Provincia

El plan de Kicillof para industrializar la provincia en un eventual segundo mandato

Confía en potenciar el cordón industrial de Mar del Plata a través de la explotación off shore. Mientras tanto negocia la instalación de empresas con perfil exportador.

Axel Kicillof espera con ansiedad los resultados de los trabajos de exploración de petróleo y gas en el mar, a la altura de Mar del Plata. Para el Gobernador la posibilidad de conformar allí un núcleo de producción offshore permitirá un amplio abanico de oportunidades a la provincia.

Ese será justamente el eje de un eventual segundo mandato: la reindustrialización de la provincia. Desde que los casos de contagio por covid comenzaron a bajar, Kicillof y su equipo empezaron a seguir muy de cerca todo lo relacionado a la instalación de nuevas fábricas en el territorio bonaerense.

Se sabe que el gobierno tuvo injerencia en la decisión de la firma Whirlpool para instalar en Pilar una nueva planta productiva que tendrá una inversión de USD 52 millones y será la más moderna de su tipo a nivel mundial.

Kicillof piensa en el modelo chino de industrialización: un fuerte desembarco de empresas privadas, con una clara una planificación estatal. El objetivo es revertir la matriz productiva. Dejar de exportar commodities para pasar a vender al mundo bienes con valor agregado.

Por eso la instalación la planta de Whirlpool en el norte del Conurbano se festejó en los despachos de La Plata. Se prevé que una vez que comience a operar, dos tercios de su producción serán exportados.

Con ese objetivo trabaja el propio Kicillof y su núcleo más cercano. El ministro de Producción, Augusto Costa, es quien sigue más de cerca esos temas. En tanto, Carlos Bianco (jefe de Asesores) aporta la experiencia de haber pasado por la secretaría de Relaciones Económicas de la Cancillería.

Santiago Cafiero y Federico Achaval en una recorrida por la nueva planta de Whirlpool.

A diferencia de gobernadores anteriores que tenían condicionado por los ministerios de Producción y de Relaciones Exteriores el vínculo con empresas, Kicillof y su equipo tienen vía libre para avanzar en conversaciones.

Todo esto potencia aún más la posibilidad de avanzar con un enfoque hacia la exportación de gas y petróleo.

Eso transformará además la estructura económica-productiva de Mar del Plata, una ciudad con recursos turístico y pesqueros, pero también con importantes problemas económicos como el desempleo. Con 660.000 habitantes, Mar del Plata es la tercera ciudad más poblada de la provincia detrás de La Matanza y La Plata, y en términos electorales presenta un desafío para Kicillof y para el kirchnerismo duro. Está gobernada por Guillermo Montenegro (PRO) y en las elecciones del año que viene la titular del Anses, Fernanda Raverta, buscará arrebatarle el municipio.

Días atrás, el presidente del Clúster de Energía de Mar del Plata, Marcelo Guiscardo, aseguró que en las líneas de estrategias exploratorias de YPF se calculó una producción de 29.000 millones de barriles de petróleo en Vaca Muerta para el período 2010-2019.

En tanto, para la exploración offshore se estima 31.000 millones de barriles desde 2023. "Es como tener otra Vaca Muerta en el mar", dijo Guiscardo en un evento organizado por el Mercado Electrónico de Gas (MEG).

En las líneas de estrategias exploratorias de YPF se calculó una producción de 29.000 millones de barriles de petróleo en Vaca Muerta para el período 2010-2019. En tanto, para la exploración offshore se estima 31.000 millones de barriles desde 2023. Es como tener otra Vaca Muerta en el mar.

La industria más moderna de la provincia está radicada en el norte. Se trata de un cordón industrial que se inicia en Pilar y que se extiende hacia hasta la provincia de Santa Fe. Allí atraviesa distritos con fuerte desarrollo industrial como Zárate, Campana, San Nicolás y Ramallo.

Allí se destaca la producción siderúrgica de Siderca y Siderar, del grupo Tenchint, o Acindar controlada por capitales extranjeros. Además, cuenta con plantas automotrices como Toyota (en Zárate) y Honda (en Campana).

En ese mismo cordón se asienta la producción de alimentos (grupo Arcor y la empresa Bagley) y la de agroquímicos (Atanor, Monsanto, Bunge y Dow Agrosciences).

Por otro lado está la vieja industria emplazada en el Conurbano, sobre todo en los partidos de la zona oeste y sur. Este cordón industrial sufrió los embates de los regímenes de promoción industrial de fines de la industrialización sustitutiva de importaciones y de la última dictadura militar.

En el interior asoman algunas zonas productivas relevantes. Una es el polo petroquímico de Bahía Blanca (en el sudoeste de la provincia) que abastece de distintos productos al mercado interno y externo. Allí se instala la producción de fertilizantes para la producción agropecuaria y la producción única en el país de polietileno y PVC.

Otro centro industrial de relevancia es la extracción minera y la fabricación de cemento por parte de las firmas Loma Negra y Cementos Avellaneda, en Olavarría y Tandil (centro de la provincia). En este caso su cadena de valor es una producción primaria y una industria básica.