La vocera de Biden culpó a la "codicia" de las empresas por la inflación y Cristina se entusiasmó

"Es la codicia corporativa", dijo Jen Psaki para justificar el aumento de la carne en Estadios Unidos. Cristina la retuiteó.

En medio de la mayor escalada inflacionaria en casi 40 años, algo que erosiona la declinante popularidad de Joe Biden, la administración demócrata apuntó contra algunos sectores que estarían "inflando" los precios de la economía. Quien le puso nombre y apellido fue la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien culpó del aumento de precios de la carne a la "codicia" de las grandes corporaciones; y las acusó de lucrar con la pandemia en medio de una inflación récord.

En su tradicional rueda de prensa, luego de que se le preguntara por las raíces de la alta inflación que sufre el país, Psaki respondió que el presidente Joe Biden y el secretario de Agricultura, Tom Vilsack, "han hablado de lo que hemos visto como la codicia de los conglomerados cárnicos".

"Esa es un área, una donde la gente va a la tienda y están tratando de comprar una libra de carne, dos libras de carne, diez libras de carne. Los precios son más altos. Podría llamarlo codicia corporativa, claro", disparó Psaki.

Las declaraciones de la secretaria de prensa de Biden entusiasmaron a Cristina Kirchner, que compartió el video de la conferencia de prensa de la norteamericana. "Escuchala atentamente. No es argentina y mucho menos peronista. Es la vocera del Gobierno de los EE.UU. explicando la razón del aumento de los precios, en especial de la carne, que también sufren los consumidores estadounidenses. 'La codicia de los conglomerados cárnicos'. ¡Plop!", tuiteó Cristina.o

Psaki luego señaló que hay otras áreas en las que "hemos visto aumentos debido a problemas de la cadena de suministro y estamos viendo esos aumentos en todo el mundo, en lo que se refiere a los precios del gas, el suministro de petróleo y cosas por el estilo".

"Sin embargo, hay algunas áreas en las que hemos visto a las corporaciones beneficiarse, beneficiarse de la pandemia, y ciertamente el presidente no estaría de acuerdo con ese componente", advirtió.

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La carne no es el único producto que ha subido de precio en Estados Unidos desde que Biden reemplazó al ex presidente Donald Trump en enero.

La gasolina subió un 58,1%, mientras que los vehículos nuevos y usados se han disparado un 11,1% y un 31,4% respectivamente. Por su parte, los alimentos treparon un 6,1%.

Los comentarios de Psaki provocaron críticas por parte de varios referentes del partido republicano que acusaron a la Casa Blanca de engañar al público sobre por qué los precios son tan altos.

"Es asombroso cómo esta codicia de los conglomerados cárnicos no existía a este nivel hasta que Joe Biden asumió el cargo y la inflación se disparó. Extraña coincidencia", escribió en su cuenta de Twitter el comentarista conservador Buck Sexton.

En la misma línea, Brian Riedl, investigador principal del Manhattan Institute, contestó que "es hora de romper a los grandes conglomerados, quienes después de décadas de volverse solo un 2% más codicioso por año decidió volverse más codicioso en 2021".

El desborde inflacionario es algo que preocupa y mucho en la administración Biden. La "mala praxis" que demostró en el último tiempo hizo caer aún más la imagen de presidencial al 41% de acuerdo al sondeo de CNBC, que informó el New York Post. Esto fue de la mano de una baja al 46% de la aprobación de su gestión de la pandemia, contra el 48% de desaprobación y del desplome de la aprobación de la gestión económica al 37% contra una desaprobación del 56%.

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Este sondeo está en línea con otras encuestas que ubicaban su popularidad en el 42% a comienzos de esta semana, o la de Reuters que mostraba su aprobación debajo del 49% la semana pasada.

Las críticas por la gestión económica le llegan a Biden desde todo el arco político. Más a la izquierda le cuestionan la inacción para contener el impacto de los precios sobre los salarios. Más a la derecha, en cambio, lo responsabilizan de haber sobrecalentado la economía con un programa fiscal expansivo al punto tal de gestar un boom en los precios de los activos financieros y promover la salida del mercado laboral de los trabajadores, en especial lo de los salarios más bajos en un fenómenos conocido como "la Gran Renuncia" por la cantidad de personas dejando sus puestos de trabajos presenciales.