La Cumbre de Bruselas

Sánchez se topa con la resistencia de Alemania y Holanda y su acuerdo energético se estanca

El presidente español pide en la Cumbre de Bruselas un trato diferencial para su país y Portugal, una "isla energética" con poca interconexiones. El primer ministro alemán, Olaf Scholz, rechaza cualquier reforma estructural.

"Don Quijote". Así, entre risas y sorna, llaman en la Cumbre de Bruselas al presidente español Pedro Sánchez por su obstinada lucha "contra los molinos de vientos": lograr que la Unión Europea desacople el precio del gas al de la energía para lograr un alivio tanto en las cadenas productivas como en los hogares de la península.

Esa reforma estructural, según las primeras negociaciones entre los 27 líderes de la UE, parece improbable. Sánchez pretende en las reuniones de este viernes que sus socios habiliten, al menos, un "parche coyuntural" para la "isla energética", como define a España y Portugal por la ausencia de interconexiones con el resto de los países europeos.

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El problema para Sánchez es que Alemania y Países Bajos están en contra de cualquier reforma estructural. Creen que la propuesta del Gobierno español puede "poner en peligro la seguridad de la oferta" y generar así más dependencia con Rusia. Este grupo, en el que también están Irlanda y Dinamarca, propone "acelerar las medidas de eficiencia energética, la implantación de renovables y las interconexiones".

España y Portugal cuentan con el apoyo de Italia, Grecia y Bélgica. Presionan para poner un tope a los precios energéticos y desacoplar la luz del gas. "La clave es convencer a Olaf Scholz (primer ministro alemán)", resumen desde Moncloa.

La Península Ibérica merece una consideración específica. Sin vulnerar el mercado energético ni la política común, hay que dar una respuesta específica 

En todas sus conversaciones, Sánchez insiste que lo que pide es una medida "quirúrgica, temporal, y sin impacto en el mercado" al estar puntualizada solo en la "isla energética". El reto del mandatario español es convencer a los socios de más peso dentro del grupo de los 27 de que no necesita una "reforma total del mercado eléctrico, ni un tope generalizado al precio del gas". Solo necesita un "visto bueno" poder hacerlo en su país.

"Queremos una solución para toda Europa e incorporar un tope a los precios del gas. Esto puede llevar unas semanas, y por eso proponemos responder a la particularidad de la Península Ibérica", ha explicado Sánchez en el contacto con la prensa.

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Y ha agregado: "Nosotros hablamos de tres pasos: el primero, medidas urgentes más alineadas con la realidad geográfica de la Península Ibérica y su conectividad energética; el segundo, lo que propone España junto con Italia, Grecia, Bélgica, Portugal y Rumanía, que es ver cómo podemos negociar conjuntamente la compra de gas y cómo podemos controlar el precio del gas; y en tercer lugar, ir a una reforma estructural del mercado energético".

Para el líder socialista, "es innegable que hay una realidad muy específica de una parte de Europa, que es la Península Ibérica, una isla energética con solo un 2,8% de interconexiones con el mercado energético europeo"

"La Península Ibérica merece una consideración específica. Sin vulnerar el mercado energético ni la política común, hay que dar una respuesta específica", ha concluido.