España ve con alarma la crisis de los fertilizantes y le pide a Bruselas un plan para aumentar la producción
En febrero, semanas antes de que Vladimir Putin decidiese invadir Ucrania, la Unión Europea lanzó un enorme plan para frenar la escasez de semiconductores, un cuello de botella que amenazaba a la industria automotriz de la eurozona.
Bruselas aprobó por aquel entonces una inversión de 43.000 millones de euros para duplicar la producción de chips hasta el año 2030 y alcanzar así el 20% del mercado global (hoy del 9%). El "ambicioso plan", en boca de la presidenta de la Comisión Europea , Ursula von der Leyen, se diseñó para reducir la dependencia con Asia, líder en la fabricación de esta materia prima.
España quiere que la UE emule y adapte esta iniciativa a la actual crisis de los fertilizantes, mucho más grave y sensible, a juicio del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El Gobierno entiende que solo una "fuerte inversión comunitaria" puede frenar la parálisis que sufre hoy esta industria.
Son cada vez más las plantas que están parando su producción por el aumento exponencial del gas. En la península, como adelantó LPO, la caída de la actividad es del 30%. La situación es mucho más crítica a nivel europeo: Fertilizantes Europeos, asociación formada por 17 fabricantes y 8 asociaciones nacionales, estimó a principios de septiembre una merma productiva del 70%.
La Comisión Europea calcula que, en promedio, los Estados miembros utilizarán un 20% menos de fertilizantes en las cosechas de este otoño, lo que afectará -en cantidad y calidad- a la producción de alimentos.
En sus últimas intervenciones públicas, el ministro de Agricultura Luis Planas, reconoció la preocupación de su departamento ante este panorama, tanto en el corto plazo (malas cosechas) como a futuro (seguridad alimentaria de Europa).
"Tenemos un factor de preocupación, yo lo tengo, sobre el tema de los fertilizantes", admitió sin rodeos la semana pasada al inaugurar la Feria Internacional Ganadera de Zafra (Badajoz). Y agregó: "Hablamos de chips para la industria, para los vehículos, los automóviles; pero los fertilizantes y las semillas son los chips de la agricultura y necesitamos una autonomía de producción, capacidad de producción propia. Es muy importante y no la tenemos".
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Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la subida de los fertilizantes en los campos españoles roza el 300% respecto al año pasado. Un dato bien gráfico: según esta entidad, los agricultores de Castilla y León tuvieron que pagar 325 millones de euros de más por fertilizar con abonos nitrogenados los cultivos de la campaña de la primavera. El desembolso será mayor en este otoño.
El ministro de Agricultura Marc Fesneau, aliado de Planas en su reclamo a Bruselas.
Fertiberia, uno de los principales operadores del sector en España, mantiene cerrada desde hace un año su planta de Palos de la Frontera (Huelva) por los altos costes de producción.
Planas no está solo en su cruzada. Cuenta con el respaldo de su homónimo francés, Marc Fesneau. La dependencia del país vecino a la importación de fertilizantes (70%) es mayor a la de España (50%).
El principal temor de ambos funcionarios es que la crisis de esta materia prima se extienda en 2023 y que Europa pierda mercado, sobre todo, a manos de Estados Unidos, donde los costes de producción son entre ocho y diez veces menores.
"Los productores europeos no pueden competir en el mercado nacional y mundial. Con el mercado europeo del gas está en quiebra, la industria europea de fertilizantes se enfrenta a una crisis sin precedentes", fue la advertencia que hizo Fertilizantes Europeos.
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La Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), que nuclea al rubro de los fertilizantes, aclara que el tope al gas que anunció el Gobierno para las grandes industrias de cogeneración no alcanza para paliar la crisis.
Si la situación no se encamina, Feique no descarta que algunas empresas españolas se lleven, en el mediano plazo, su producción a mercados donde el gas tiene un coste mucho más bajo, como Estados Unidos o Argelia.