Guerra comercial

Bruselas prepara un inédito plan de beneficios fiscales para competir con el proteccionismo de Biden

LPO accedió a la hoja de ruta que tiene la UE para contrarrestar las ayudas estatales de Biden y los subsidios de China, y evitar así la fuga de inversiones. España apoya el borrador del proyecto.

Desde hace meses, los peces gordos de la economía europea vienen presionando y haciendo lobby para que el bloque comunitario actualice su política de ayudas fiscales. Las grandes multinacionales amenazan con deslocalizar sus inversiones si Bruselas no ofrece nuevos (y mejores) incentivos en el negocio verde. 

¿El argumento? La imposibilidad de competir con el "made in USA", el proyecto político estrella de Joe Biden (Ley de Reducción de la Inflación) para impulsar la transición energética en Estados Unidos.

La presión empresarial logró su cometido. La Comisión Europea ya tiene un borrador con su nueva hoja de ruta: un inédito -y multimillonario- plan con beneficios fiscales. Se flexibilizarán al máximo las normas de apoyo a la inversión verde y se crearán nuevas ayudas públicas para que el continente no pierda competitividad.

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El borrador del "plan de choque", al que tuvo acceso LPO, fue enviado semanas atrás a todos los Estados miembros. La reforma cuenta con el respaldo casi unánime, con Alemania y Francia a la cabeza, aunque con diferencias de matices para su reglamentación.

España, por ejemplo, avala que las normas sean modificadas y que se simplifiquen todos los procedimientos. Eso sí: de forma "temporal" para garantizar "el rápido despliegue de las inversiones" previstas en el fondo europeo de recuperación y "evitar la amenaza para la igualdad de condiciones que supone una relajación general de los requisitos en materia de ayudas estatales", según las aclaraciones de Moncloa enviadas a Bruselas a principio de enero. 

España, por ejemplo, avala que las normas sean modificadas y que se simplifiquen todos los procedimientos. Eso sí: de forma "temporal" para garantizar "el rápido despliegue de las inversiones" previstas en el fondo europeo de recuperación y "evitar la amenaza para la igualdad de condiciones que supone una relajación general de los requisitos en materia de ayudas estatales", según las aclaraciones de Moncloa enviadas a Bruselas a principio de enero

A diferencia de una política nacional -como la de Biden-, la política de ayudas de la UE involucra a 27 economías de distintas envergaduras. Los países del sur no quieren que sus homólogos del norte, más poderosos, tengan acceso más fácil a estos beneficios fiscales.

"Está claro que no todos los estados miembros tienen el mismo margen fiscal", admitió días atrás la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, en clara referencia al poder de fuego de Alemania para inyectar dinero a su economía. 

La financiación de este nuevo plan de ayudas parece estar abierto. Bruselas pretende, en el corto plazo, utilizar dinero del plan del RepowerEU y de los fondos de recuperación de la Covid-19, para en los próximos años "crear un nuevo fondo común europeo para apoyar a los países de forma justa y equilibrada".

Josep Borrel, representante ante la Unión Europea y vicepresidente del Consejo Europeo.

En concreto, la UE pretende relajar las normas para que los Estados miembros tengan "más margen y autonomía" para repartir las ayudas públicas. Un ejemplo: la agilización burocrática. En Estados Unidos, las empresas logran el visto bueno de los expedientes en cuestión de semanas. Con el actual mapa normativo europeos, las compañías tardan meses. También se elevarán los topes de las ayudas para evitar un doble proceso de verificación, el del país involucrado y el de la CE.

El hidrógeno verde y los biocombustibles aparecen como "prioritarios" dentro de este nuevo plan de ayudas. La fuerte apuesta de Europa por este vector renovable está desatando una carrera a contrarreloj para fabricar toda su infraestructura.  

La UE pretende relajar las normas para que los Estados miembros tengan "más margen y autonomía" para repartir las ayudas públicas. Un ejemplo: la agilización burocrática. En Estados Unidos, las empresas logran el visto bueno de los expedientes en cuestión de semanas

A finales de octubre, por ejemplo, Bruselas aprobó un "proyecto importante de interés común europeo" (PIICE) para "apoyar" esta "innovación tecnología" (5.200 millones de euros). 

29 empresas de 13 Estados miembros (Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal y Suecia) recibirán ayudas para hacer realidad 35 proyectos ligados a la infraestructura del hidrógeno verde.

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Si se aprueba este borrador, los proyectos importante de interés europeo común (PIIEC), como la construcción del H2Med, se tramitarán en forma exprés, en un lapso menor a cuatro meses.

El borrador de la CE también menciona a China dentro de la "desleal" guerra comercial por las medidas proteccionistas de las dos grandes potencias mundiales. En el documento, la comisión lo acusa de utilizar subsidios "injustos" y "distorsionadores del mercado" para imponerse en la transición energética. 

LPO dio a conocer que Pekín estudia prohibir la exportación de obleas solares, un insumo clave para los paneles fotovoltaicos, lo que significaría un durísimo golpe para la transición energética de Europa. China representa el 97% de la producción mundial de este componente.