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AMLO teme que la inversión de Tesla se quede en EU y ordena a CFE un trato especial para Musk

Giro obligado para Bartlett. El problema de la falta de confidencialidad. La 4T opera a toda velocidad mientras Samuel García está en EU.

 La instalación de una fábrica de Tesla en México se ha vuelto un asunto primario para el Gobierno y en las últimas horas Andrés Manuel López Obrador le dio la indicación a Manuel Bartlett de que CFE le garantice energía a la compañía a precio competitivo y sin cortes ni interrupciones. Así lo dicen a LPO fuentes de la empresa productiva del Estado.

Un detalle adicional: CFE se sometería a una suerte de periodo de prueba con Tesla y si en ese tiempo el suministro falla la empresa de Elon Musk no tendrá traba alguna para asociarse con proveedores privados. 

Para Bartlett, debe decirse, es un golpe durísimo, fundamentalmente por sus discursos de corte nacionalista que tan alegremente pregona en reuniones con empresarios privados a los que destrata sin demasiadas contemplaciones.

LPO reveló que el Gobierno había entrado a la competencia por la inversión de Tesla contra Nuevo León. Fueron movimientos muy acelerados porque el canciller Marcelo Ebrard calculaba que entre hoy viernes y mañana sábado Samuel García, que está actualmente en Washington, podía anunciar la inversión para Nuevo León. 

Pero el nerviosismo se mantiene en Palacio Nacional. Allí alegan que en la compañía hay malestar por el hecho de que esta carrera se ha vuelto demasiado pública dado que las armadoras preservan al máximo la confidencialidad sobre sus locaciones. Al parecer, algunos integrantes del board de Tesla se enteraron primero por la prensa sobre la posibilidad de la planta en Hidalgo. Algo que en la cultura corporativa de EU es inadmisible.

Por cierto: ¿Qué tanto habrá de realidad en el rumor que dice que el Gobierno está manejando el tema a través de una persona del entorno de Donald Trump quien tiene una excelente relación con Musk?

El problema de la filtración es que podría obligar a Musk a tener que instalar la fábrica en el estado de Texas, lo cual sería una derrota por partida dobre para López Obrador: no solo la inversión se quedaría en EU sino que se la llevaría el gobernador Greg Abbot que embiste permanentemente contra el gobierno mexicano.