Diputados

La oposición presiona al Gobierno para votar con boleta única en 2023

El interbloque federal presentó un proyecto y Juntos lo respalda. Buscarían tratarlo en marzo. Los partidos provinciales y la izquierda serán los árbitros.

Los principales partidos de la oposición intentarán aprobar este año una ley que incorpore la boleta única en las elecciones presidenciales, un sistema utilizado en los países región pero por ahora resistido en la Casa Rosada.

Consiste en sustituir las boletas de cada partido político que inundan los cuartos oscuros por otras que incluyan el detalle de todos los candidatos en columnas, para que el elector opte por el suyo marcando una cruz con su birome. 

De esta manera, se olvidan las denuncias por robo de boletas de los partidos con menor capacidad de desplegar fiscales y los problemas logísticos para las impresiones de los que no juntan fondos para pagar los anticipos.

El año pasado los diputados Alejandro "Topo" Rodríguez, Graciela Camaño y Jorge Sarghini, peronistas disidentes del interbloque federal, presentaron un proyecto para implementar la boleta única en las últimas elecciones legislativas.

Alejandro "Topo" Rodríguez. 

Intentaron sumarlo al debate del cambio de fechas de los comicios, pero Eduardo "Wado" De Pedro se opuso y Juntos por el Cambio prefirió dejarlo para otro omento. El ministro explicó que ya se había organizado la logística para votar con el protocolo tradicional y no había tiempo de modificarla.

El Topo Rodríguez, quien con Camaño ganaron su banca en 2019 en la boleta de Roberto Lavagna, anunció que volverá a la carga con el debate en marzo y los jefes de Juntos le anticiparon su respaldo en charlas que mantuvieron antes de fin de año. El encargado de ratificar voluntades es Cristian Ritondo, titular del PRO y tal de todo el interbloque desde marzo.  

"No hay que permitir que el gobierno trabe la Boleta Única de Papel. Si lo hace, habrá serios problemas porque el nivel de tolerancia social ante el conservadurismo de la mala política está llegando a cero", sostuvo Rodríguez en un tuit del último 14 de enero.

El proyecto de boleta única fue presentado el año pasado por Alejandro "Topo" Rodríguez, cercano a Lavagna. Juntos prefiere el sistema electrónico, pero lo respaldaría para unir a la oposición. Si los partidos provinciales y la izquierda apoyan, el gobierno debería ceder. 

Mauricio Macri promovió sin éxito la boleta única electrónica, utilizada en la Ciudad y en Salta, que consiste en imprimir la papeleta del partido elegido pulsando una pantalla. Fue aprobada en 2016 en Diputados, pero la mayoría peronista la trabó en el Senado, donde se hacen pesar los gobernadores.

Cuestionaban el escrutinio, porque si bien puede resolverse en una hora, delega la trazabilidad del voto a un software controlado por el gobierno de turno. O sea, si se perdieran sufragantes en la noche de la elección nadie podrá saber bien qué pasó hasta abrir la urnas. 

Para no volver sobre ese debate, en Juntos acordaron respaldar la boleta única tradicional si fuera el único acuerdo posible con la oposición. Planean sumarla a una larga lista de proyectos para unificar a la oposición y complicar al Gobierno, como la ficha limpia (que impide ser candidato a condenados) y las reformas a la ley de alquileres.

La diferencia es que la boleta única podría alcanzar una mayoría porque no disgusta a los partidos provinciales que suelen acompañar al Gobierno y le garantiza una mayoría en el Senado. Les permitiría jerarquizar la elección a legisladores nacionales cuando coincide con las presidenciales. También le sirve a la izquierda, víctima del robo de boletas o de la falta de plata para imprimirlas. 

Cristian Ritondo. 

La boleta única tradicional que propone el Topo Rodríguez se aplica en la mayoría de los países de América Latina. Sólo Brasil persiste con el voto electrónico.

En Argentina la usa Córdoba desde 2011. Este mismo año, cuando fue reelecta presidenta Cristina Kirchner la rechazó por la cantidad de errores que hubo en la primera votación, que consagró gobernador a José Manuel de la Sota. No eran tiempos de una comunicación digital tan sofisticada para explicar una técnica electoral nueva. 

Unos meses antes, Santa Fe había inaugurado la boleta única por categoría, que es igual, pero con una papeleta y urna distinta por cada cargo a elegir.

La implementaron los socialistas, que por entonces gobernaban y ahora tiene dos disputados en el interbloque federal, junto a los cuatro cordobeses del gobernador Juan Schiaretti y al trío de peronistas bonaerenses, liderados por el Topo.

Ya no cuentan con Sarghini pero sí con Florencio Randazzo, quien militó por cambiar el sistema de votación desde sus años de ministro de Gobierno de la provincia. Nunca lo logró y cuando fue ministro del Interior olvidó el tema. 

Pero en la campaña electoral pidió por la boleta única y se anotó para gestionar su sanción. "Se tiene que aprobar este año sí o sí porque el que viene vuelve a haber elecciones", dijo en una entrevista reciente. El debate empieza en marzo.