Hungría

Con la crisis en Ucrania, Putin rompe el eje entre Polonia y Hungría

Orban busca ampliar la alianza con Putin a pocos meses de las elecciones en Hungría. Polonia asiste a Ucrania y desconfía de las intensiones rusas. República Checa y Eslovaquia consuman un giro hacia Bruselas.

 El conflicto en la frontera entre Rusia y Ucrania está cambiando la dinámica del grupo de Visegrado, que reúne a Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa. Aunque los dos primeros suelen aliarse para cuestionar recurrentemente la legislación comunitaria, convirtiéndose en los socios incómodos de la UE, los planes del Kremlin en Europa del Este los separa cada vez más.

Nada ilustra mejor está situación que la visita del primer ministro húngaro Viktor Orban al presidente ruso Vladimir Putin, que se llevaba a cabo al mismo tiempo en que el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, aterrizaba en Kiev para firmar un acuerdo de asistencia a Ucrania junto a Reino Unido.

Orbán visita a Putin en plena tensión entre Rusia y Ucrania

Para Orban se trata de una provocación más a la UE, pero en Bruselas hubo una lectura distinta. El premier húngaro se mira en el espejo de Putin, calcando su legislación contras las libertades individuales y la independencia de las instituciones, y busca una suerte de inspiración para los comicios de abril, que le preocupan particularmente. Por primera vez en diez años, la hegemonía del oficialismo no está garantizada. 

Obran busca una suerte de inspiración en Putin para los comicios de abril, que le preocupan particularmente. Por primera vez en diez años, la hegemonía del oficialismo húngaro no está garantizada

En esencia, la visita a Moscú es una ruptura con el atlantismo y la posición europea de condena al despliegue militar que prepara Putin. Orban recoge los postulados de la extrema derecha continental y arropa al líder ruso, sin advertir que la jugada puede impulsar a la oposición húngara si el primer ministro sigue forzando el vínculo con Bruselas.

 El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki con su par de Ucrania, Denis Shmyhal. 

Para Polonia es inconcebible una aproximación a Rusia. Varsovia recuerda el reciente "ataque híbrido" lanzado por Putin desde Bielorrusia a través de una crisis humanitaria artificial para presionar la frontera polaca. "Viviendo cerca de un vecino como Rusia tenemos la sensación de vivir al pie de un volcán", dijo Morawiecki tras reunirse con su par ucraniano, Denis Shmyhal, y con el presidente Volodímir Zelenski.

El jefe de Gobierno polaco llegó a la capital ucraniana para promocionar el plan británico de 105 millones de euros para reducir la dependencia energética de Rusia, aunque por su parte prometió ayuda económica, militar y humanitaria a la exrepública soviética. Polonia sabe que cualquier negociación con Rusia adopta la forma del chantaje. En este aspecto, el alineamiento entre Varsovia y la OTAN es automático.  

Viviendo cerca de un vecino como Rusia tenemos la sensación de vivir al pie de un volcán

Polonia comparte con los países bálticos una postura firme contra Rusia, moldeada al calor de la historia compartida, y la actual escalada la aleja de Hungría. Por su parte, el Kremlin tomó nota de la alianza entre Reino Unido, Polonia y Ucrania y advirtió este miércoles que Kiev prepara una operación militar para recuperar la península de Crimea, que Moscú le arrebató y anexó en 2014. Son especulaciones, ya que el Kremlin no aportó pruebas.

La UE prepara sanciones contra Bielorrusia por desatar una crisis humanitaria

La semana pasada, el Ministerio de Defensa checó anunció la donación a Ucrania de más de 4.000 proyectiles de artillería calibre 152 milímetros en un "importante gesto de solidaridad", según describió la Jana Cernochova. Resulta que el primer ministro Petr Fiala, en el cargo desde noviembre pasado, es un europeísta que rechaza la actitud de Orban. Visegrado ya había comenzado a crujir antes de la escalada rusoucraniana, pero la posibilidad de un conflicto armado potenció la virtual ruptura.

Orban ha reconocido las diferencias en públicos y hasta expuso que Eslovaquia tiene una relación diferente con la UE, distinta a la que desearía el premier húngaro. Pero en la medida que más se acerca a Putin y le confiere mayor relevancia, los líderes de Polonia, República Checa y Eslovaquia especulan con los resultados de las elecciones en Hungría y se preguntan si un cambio de gobierno no sería lo mejor para quebrar el eje Budapest-Moscú.