Cumbre de las Américas

Alberto cree que su discurso en la Cumbre lo ayudó con Biden y que desplaza a AMLO como interlocutor

Revelaciones y cálculos hacia futuro. Mundos contrapuestos y la teoría del adversario para sumar puntos con Biden.

 Alberto Fernández abandonó este viernes California para regresar a Buenos Aires con la tesis de que su discurso en el plenario de la Cumbre de las Américas fue funcional a su relación con Joe Biden. Fernández atacó a la OEA a quien acusó de propiciar el golpe contra Evo Morales y cuestionó la exclusión de Cuba y Venezuela del encuentro, pero asume que la Casa Blanca lo respeta más por su posicionamiento.

Y no sólo por esto, también porque jugó respetando ciertas reglas de juego. Asistió a la cumbre para no desairar a Biden y los ejes de su discurso fueron previamente acordados con la administración demócrata, como anticipó en exclusiva LPO.

La pulseada detrás de la Cumbre

Según la lógica que esgrimen en la delegación de Alberto Fernández, el Departamento de Estado suele ser distante de aliados incondicionales pero respeta más a aquellos que plantan sus ideas frente al país más poderoso del mundo. Asesores del presidente anclaron esta lógica en dos hechos que tuvieron lugar las últimas horas en la Cumbre: por un lado que en el plenario Biden casi no manifestó nada ante discursos alineados con Estados Unidos pero cuando Fernández terminó de hablar se puso de pie y lo felicitó. 

En esa misma línea, la bilateral más extensa que tuvo Biden en la Cumbre fue con Jair Bolsonaro, casi una hora de duración, con un presidente como el brasileño que es hostil a la Casa Blanca y que durante días se negó a llamar por teléfono a Biden. Gabriel Boric, en tanto, cordial con Washington, debió contentarse con unos pocos minutos.

Alberto asume que logró desplazar a López Obrador de la interlocución con América Latina y que fue un acierto estar en Los Ángeles, a diferencia del presidente mexicano que envió a su canciller Marcelo Ebrard.

A partir de esta base, Fernández asume que logró desplazar a Andrés Manuel López Obrador de la interlocución con América Latina y que fue un acierto estar en Los Ángeles, a diferencia del presidente mexicano que envió a su canciller Marcelo Ebrard.

La relación entre México y Argentina sigue en niveles estables pero en el staff de Fernández confirman un ligero malestar de AMLO con la decisión final del presidente argentino de asistir a California cuando en una conversación entre gobiernos se había instalado la posibilidad de no asistir e incluso de organizar una contracumbre, como fue revelado por este medio.

AMLO y Fernández viven en mundos contrapuestos. El primero es el político más popular de su país, tiene la sucesión casi asegurada en 2024 y una macroeconomía estable, con el peso mexicano entre las monedas emergentes de mejor desempeño. 

Bob Menéndez, sin filtro: "López Obrador trató de chantajear al presidente Biden"

Fernández, por su parte, vive sus horas más bajas en cuanto a niveles de aprobación, perdió las elecciones de medio termino, tiene mala relación con buena parte de su coalición gobernante y su administración está acorralada por el descontrol económico y una inflación alocada, que fulmina los salarios y dispara la pobreza.

Esta diferencia explica el fervor con el cual Fernández sale al exterior. En las próximas semanas estará en una reunión del G7, visitará a Biden en Washington, asistirá a una reunión de los BRICS y organizará el plenario de la CELAC. Es entendible: el presidente argentino busca oxígeno ante el abismo que implica su cotidianidad en la Casa Rosada.