Nuevo León

En Palacio de Cantera esperan que la llegada de Tesla a NL no afecte la sintonía de Samuel con López Obrador

Momentos culminantes y todas las miradas en Austin. Gabinete en silencio y conflicto legislativo. Los cálculos de Adán Augusto.

A medida que se acerca la fecha en la cual Samuel García espera que el board de Tesla anuncie la instalación de una fábrica en Nuevo León, la confrontación entre su administración y la oposición comienza a descontrolarse. Dos asuntos que a simple vista lucen independientes pero que están relacionados de modo inexorable. 

Andrés Manuel López Obrador no quiere a Tesla en Nuevo León, tal como señaló esta semana en su conferencia matutina. Está convencido de que en la entidad no hay la cantidad de agua necesaria para esa instalación. Desde el staff del gobernador replican que el agua que requiere la armadora es agua tratada y que respecto a ese líquido no hay problemas de desabasto. Aseguran además que los permisos de Tesla ya están acordados en la paraestatal Agua y Drenaje. El gobernador está convencido de que la inversión es un hecho y por eso la orden a todo el gabinete de guardar un silencio absoluto hasta el miércoles que viene. 

El presidente no abandonará esta bandera porque las encuestas que le acercan en Palacio Nacional dicen que su defensa del agua es el tema que mejor le funciona en su base electoral en los estados del Norte, donde históricamente le ha costado penetrar. López Obrador sigue fantaseando con la idea de pedir una licencia y recorrer el país a tiempo completo haciéndo campaña para la sucesión. 

Con este panorama emerge la incógnita de si el presidente sostendrá su respaldo político a Samuel en el caso de que Tesla anuncie su arribo a Santa Catarina. El Ejecutivo estatal demanda ese blindaje más que nunca. Hoy miércoles el Congreso estatal en manos del  PRI y del PAN concretó reformas a diversos artículos de la Constitución local para abrir la puerta a que el Congreso pueda remover funcionarios del gabinete y quitarle a García la elección del Fiscal General. Samuel litigará contra esto pero el dato político es que la guerra no tiene final a la vista. LPO reveló que en una conversación reservada Adrián De la Garza le dijo al gobernador que ahora no quiere asumir el cargo de fiscal.

Para colmo López Obrador no juega a fondo en esa disputa en favor del gobernador. El presidente respalda en obras de infraestructura, en seguridad y sus pocos legisladores votan con MC en el Congreso pero de momento ningún referente de la oposición a MC tiene altercados judiciales. En la noche de ayer martes en el gabinete estatal circulaba con emoción un fragmento del noticiero de Milenio  donde se hablaba de supuestas pesquisas sobre Zeferino Salgado y Carlos De la Fuente. Pero 24 horas más tarde nada sucede. Ni hay señal de que vaya a suceder. Adán Augusto López Hernández lo desliza en privado cada vez que un gobernante se acerca en búsqueda de mecanismos de presión judicial en la esfera federal: "este Gobierno no fue contra ex presidentes de la nación, menos va a ir contra un ex alcalde o ex diputado local".

No todo es negativo en esa búsqueda de resoluciones: la Justicia Electoral ratificó en las últimas horas una sanción contra De la Garza por supuestas irregularidades en sus incursiones electorales del pasado. Algo es algo.

En la Secretaría de Gobernación, debe decirse, agrada el clima actual de altísima tensión. Por un lado porque obliga, según entienden, a MC a ciertos acuerdos subterráneos con Morena de cara a las elecciones locales del año que viene. Y por el otro porque deteriora la gobernabilidad de tal manera que para Samuel García sea, cada vez más apetecible, un escape hacia adelante, concretamente hacia la candidatura presidencial.