Diplomacia

Blinken prepara un cerco político contra Ken Salazar por su "diplomacia errática"

Impondrá más controles diplomáticos de carrera sobre sobre embajadores políticos. La molestia por la entrevista con Loret de Mola.

El secretario de Estado Anthony Blinken y un grupo de senadores están analizando mayores controles para los embajadores de Estados Unidos que hayan tenido roles activos como recaudadores de campañas electorales de ese país. Es decir, los embajadores políticos. Mediante un sistema de encuestas reservadas se pretenderá que los funcionarios diplomáticos de carrera tengan mayor supervisión sobre embajadores que llegaron a ese cargo por sus apoyos recaudatorios. Así lo detallaron a LPO desde el Departamento de Estado.

Este sistema, que viene con el patrocionio del senador Tim Kaine, cercano a la familia Obama y candidato a vicepresidente de Hillary Clinton en 2016, puede convertirse en un dolor de cabeza para los embajadores Ken Salazar en México y Marc Stanley en Argentina. El primero recaudó para las campañas de Joe Biden y Kamala Harris en Colorado y el segundo hizo lo propio en Texas, dos plazas que no son sencillas para los demócratas.

Salazar después de un año en México: "En seguridad aún falta mucho por hacer"

Salazar y Stanley tienen similitudes en el pasado y en el presente. Ambos provienen del mundo judicial y del derecho -el primero como ex fiscal estatal y el segundo como litigante- y han demostrado una hiperactividad en sus funciones diplomáticas que no agrada al staff de Blinken, dominado mayoritariamente por académicos y diplomáticos de carrera. Justamente, el reglamento que se está desarrollando pretende un sistema de llamados de atención desde la Inspección General del Departamento de Estado. 

Salazar ya fue apuntado por un extenso reportaje en The New York Times que confirmó lo anticipado por LPO: Blinken no está conforme con el embajador -es sostenido por Biden- y entiende que es culpable de haber dado señales contradictorias en la disputa por las leyes de Andrés Manuel López Obrador en materia energética. 

El embajador de los Estados Unidos, Ken Salazar, junto a Claudia Sheinbaum. 

Para la óptica de Blinken, el embajador Salazar siempre le ha dicho al presidente mexicano lo que a este le agrada escuchar. Nunca ha marcado límites y por eso la posibilidad de que haya paneles de controversia en el marco del T-MEC que le pueden costar a México 30,000 millones de dólares.

Salazar le dio una entrevista a Carlos Loret de Mola hace apenas unos días, otro de los tropiezos de su "diplomacia errática", según entienden en el entorno de Blinken. Justo cuando Salazar quiere empezar a mostrarse menos cercano a la 4T, le brinda un reportaje al periodista más opositor al gobierno, y en Latinus que es acusado por el obradorismo de estar financiado justamente por el Departamento de Estado de los EU.

Justo cuando Salazar quiere empezar a mostrarse menos cercano a la 4T, le brinda un reportaje al periodista más opositor al gobierno, y en Latinus que es acusado por el obradorismo de estar financiado justamente por el Departamento de Estado de los EU.

Stanley es un caso similar. Semanas atrás en una reunión del Council of Americas en Buenos Aires llegó a decir que la oposición racional debía unirse para desbancar al peronismo en las elecciones presidenciales del año que viene, en un claro gesto de injerencismo.

Ambos han reculado en función del malestar de Blinken. Salazar ya cuestionó en dos ocasiones la política de seguridad de López Obrador mientras que Stanley fue extremadamente solícito con el ministro de Economía argentino Sergio Massa en su reciente viaje de este a Washington DC, llegando al punto de decir en privado que él confiaba en Massa porque al aceptar este ser ministro "ponía en juego su futuro político".