El momentum de Scherer

Los grandes temas que preocupan al Presidente pasan hoy por la oficina de su Consejero Jurídico. El cabildeo en la Corte y la mayoría en el Tribunal Electoral.

Quizás una de las primeras grandes transformaciones reales y tangibles que generó la victoria de AMLO fue la implosión de los vasos comunicantes entre el mundo de los negocios, la justicia, el universo legislativo y el poder ejecutivo. Las huellas de esos caminos recorridos durante décadas parecieron borrarse en un instante.

¿Quién no recibió esa pregunta desesperada de algún hombre de negocios o de algún experimentado cabildero, ahora desorientado porque no sabía por dónde ingresar sus inquietudes? El círculo rojo que conocían había desaparecido. Y todavía más angustiante era la dificultad para hacer foco en este nuevo esquema de poder.

¿Quién es el hombre del Presidente? ¿Quién incide realmente en sus decisiones? Esas preguntas siguen circulando con la misma fascinación que los primeros días de la 4T, y acaso expliquen -sin respuestas de forma taxativa- el modo de conducción que plantea López Obrador. No hay un hombre, pero sí hay momentos para esos hombres.

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Alfonso Romo disfrutó de su esplendor en la campaña, cuando era necesario mostrar cierta vocación de construir eso que se llama "clima de negocios". Luego tropezó con el Aeropuerto de Texcoco, con la nueva ronda de licitaciones petroleras, con los farmouts de Pemex. Varios tropiezos juntos.

Ricardo Monreal también se lució con la agenda de reformas prioritarias, en el envión de los primeros meses de gobierno. López-Gatell se encandiló con los brillos al inicio de una pandemia que sería larga, dolorosa y sobre todo desgastante.

Pero en las últimas semanas el momentum de Julio Scherer se hizo cada vez más evidente. El Consejero Jurídico maneja por estos días los temas que más le preocupan al Presidente. Silencioso y perfil bajo, mueve hilos del poder en aspectos claves para 2021.

La rifa del avión ya pasó, ahora viene la consulta de los ex presidentes. Y la votación en la Suprema Corte no estuvo fácil. Un bloque potente -hoy votaron cinco ministros contra la consulta de AMLO- se resistía a aceptar la constitucionalidad del proceso. Cuatro votos estaban asegurados: Margarita Ríos Farjat, Yasmín Esquivel, José Luis González Alcántara y Arturo Zaldívar, cada vez más cercano a Palacio.

Scherer tenía que conseguir dos votos más que le den la mayoría, y le garanticen a AMLO esa narrativa que parece el más explosivo de los combustibles electorales para Morena: el combate a la corrupción de lo que durante años bautizó "la mafia del poder". 

Se consiguió ese apoyo en Alberto Pérez Dayán, el ministro favorito de Carlos Slim, y en Alfredo Gutiérrez Ortíz Mena, cuya llegada a la Corte se referencia con Enrique Peña Nieto, pero más específicamente por su amistad con Luis Videgaray. Ambos designados en la transición de Calderón.

No es la única tarea de Scherer. Como reveló LPO, su intervención para liderar una nueva mayoría en el Tribunal Electoral podría quedar a la luz en los próximos días. El grupo de Felipe Fuentes, José Luis Vargas, Mónica Soto y Felipe de la Mata parece haberse alineado con el funcionario de Palacio Nacional.

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¿Darán lugar a una impugnación en los próximos días para que el proceso de renovación en Morena quede en foja cero? Es la teoría que manejan muchos operadores de Morena. Dirigencia, candidaturas y nuevos partidos políticos, el tridente de fuego para 2021 que pasará por ese Tribunal. El rol de Scherer será decisivo.

Un dato no menor: en los próximos días también se debería resolver si México Libre, el partido de Felipe Calderón y Margarita Zavala, finalmente obtiene su registro. Hay más. En las Redes Sociales Progresistas -el partido de Elba Esther- operan activamente los hijos del General Audomaro Martínez -jefe de la inteligencia-, del General Homero Mendoza -jefe del Estado Mayor de Defensa- y del propio Julio Scherer. El destino de ese partido parece cantado.

La negociación con Pedro Haces corre por otro carril. Algunos morenistas que visitan seguido Palacio aseguran que la validación de su partido desde el Tribunal Electoral podría significar una suerte de compensación al principal socio político del sindicalista por tirar la encuesta de Morena.