Deuda externa

Antes de fin de año Argentina podría contar con USD 1.400 millones frescos del Fondo Monetario

El Fondo avanza con la creación del Fideicomiso de Resiliencia que dispondría de un total de USD 50.000 millones para países de ingresos bajos y medios.

 Argentina podría contar con unos 1.402,5 millones de dólares frescos del FMI antes de fin de año, según se desprende de la última publicación de la directora del Departamento de Estrategia, Política y Revisión (SPR) del FMI, Ceyla Pazarbasioglu, en el blog del organismo.

Ella y su número dos, Uma Ramakrishnan, están trabajando en la creación del Fideicomiso de Resiliencia y Sustenibilidad (RST por sus siglas en inglés), una línea de crédito que permitiría a los países de bajos y medianos ingresos hacerse de una parte de los Derechos Especiales de Giro que el FMI repartió el 2 de agosto último y que terminaron sin uso alguno en los bancos centrales de los países más ricos. De acuerdo a sus estimaciones, unos 50.000 millones de dólares podrían nutrir a este fideicomiso.

Si todo avanza como las funcionarias prevén, el instrumento crediticio podría ser aprobado antes de las próximas Reuniones de Primavera de la institución a celebrarse en el mes de abril y estar "totalmente operativo antes de fin de año".

La idea es que el 75% de los países miembro del FMI estén en condiciones de pedirlo. "Esto incluye a todos los países de ingresos bajos, todos los países en vías de desarrollo y los pequeños estados vulnerables, y todos los países de ingresos medios con un Ingreso Nacional Bruto per cápita inferior a 10 veces el tope operativo del IDA 2020, o cerca de 12.000 dólares", detallaron las funcionarias. De esta forma, Argentina podría acceder a esta línea ya que su PBI per cápita no llegó en 2021 a los 10 mil dólares.

 Calificar para el crédito, por su parte, depende de presentar ante el organismo programas concretos para atacar "desafíos macro-críticos de largo plazo que conlleven riesgo macroeconómico significativo para sostenibilidad y la resiliencia de los países miembro, incluyendo el cambio climático, preparación padémica y digitalización. Pero no cualquier desafío estructural de largo plazo se presta para una préstamo del FMI. La habilidad de soportar reformas en un área particular dependerá de la capacidad y acceso diagnósticos robustos, la habilidad de identificar prioridades de política y desarrolar los objetivos de reforma apropiados. La 'ownership' (apropiación) de los países y el fuerte compromiso de loas autoridades para llevar adelante las reformas necesarias serán críticos para catalizar el tan necesitado financiamiento de los bancos de desarrollo multilaterales y el sector privado", aclararon las funcionarias. 

Guzmán busca que el FMI diseñe un crédito distinto para los que no pueden pagar

De acuerdo al diseño provisorio de esta nueva herramienta de crédito, los países podrían acceder a financiamiento sujeto a la evaluación del organismo por un máximo de 1.000 millones de Derechos Especiales de Giro o 150% de la cuota de cada país, el menor de ambos. En el caso de Argentina, cuya cuota es de  3.187,3 millones de DEGs se aplicaría el primero de los límites que, a la cotización actual de los DEGs equivale a 1.400 millones de dólares.

Lo interesante de este instrumento es que es un préstamo a 20 años con los 10 primeros años de gracia. Tal y como impulsó el ministro Guzmán junto a Sergio Chodos, este instrumento es más largo en el tiempo que todos los disponibles en el FMI hasta la fecha. Y aunque sus tasas de interés no están determinadas todavía, las funcionarias aspiran a que sean menores para los países de menores ingresos.

Los usos de los DEGs

La posibilidad de que Argentina se haga de Derechos Especiales de Giro en el corto plazo llama la atención del mercado financiero a la luz de las escasas reservas internacionales netas que tiene el Banco Central. En especial para hacerle frente a las obligaciones financieras inmediatas.

En caso de solicitar este crédito, que no es incompatible a priori con otros programas vigentes, es de esperar que el Gobierno los compute como un préstamo al Tesoro como hizo en agosto último para luego entregárselos al Banco Central a cambio de emisión monetaria con la que gestionar las políticas específicas al interior del país. Una vez en poder del Banco Central estos DEGs podrían cambiarse por dólares mediante operaciones bilaterales con otros países y de esta forma, se incrementaría el poder de pago a bonistas, organismos internacionales y otros acreedores.

Así y todo, cabe aclarar que el monto es inferior a lo que se le adeuda al Club de París o lo que se le pagó a fin de año al FMI, pero permitiría empezar a descomprimir en el corto plazo los vencimientos para los cuales actualmente no hay reservas.