Política Monetaria

Mayoría en Banxico envía señales de que no debe esperarse un pronto recorte a la tasa de interés

Aunque se mantendrá elevada la tasa, se debate la posibilidad de relajar la postura monetaria. Esquivel advierte daños al consumo, inversión y crédito.

El escenario para la tasa de interés en México luce complicado para pensar en recorte a la tasa de interés en el corto y mediano plazo, toda vez que la lectura que prevalece dentro de Banco de México (Banxico) es que aun es necesario mantener una postura restrictiva ante las presiones inflacionarias que persisten.

La discusión que enmarcó la decisión del pasado 10 de noviembre -en que se anunció otro aumento en 75 puntos base, dejando la tasa en 10%- giró en torno al debate sobre la tasa terminal, aunque con una postura clara de que deben continuar los incrementos.

En las minutas de dicha reunión, publicadas este jueves, se deja en evidencia que no hay espacio aún para recortes, pero lo que entra en discusión es la posibilidad de relajar la postura monetaria, lo que se alinea con los pronósticos del mercado de que para el próximo 15 de diciembre Banxico volverá a subir la tasa, pero con menos fuerza, es decir, en 50 puntos base.

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En la lectura de las y los funcionarios del banco central, aun persisten retos para que la inflación pueda regresar a su meta de 3%. Preocupa, por un lado, que si bien la inflación general ha ido a la baja, señalan que "no ha sido por razones adecuadas", pues el componente subyacente sigue elevado y no ha alcanzado su pico, es decir, que aun no se ven los efectos de la política monetaria.

Preocupa sobre todo las presiones por parte de los precios en servicios de alimentación. Además, un riesgo en el que se coincide es los efectos que pueda tener el aumento al salario mínimo, lo que podría dificultar la reducción de la tasa anual inflacionaria a pesar de la dinámica mundial el siguiente año.

En ese sentido, de manera unánime se coincidió en seguir aumentando la tasa de interés, sin embargo, el debate comenzó con la postura de Gerardo Esquivel, que considera que debe relajarse esta postura, por lo que votó por un aumento de solo 50 puntos base.

En su lectura, la fortaleza reciente de la moneda nacional brinda una oportunidad para ello (reducir el ritmo de incrementos), pues considera que seguir una ruta muy restrictiva tendrá efectos adversos en la estabilidad macroeconómica, con afectaciones directas en el consumo, la inversión y el crédito. En la opinión de Esquivel, cuyo mandato está por concluir este diciembre, solo bastaría con que se comunique que la postura monetaria es suficientemente restrictiva para que las expectativas empiecen a disminuir.

En contraparte, otro miembro aseguró que "no será posible relajar las condiciones hasta que no se observe una clara trayectoria descendente y sostenida de la inflación" y ese es el mensaje que debe destacarse, en su opinión.

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Otros dos miembros se pronunciaron por seguir aumentando la tasa, aunque resultaron menos enfáticos en la necesidad de mantener una postura tan restrictiva. El argumento para mantener la postura restrictiva se sostiene en factores como la tendencia al alza de la inflación subyacente; el deterioro de las expectativas inflacionarias; un balance de riesgos para la inflación considerablemente sesgado al alza; y un pronóstico de inflación que anticipa una convergencia a la meta lejana.

En ese sentido, uno de los funcionarios señaló que para pensar en disminuir el ritmo monetario será necesario que se observe una mejora del panorama inflacionario, "particularmente del componente subyacente". Y se pronunció por mantener un diferencial elevado con la Fed.