Reforma laboral

Los partidos nacionalistas confrontan con las ambiciones políticas de Yolanda Díaz

El armado transversal de la vicepresidenta amenaza a las formaciones nacionalistas. Díaz se choca con obstáculos para lanzar su candidatura a 2023.

 La atención que concitó la reforma laboral y las oposiciones que encontró dentro de la base aliada del gobierno habla más de los intereses en juego que del contenido mismo del proyecto. La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz tuvo que aceptar sin demasiada alternativa el acompañamiento de Ciudadanos y UPN por el rechazo de ERC, EH Bildu, PNV y BNG. Las negociaciones con los partidos nacionalistas fracasaron a la hora de encontrar un consenso.

 El Gobierno paga un coste alto con la reforma laboral al resquebrajar su bloque de investidura

Pero Díaz advirtió la estrategia en el pleno del Congreso de los Diputados, cuando aprovechó su intervención para recordar que llevaba semanas "hablando con los interlocutores políticos para recabar su apoyo a la reforma". "No he logrado hablar con muchas de sus señorías de ninguno de los contenidos de esta norma", apuntó. El mensaje iba por los socios de investidura.

Lo cierto es que varias cuestiones se interpusieron en el camino de la reforma laboral. Una de ellas es el protagonismo que está ganando la ministra de Trabajo y el impulso que está tomando su candidatura. Su armado transversal está trastocando la dinámica de formaciones como Unidas Podemos y Más País y el mapa político de las comunidades autónomas. Eso explica la tenaz resistencia a la reforma promovida por el ministerio que dirige. 

En 2015, los partidos nacionalistas en el Congreso pasaron de 39 a 26 escaños. ERC, PNV, Convergencia, Bildu, Coalición Canaria y BNG sufrieron un retroceso frente al auge de Podemos

Ada Colau apoya el proyecto político de Díaz. La alcaldesa de Barcelona y los comuns pueden ser un rival competitivo para ERC, sobre todo cuando la espuma del independentismo está a la baja. La candidatura de Díaz puede quitarles más votos a los republicanos catalanes que a Junts o la CUP. Lo mismo ocurre en el País Vasco, donde tanto EH Bildu y PNV boicotearon la reforma laboral.

 Ada Colau, Fátima Hamed Hossain, Yolanda Díaz, Mónica García y Mónica Oltra en Valencia, en noviembre pasado. 

En 2015, los partidos nacionalistas en el Congreso pasaron de 39 a 26 escaños. ERC, PNV, Convergencia, Bildu, Coalición Canaria y BNG sufrieron un retroceso frente al auge de Podemos. Los morados, entonces liderados por Pablo Iglesias, habían obtenido triunfos definitivos en Cataluña y el País Vasco. En 2019, ya como Unidas Podemos, la formación perdió votos y bancas, mientras los partidos nacionalistas e independentistas recobraban la influencia perdida.

Está previsto que la legislatura culmine en 2023 y la probable candidatura de Díaz es una amenaza para los partidos más chicos. Así, la vicepresidenta no solo se enfrenta al PSOE de Pedro Sánchez, que salvó la ley solo por los compromisos con Bruselas. En concreto, ERC, Bildu y PNV levantaron una barrera a las ambiciones presidenciales de Díaz. A partir de allí se entiende la defensa cerrada de estos partidos y BNG a los sindicatos locales, en una pulseada simultánea con CCOO y UGT.

Desde Valencia, Yolanda Díaz lanza su proyecto de una izquierda amplia para competirle a Sánchez

Cuando Díaz encabezó un encuentro de lanzamiento semioficial en Valencia de su proyecto junto a Colau, la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, la portavoz de Más Madrid, Mónica García, y la portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía en Ceuta, Fátima Hamed Hossain, en noviembre pasado, la ministra levantó suspicacias incluso dentro de Unidas Podemos. El camino a su candidatura para 2023 choca con otras ambiciones, y la reforma laboral, con su victoria pírrica, fue la muestra más explícita hasta el momento.