Negociación con el FMI

Análisis: porqué el FMI le teme más una híper que a una recesión

Mientras Guzmán insiste en que el ajuste que pide el FMI es recesivo y limitará el crecimiento, el Fondo y Washington piden un plan para crecer.

Santiago Cafiero volvió de Washington con un pedido específico: un plan económico para el crecimiento de Argentina. Esto en el lenguaje diplomático se traduce como un programa de políticas que permita que el país se estabilice y crezca sin la fragilidad permanente de una de las inflaciones más altas del mundo, un déficit crónico aparejado a una década de estancamiento, cepo y la creciente restricción al movimiento de capitales.

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"Un salto del tipo de cambio gatillado por el agotamiento de las reservas del Banco Central. No es necesario llegar a una híper para que la crisis sea grave. ¿Cuánto se puede acelerar la inflación con una devaluación del oficial sin ningún ancla porque el BCRA se queda sin reservas para intervenir? ¿80% 100%? Eso ya es gravísimo. Es la crisis que ve el FMI y muchos analistas, menos el gobierno", dijo a LPO Matías Surt, economista jefe de la consultora Invecq.

No es necesario llegar a una híper para que la crisis sea grave. ¿Cuánto se puede acelerar la inflación con una devaluación del oficial sin ningún ancla porque el BCRA se queda sin reservas para intervenir? ¿80% 100%? Eso ya es gravísimo. Es la crisis que ve el FMI y muchos analistas, menos el gobierno

A fin y al cabo, el planteo de Guzmán implica seguir por seis años más gastando más de lo que se recauda, pero con foco en la obra pública, seguir financiándolo con emisión monetaria -aunque cada vez menos- y que el Banco Central siga actuando como dique de contención frente al repudio al peso, pero sin establecer los mecanismos para conseguir los dólares, el poder de fuego elemental de cualquier estrategia de administración cambiaria. Sin reservas y con 50% de inflación, el país está de continuo al borde de una corrida en la brecha y el dólar oficial.

"En realidad lo que le pidieron a Argentina que proponga es 'un marco sólido de política económica' para volver a crecer. Desde mi punto de vista, hacen referencia a un paso previo, a un programa de estabilización, a un ordenamiento macroeconómico que busque en primer lugar que la economía no sufra otra crisis. Un plan de crecimiento sostenible es largo plazo, no llegamos a eso todavía", aclaró Surt.

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"Creo que nadie le ve larga vida al rebote de 2021. Por todos los desequilibrios macroeconómicos. El más evidente es la dinámica de las reservas y del tipo de cambio. La tendencia es reservas cayendo, con las netas acercándose a cero y una brecha con el tipo de cambio paralelo del 100%. Esos son todos indicios de devaluación. Una devaluación partiendo de una tasa de inflación anual del 50%, ¿a qué tasa de inflación llega la economía ? ¿Cuánto caen los ingresos reales y cuánto se contrae la economía? La demanda agregada, que es lo que el gobierno dice quiere impulsar con el gasto público, es justamente lo que va a terminar contrayéndose cuando las inconsistencias lleguen al límite", agregó el economista jefe de Invecq.

En el mismo sentido, el director de la consultora Equilibra, Martín Rapetti señaló a LPO que: "En Equilibra coincidimos con el ministro en que el mejor corrector de los desequilibrios es el crecimiento económico. Sin embargo, no vemos cómo sin dólares el país va a poder seguir creciendo. En 2021 se dieron condiciones externas muy ventajosas para el país, pero nada indica que en 2022 los términos de intercambio vayan a mejorar lo suficiente como para poner los dólares para financiar las importaciones que Argentina necesita para crecer. Un plan para salir de una encerrona no es apostar a la tener buena y dar por hecho que de algún lado los dólares van a aparecer".

En Equilibra coincidimos con el ministro en que el mejor corrector de los desequilibrios es el crecimiento económico. Sin embargo, no vemos cómo sin dólares el país va a poder seguir creciendo. En 2021 se dieron condiciones externas muy ventajosas para el país, pero nada indica que en 2022 los términos de intercambio vayan a mejorar lo suficiente como para poner los dólares para financiar las importaciones que Argentina necesita para crecer

"Si tuviésemos alguna certeza de que la soja se va a ir a 800 dólares por tonelada por los siguientes cuatro años, en ese caso sí tiene sentido el planteo de Guzmán ante el Fondo Monetario de dejar que el crecimiento como corrector virtuoso de los desequilibrios haga su trabajo. Pero también hay que decir que el país, además del déficit que el último año rondó el 3% del PBI también tiene otros desequilibrios importantes que afrontar: el tamaño del gasto público por arriba del 40% del PBI no es consistente con la productividad de esta economía y requiere de una presión tributaria que viene empujando a empresas y trabajadores a la informalidad, es decir que incluso si el déficit se redujera, el país también tiene pendiente una corrección en su nivel de gasto que no es gratuita. Y si el crecimiento necesario para corregir el déficit por sí solo no va a estar, entonces ¿cuál es el punto en postergar esta corrección?", agregó Rapetti.

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"A esto se suma el enorme stock de Leliqs que, cepo mediante, canaliza los pesos que el sector privado no quiere y que también genera arriba de tres puntos porcentuales de déficit cuasifiscal cada año y que hay que corregir. Este es otro problema a corregir, porque si no se corrige el país va a seguir virtualmente estancado como hace una década", acotó.

Lo cierto es que el plan plurianual de Guzmán se desconoce y los lineamientos que adelantó a los gobernadores de acumulación de reservas, déficit y emisión monetaria no están en línea con lo que los analistas nacionales e internacionales ven como factible a la luz de la pérdida de reservas con superávit comercial prácticamente récord en 2021.  

"Argentina es como un auto que viene en dos ruedas con los desequilibrios que acumula y no se sabe para qué lado va a volcar. No es que el FMI no sepa que un ajuste del gasto en el corto plazo es recesivo como dice Guzmán, es que la prioridad para el Fondo no es seguir con la velocidad con la que viene, es ponerlo sobre las cuatro ruedas aunque haya que frenarlo para que luego sí pueda avanzar de forma sostenida sin volcar", ejemplificó el analista de mercados Francisco Uriburu.

Argentina es como un auto que viene en dos ruedas con los desequilibrios que acumula. No es que el FMI no sepa que un ajuste del gasto en el corto plazo es recesivo, es que la prioridad para el Fondo es ponerlo sobre las cuatro ruedas para que luego sí pueda avanzar de forma sostenida sin volcar

"Powell viene postergando la suba de tasas a la espera de que la inflación ceda por oferta y demanda en la segunda mitad del año convencido de que la suba de tasas va a frenar la recuperación económica, pero el principal malestar de los votantes estadounidenses es la inflación y parte del gobierno le pide a Biden que apure medidas para mejorar su imagen ante las próximas elecciones. Con las subas del petróleo no se descarta que haya suba de tasas y eso golpee a todos los países emergentes. El FMI ve un escenario más complejo para los próximos años y no quiere que al país lo agarre otra vez sobre dos ruedas y termine de volcar", agregó.

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Mientras tanto, la principal preocupación de Guzmán es que el rebote de 2021 no se detenga y el país logre dos años consecutivos con  el PBI en aumento, algo que no se ve desde 2011, y esto se convirtió en el leit motif del gobierno: "Crecer para pagar". Por eso, para el ministro acelerar el equilibrio fiscal para 2024 tal y como se filtró que quiere el FMI implicaría sí o sí recortar la inversión pública para reducir el gasto público y apagar uno de los motores del crecimiento de las exportaciones.

Recesión vs. crisis

Consultados respecto de la velocidad que la economía argentina resiste para hacer un ajuste de los desequilibrios que la mantienen estancada hace una década y con una inversión en capital sustancialmente por debajo del promedio de la región, entre los consultados no hay consenso:  "Habría que ver qué es rápido y qué es lento, pero plantear que se va a alcanzar el equilibrio recién en el 2027 es directamente lo mismo que nada", dijo Surt.

"Que bajar el déficit es recesivo es la misma postura que tenía el Ministerio en 2011. No solo no lo bajaron en aquel momento, sino que lo aumentaron a niveles récords entre 2011 y 2015. Más de diez años después el PBI per cápita es 15% inferior, habría que preguntarle de nuevo a esos funcionarios qué pasó que con más déficit caímos tanto. Que el Estado tiene que seguir gastando para que la economía crezca es un postulado completamente equivocado y es un mantra para el equipo económico", dijo y ejemplificó: "Desde 2012 el empleo público registrado creció en unos 650.000 empleados y el empleo privado registrado cayó en 180.000 trabajadores. El mercado laboral público en expansión y el mercado laboral privado en recesión desde hace una década".

En este punto 2021 -y con sus distancias también el año 2002- mostraron que Argentina es un país con capacidad para recuperarse de las recesiones con más rapidez de lo esperado. Dolorosa aunque acotada, la receta de las correcciones en dos años que propone el FMI, para Guzmán y Alberto Fernández implica un no rotundo.

Lo cierto es que, aunque recesivos, no todos los países que llegan al FMI y siguen sus recomendaciones terminan en los escenarios críticos que conoció Argentina. Además del caso argentino, el Fondo tiene líneas de crédito abiertas con otros 22 países (además de las exclusivas para paliar la pobreza que entregó durante lo más álgido de la pandemia) . Y con todos ellos no tiene el grado de tensión que con Argentina, incluso si de ellos, solo tres no llegan a pagar sobrecargos en las tasas de interés.

Uruguay salió relativamente rápido de la crisis que enfrentaba a principios del siglo de la mano de un acuerdo con el FMI. El propio presidente en la campaña de 2019 lo ponía de ejemplo como también al 'milagro portugués'. Portugal entre 2010 y 2013 llevó a cabo un ajuste fiscal de 7 puntos del PBI y recuperó el crecimiento

"Uruguay salió relativamente rápido de la crisis que enfrentaba a principios del siglo de la mano de un acuerdo con el FMI. El propio presidente en la campaña de 2019 lo ponía de ejemplo como también al 'milagro portugués'. Portugal entre 2010 y 2013 llevó a cabo un ajuste fiscal de 7 puntos del PBI (Guzmán quiere eliminar 3 puntos en 6 años) y recuperó el crecimiento", recordó Surt.

"Tengo dudas de si Argentina puede replicar estos casos. Hay demasiado por hacer para recuperar el crecimiento; estamos atravesando el segundo período de contracción económica más largo de la historia, no es una caída cíclica, es una depresión de los fundamentos del crecimiento económico y no hay en el horizonte una señal de dar un giro de 180 grados (y que se sostenga a lo largo de varios años) en la política económica", concluyó.