la consideración de nadie. 

Me hubiera traicionado a mi mismo si no hubiera puesta a disposición de los cordobeses mi experiencia de gestión que es valorada por Martín y Daniel Passerini. Yo he hecho críticas a la gestión, pero lejos de molestarse, Martín me invitó a sumarme para ayudar a resolver los problemas.

-¿Cómo definirías la situación en Juntos por el Cambio hasta tu salida?

-Hay una incomodidad contenida en Juntos por el Cambio. Así como Mauricio y muchos dirigentes opinaban que Juez era el más popular pero no el más preparado, en los últimos tiempos comenzaron a darse cuenta que Juez es volátil, que cambia de posiciones.Vale recordar, hablando de traición, que en 2015 teníamos los votos impresos con Juez senador de Cambiemos y se bajó para irse con Olga Riutort como candidato a intendente. Eso fue una decisión política como lo fue la mía. Aunque yo no jodí a nadie: me fui de un lugar donde no era considerado; él era la cabeza de lista en la boleta del presidente. Todo ese clima generó siempre una incomodidad que estuvo contenida hasta ahora, que distintos dirigentes del PRO ven en mi un vehículo para salir de ahí y trabajar en la gestión.

Cómodos no deben estar los militantes radicales que por primera vez en la historia no tienen un candidato a gobernador de su partido.

-¿Esa "incomodidad contenida" la percibís sólo en el PRO?

-Cómodos no deben estar los militantes radicales que por primera vez en la historia no tienen un candidato a gobernador de su partido.

-¿Tras el cierre de listas tu misión es pasar con la ambulancia por el PRO?

-El de Juntos fue un cierre de listas lamentable, y nadie se lo desea a ningún colega de la política. En lugar de tener una estrategia para fortalecer un espacio como alternativa, se cuotificó la participación en la lista y cada uno debió buscar su cuota parte, olvidándose del objetivo que, en teoría, era ganar Córdoba. Acto seguido, Marcos Carasso (candidato a vicegobernador de Juez) hizo uso de la doble candidatura a legislador, dejando en claro que sabe que no será electo vicegobernador y quiere garantizarse una banca. Sólo esa opción por la doble candidatura dejó fuera de la lista a un dirigente valioso como Pedro Dellarossa (NdR: renunció a la lista a último momento al ser desplazado al tercer lugar de la sábana). Pero también quedó afuera Alberto Ambrosio, del sector de "La Coneja" Baldassi, o el presidente del bloque radical en la Legislatura, Juan Jure, que es un referente de Río Cuarto. 

Se obnubilaron con la cuota parte y perdieron cualquier visión estratégica. Ante esto, el mismo signo político que en teoría la oposición quiere desplazar, se reconvierte, cambia de generación, ensancha la base de participación política, y es mucho más visionario que Juntos.

-En la coalición del peronismo hay incoherencias ideológicas que llevan a preguntarse cómo se relacionarán quienes vienen del PRO, como vos, y Libres del Sur, ahora socios de Hacemos Unidos. ¿Puede derivar en un esquema como el Movimiento Popular Neuquino?

-Cuando hay un buen liderazgo, eso no ocurre. El líder plantea que con una amplitud, no hace falta que todos estemos de acuerdo, pero sí el aporte de ideas nutre la visión final de la solución de los problemas. En Juntos hay un líder que no pudo pedirle a su vice que no haga uso de la doble candidatura. Entre dos coaliciones conducidas por peronistas, uno que ya gobernó la ciudad y llenó la Municipalidad de empleados y otro que la está transformando, está claro quién debe gobernar la Provincia.

Entre dos coaliciones conducidas por peronistas, uno que ya gobernó la ciudad y llenó la Municipalidad de empleados y otro que la está transformando, está claro quién debe gobernar la Provincia.

-¿Por qué decís que después de las elecciones provinciales del 25 de junio el peronismo y Juntos por el Cambio van a trabajar para la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta?

-A la Argentina la sacarán adelante quienes están en contra de la grieta, quienes creen que hay que trabajar en un programa antiinflacionario y de crecimiento, que hay que recuperar el tipo de cambio y la moneda, que hay que tener seguridad jurídica. Al igual que Horacio, Schiaretti tiene ese discurso y la misma receta para sacar al país adelante. Schiaretti y Horacio hablan de lo mismo. En lo electoral, es lo que necesitamos y creo que es lo que deben hacer.

-Esa convergencia, ¿cuándo debe darse? ¿Puede ser antes del balotaje?

-Para ir a las Paso debemos evaluar ese acuerdo. No es inocuo ir a las Paso, no da lo mismo una fórmula que otra. El crecimiento de Milei es un llamado de atención.

-¿Se puede reconfigurar la oposición a raíz del crecimiento de Milei?

-Ante la realidad y el crecimiento de Milei, hay que analizar seriamente una nueva coalición. No porque no te gusten las ideas de Milei, sino porque Milei no es la persona para llevar adelante un proceso político como el que se avecina: no tiene equipos, no tiene estructura en las provincia, ni siquiera reconoce a sus candidatos si miden poco.