Mercados

Massa enfrenta una licitación clave, en medio de la presión contra los bonos en pesos

La oposición agita un default, mientras que una calificadora de Wall Street le bajó el rating.

Sergio Massa enfrenta una parada brava este viernes. El Tesoro deberá refinanciar 150.000 millones de deuda en pesos, en el preciso momento que desde sectores del mercado y la oposición agitan la posibilidad de un default de esa deuda, rechazado de plano por el Palacio de Hacienda.

La semana pasada Economía realizó un canje para descomprimir los vencimientos de deuda en pesos del último bimestre. En esa operación consiguió una adhesión del 61% de los tenedores, pero hubo una participación mayoritaria de los organismos públicos. Entre los privados, estiman que hubo una aceptación en torno al 20%.

Economía acusa a un grupo de bancos de agitar la renuncia de Rubinstein para empujar la devaluación

Como se trata de un bajo nivel de refinanciamiento, el menor desde junio, de inmediato comenzaron los fantasmas sobre la capacidad del gobierno de captar financiamiento en los próximos meses, agitados especialmente por sectores de la oposición.

"La operación comenzó la semana pasada con la publicación de una nota en Bloomberg poniendo en duda la sostenibilidad de la deuda en pesos. Son los mismos argumentos que esgrimía Hernán Lacunza en la previa de la salida de Guzmán agitando la corrida financiera", afirmó a LPO una fuente del gobierno. 

"Dicen que el gobierno va a reperfilar la deuda en pesos cuando la única vez que pasó eso en la historia Argentina fue bajo gestión del propio Lacunza", agregó la fuente consultada. En efecto, el último ministro de Economía de Macri defaulteó la deuda en pesos, en una decisión que el ex presidente le recrimina hasta hoy.

Dicen que el gobierno va a reperfilar la deuda en pesos cuando la única vez que pasó eso en la historia Argentina fue bajo gestión del propio Lacunza.

 En Economía aseguraron a LPO que el Gobierno cuenta con poder de fuego para sostener el precio de los títulos públicos en pesos. "Los pueden compran la Anses a través el Fondo de Garantía de Sustentabilidad o empresas como Enarsa con sus fondos de inversión", explicaron.

Esta tensión se agravó este jueves cuando se supo que una calificadora de riesgo empeoró la posición de la Argentina y alertó sobre las "perspectivas negativas" de la economía, en un contexto de "desacuerdo político persistente dentro de la coalición gobernante y la oposición". Es el diagnóstico de la firma S&P Global Ratings, que redujo la calificación de la deuda en moneda local a ‘CCC-'.

Se trata de una de las tres grandes firmas calificadoras de Wall Street, que mantuvo el grado CCC+ para la deuda argentina en moneda extranjera, pero decidió bajar la nota, que estaba en CCC+, para los instrumentos emitidos en pesos. 

"Bajamos nuestra calificación soberana de largo plazo en moneda local de la Argentina para reflejar las mayores vulnerabilidades durante los próximos seis meses dada la concentración en el perfil de deuda en pesos", afirmó la firma en un comunicado.

El diputado opositor Luciano Laspina.

Semanas atrás, la firma Fitch, otra de las grandes, junto a Moody's, también había definido una caída en el grado de la deuda argentina.

"Estas calificadoras utilizan como insumo los informes de consultoras que representan intereses económicos con terminales en espacios políticos de la oposición, que buscan el caos", afirmó a LPO una fuente del Gobierno.

Pero más allá de la pelea política, lo cierto es que este viernes vencen 150.000 millones de pesos, licitación clave de en la cual el Tesoro busca aprovechar para despejar las dudas de los mercados.

La particularidad del llamado de este viernes es que el equipo de Finanzas, que comanda Eduardo Setti, puso a disposición un nuevo bono con vencimientos a noviembre de 2027 ajustable por la tasa Badlar multiplicada por 0,7 puntos. Es decir, que está ofreciendo un bono ajustable por la tasa promedio que rinden los depósitos a plazo fijo de más de un millón de pesos en los bancos privados. El título tendrá por nombre Bonte 2027 y esperan que sea la "estrella" del llamado, ya que representa el 80% de la oferta y se orienta hacia los bancos.

Para atraer al mercado, el equipo de Eduardo Setti diseñó un bono con vencimientos a noviembre de 2027 ajustable por la tasa Badlar multiplicada por 0,7 puntos. Un instrumento que el mercado afirma que fue hecho a medida de los bancos. 

"Este nuevo bono estuvo ideado para los bancos, posibilitando que también puedan utilizarlo para integrar el 5% de los encajes de plazos fijos, cajas de ahorro y cuenta corriente, aprovechando el pago del cupón del instrumento anterior", explicó a LPO una fuente del mercado.

En la city porteña consideran que este bono fue diseñado a medida de los bancos, para desactivar las presiones devaluatorias que al menos cuatro entidades financieras concretaron este jueves al desprenderse de títulos públicos para posicionarse en dólares financieros y alimentaron la corrida

Como sea, el problema estructural de la economía es que el financiamiento en pesos en el mercado local es una de las pocas herramientas con la que cuenta el Gobierno, cerrada la canilla de la emisión para financiar al Tesoro. Y ante el crecimiento de esa deuda, cada tanto regresa la idea de un incumplimiento. Le pasó a Guzmán, le está pasando a Massa.

El problema es que para seducir a los inversores, la tasa que ofrecen los bonos en pesos tienen que ganarle a la inflación esperada y a las expectativas de evolución del tipo de cambio.

"Los títulos públicos que despiertan cierto apetito inversor moderado son a corto plazo y con tasas cada vez más altas por los niveles de inflación. Esto va acumulando una bola de intereses para los cuales el Banco Central tiene que emitir y pagar o refinanciar. La estrategia del equipo económico es el re financiamiento. Pero el aumento de la bola de intereses sigue creciendo", explicó a LPO una fuente del mercado.