Qué hay detrás de la inesperada resistencia de Ucrania al Ejército de Putin
A 19 días del comienzo de la invasión rusa a Ucrania, lo que se había presentado como una operación relámpago para tomar las regiones independentistas y provocar la caída del gobierno pro occidental de Zelensky se convirtió en una sangrienta y extensa guerra en todo el territorio con masivas bajas de civiles y destrucción de ciudades.
Las tropas Putin todavía no lograron conquistas Kiev, mientras que Mariúpol también resiste en medio de una crisis humanitaria y los bombardeos continúan en Járkov. Hasta ahora el ejército ruso no ha tenido ningún triunfo nítido que le asegure el control de alguna de estas grandes ciudades ucranianas. La pregunta que surge es hasta cuándo Ucrania podrá resistir.
"Ucrania es capaz de limitar y complejizar el esfuerzo de los rusos. Pero la avanzada de Rusia no se ha detenido. A la larga los rusos van a terminar logrando el objetivo militar, aunque se empantanen. Rusia llevó a la frontera 200 mil hombres, de los cuales 170 mil ya están en el campo de batalla. Todavía tiene una reserva, que es la que está movilizando. Ha perdido más blindados que Ucrania, sí, y puede ser que hasta más hombres. No están ganando, pero los rusos vienen avanzando. Más lento, pero vienen avanzando", explica a LPO el politólogo Juan Battaleme, experto en seguridad internacional.
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Volodimir Zelenski logró consolidar un Ejército sin fisuras aparentes y derribar el mito de la infalibilidad de las tropas rusas. Es un golpe de efecto poderoso, aunque en el largo plazo, para distintos analistas es difícil que logre imponerse sobre el músculo militar de Moscú.
Al respecto, el especialista recuerda que la "lógica soviética o rusa del combate urbano es no entrar, sino asfixiar". Además, existen cuestiones de logísticas, "en particular el clima, la velocidad de la primera semana de movimiento y los tres frentes abiertos, que tienen que nutrir". Y el factor occidental, con el suministro de armamento a Ucrania en los últimos meses de 2021, también retrasó los planes de Putin.
"Los ucranianos tuvieron tiempo para plantear algún tipo de defensa asimétrica o guerra de guerrillas. Por eso lograron hacérselo más lento a Rusia. Conquistar un país de 41 millones de personas no es algo que se hace en cuatro días", apunta Battaleme. Esta realidad forzó al Kremlin cambiar de estrategia: si en un primer momento se buscaba avanzar sobre el Donbás para obtener alguna concesión a cambio, ahora "entramos en una guerra total de conquista y en una guerra de desgaste".
Un soldado ucraniano supervisa la evacuación de civiles en la ciudad de Irpin, bajo el bombardeo ruso.
La estrategia rusa tuvo errores de cálculo, pero también presenta líneas rojas. Rusia descarta un enfrentamiento directo con la OTAN, más allá de que haya atacado el domingo una base militar ucraniana en Yavoriv, a solo 20 kilómetros de la frontera con Polonia. La reconfiguración de los planes de Putin obliga a avanzar sobre el resto de Ucrania -en dirección a la parte occidental del país-, en los límites geográficos de la alianza atlántica. Un paso en falso tendría consecuencias impredecibles.
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Para el secretario académico del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), a Putin se lo puede disuadir. "A priori es un líder con objetivos limitados. Putin asume que Occidente puede ganar una guerra convencional y que por lo tanto debe mantener el primer uso de las armas nucleares en caso de que Occidente lo ataque. Y la superioridad tecnológica occidental hace que Rusia tenga que jugar el juego a la defensiva. La guerra tiene que conseguir un objetivo político", dice.
El problema para el presidente ruso es cómo salir de Ucrania, o en otras palabras hasta dónde avanzar y qué puede negociar. "Putin depende de los avances. Occidente se apuró a tirarle todas las sanciones a Rusia, cuando podría haber manejado los umbrales de dolor. Ahora le refuerzan la voluntad a Rusia de seguir, si Putin desescala sin concesiones del otro lado, se asoma al abismo", sostiene Battaleme.
El presidente ruso Vladimir Putin mantiene una videoconferencia con miembros de su gobierno, el pasado jueves.
Según battaleme, Estados Unidos y Europa respondieron a Rusia "en función de la ruptura del acuerdo tácito del orden liberal del 45, por el que no debería haber más guerras de grandes poderes en Europa". La provisión de armas a Ucrania dificulta el avance ruso y genera una especie de ilusión en torno a los logros de la resistencia ucraniana. "Todo líder responsable debe preguntarse hasta cuándo los civiles van a pagar la resistencia, sobre todo cuando Rusia ha entrado en una fase de obliteración", señala.
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Putin ha intentado buscar una salida a este escenario, tentando al Ejército ucraniano con la oferta derrocar a Zelenski, tomar el poder y negociar con Moscú. De momento, la iniciativa fracasó. La amenaza nuclear tampoco resultó. Occidente sigue aprovisionando a Kiev. La propuesta de Putin de movilizar mercenarios de Medio Oriente, según el especialista, es más un arma de propaganda que responde a los brigadistas internacionales que convocó Zelenski que una opción seria. Por el momento basta con los soldados chechenos.
"El FSB (sucesor de la KGB) posiblemente haya fallado. Putin pensó una guerra y los ucranianos le plantearon otra. Occidente les dio los medios para que pelearan otro tipo de guerra. Hubo errores de cálculo. Pero Rusia tiene recursos como para hacer añicos a Ucrania sin que la OTAN se meta", concluye el experto.