Italia

Vox celebra la "nueva Europa" que se abre con Meloni mientras se deshace por dentro

Las elecciones en Italia la dan a la ultraderecha española una bocanada de aire en su peor momento.

El triunfo de Georgia Meloni sacó del apuro a Vox. Mejor dicho: las elecciones en Italia sirvieron de tapadera para esconder una feroz interna que amenaza con quebrar su tan vendida "unidad". Tal es la crispación puertas adentro, que el fin de semana, en la antesala de los comicios en el país vecino, Macarena Olona acusó al partido de financiar cuentas de ideología nazi para acosarla en redes. 

Lo que era un gran secreto a voces -la disputa por el poder de las segundas líneas de la formación- se transformó ahora en una interna pública que amenaza con sacar a la luz los trapos más sucio del partido. En las últimas horas Macarena Olona -echada por el bando falangista, encabezado por Javier Ortega Smith y Jorge Buxadé- cruzó una línea que nadie esperaba: develar las conexiones entre Vox y grupos fascistas que, por ejemplo, alaban la figura de Adolf Hitler. 

La ya exsecretaria general del partido en el Congreso de los Diputados, denunció, abiertamente, que está sufriendo una campaña de juego sucio desde las filas de su antiguo equipo. El sábado, en su cuenta de Twitter, publicó un insultante audio que colgó en Telegram un usuario llamado "Españabola", administrado, según dio a entender, por militantes que reciben dinero oculto para difamarla.  

Vox echa a Olona y abre la puerta a una fractura en la ultraderecha 

"Lo peor no es el contenido del audio. Lo vomitivo es que se use a uno de los niños del partido para hacer el trabajo sucio de los mayores. Los españoles a quienes tanto he defendido y seguiré defendiendo no van a tragar con esto. Qué poco les conocéis", denunció Olona. Y avisó: "O paráis o entro con su identidad y de dónde recibe la financiación. No es amenaza. Pero voy a defenderme".

La advertencia descolocó a la cúpula del partido. Abascal sabe que el ventilador de Olona puede transformarse en un golpe de nocaut para Vox, en la lona del cuadrilátero -cae en todas las encuestas- tras el traspié electoral en Andalucía. Tras 24 horas de silencio, la cuenta oficial de Telegram subió un comunicado en el que se rogaba a las "cuentas del partido y a las de los cargos públicos y orgánicos de no contribuir a la polémica". El texto, llamativamente, fue borrado a los pocos minutos de publicarse. 

Lo que era un gran secreto a voces -la disputa por el poder de las segundas líneas de la formación- se transformó ahora en una interna pública que amenaza con sacar a la luz los trapos más sucio del partido 

Olona se guarda otra as bajo la manga: lanzar un partido propio que le muerda votantes a Vox. Adelantó que está dispuesta a "dar un paso al frente" con un nuevo proyecto político si su expartido "deja de ser alternativa" tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023. Dejó entrever que tiene la financiación para dar ese salto y la compañía de muchos dirigentes que, al igual que ella, se alejaron por la "falta de democracia interna".

Lo que está en juego en Vox, al cabo, es mucho más que "el silencio" de esta voz díscola. En disputa, según las pocas fuentes que filtran algo de información a los medios, está, nada menos, que el liderazgo de la formación. La salida de Olona pareciera marcar el debilitamiento del la fracción más "moderada y liberal", comandada por Iván Espinosa de los Monteros, su principal aliado. 

El poder, ahora, queda, definitivamente, en mano del grupo "falangista", del bando que pide radicalizar aún el discurso y las acciones de cara a las elecciones generales del año que viene. Esta ala avanza bajo las órdenes de Javier Ortega Smith y Jorge Buxadé, ambos con ideas neofranquistas. 

Lo que está en juego en Vox, al cabo, es mucho más que "el silencio" de esta voz díscola. En disputa, según las pocas fuentes que filtran algo de información a los medios, está, nada menos, que el liderazgo de la formación. La salida de Olona pareciera marcar el debilitamiento del la fracción más "moderada y liberal", comandada por Iván Espinosa de los Monteros, su principal aliado

El triunfo de Meloni es una gran espaldarazo para esta línea de conducción, la más afín a Abascal. En paralelo a la batalla interna -dejar sin ningún poder al bando mas cercano al PP-, va a librar un cambio de estrategia: pegarse sin disimulo a la líder de Hermanos de Italia y copiar un discurso fascista, que hasta ahora, Vox a replicado a cuenta gotas para no espantar a los votantes de centroderecha.

"Vox no cree en la democracia"

Este lunes, Abascal avisó que Meloni está "mostrando el camino" de España y de toda Europa. "Italia marca el camino de una nueva Europa de naciones libres y soberanas. El pueblo decidirá su futuro. Sin pedir permiso a ningún oligarca", fue el mensaje del partido en sus canales de redes sociales.