Capriles defiende el diálogo con el chavismo en México y se anota como presidencial
Capriles volvió a la escena venezolana y confirmó que el próximo 13 de agosto un representante de su partido (Primero Justicia) estará presente en la mesa de diálogo con el régimen de Nicolás Maduro.
Es la primera voz oficial que confirma este encuentro que ya había sido anunciado por el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El ex candidato a presidente adelantó que el representante diplomático del Gobierno "interino" en Colombia, Tomás Guanipa, representará a PJ en la comitiva. También mencionó al exdiputado Stalin González y al abogado constitucionalista Gerardo Blyde, como exponentes opositores.
Por el lado del oficialismo, estarán el presiente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, dos leales a Maduro quedando afuera el sector encabezado por Diosdado Cabello, relegado a jefe la bancada oficialista en la Asamblea Nacional.
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"Es una delegación conformada por distintos partidos políticos que forman parte de la plataforma unitaria. No se busca que sea un proceso excluyente y queremos que genere resultados, que no sea otro fracaso más", afirmó Capriles en conferencia de prensa.
La relación del dirigente opositor con sus pares liderados por Juan Guaidó está en su peor momento. Capriles nunca estuvo de acuerdo con abandonar el camino electoral y ahora lo resalta cada vez que le toca hablar públicamente. El escenario internacional lo favorece, ya que, cuenta con mejor vínculo con la Unión Europea y Estados Unidos. "Sin Trump y con el Grupo de Lima en proceso de destrucción, Guaidó se fue desinflando", dijo una fuente de la oposición venezolana a LPO.
"Nunca ha habido una competencia en términos de interlocución o entre líderes, eso es simplificar el problema. El problema es de ruta, estrategia y realismo", declaró Capriles ante la prensa.
El dirigente venezolano busca capitalizar sus acuerdos con el Gobierno permitieron la renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE) para las próximas elecciones regionales de las que dijo que la oposición tiene que participar.
Además de los cambios en el CNE y las auditorías al sistema, el opositor había logrado un acuerdo entre las ONG's y el gobierno para que el chavismo deje de perseguir a representantes de la sociedad civil con financiamiento externo que tuvo poco lugar en los medios pero fue considerado un avance.
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El ex gobernador planteó que hay disposición de las partes de desmontar la dinámica "del todo a nada". Sobre las sanciones respondió: "Nunca voy a estar de acuerdo con algo que le haga daño al pueblo de Venezuela, pero tampoco voy a caer en el juego del gobierno que utiliza las sanciones como excusa, aquí no hay bloqueo. Este es un tema que se tiene que tocar en México".
Tras la conferencia, LPO habló con una fuente del entorno de Capriles que reconoce que el ex candidato presidencial tiene un doble desafío: levantar el perfil y al mismo tiempo trabajar para bajar los niveles de rechazo en las encuestas.
Capriles, dicen, está pensando en las elecciones presidenciales de 2024 y como paso previo busca concentrar el diálogo con Maduro para ponerle fin a las causas que le impiden candidatearse y generar las condiciones para transparentar las elecciones regionales de noviembre. "Es un primer paso para construir el escenario del 2024", sostuvo la fuente.
Para ello, necesita sumar el aval de la comunidad internacional y volver a seducir a los partidos que lo miran con recelo, tanto en el sector de Guaidó como en lo que se conoce como Alianza Democrática que tiene, entre otros, a Avanzada Progresista de Henri Falcón, de buena relación con Capriles. Si Falcon gana la gobernación de Lara podría ser un aliado clave para el proyecto presidencial que viene trabajando el caprilismo.
La estrategia de convocar a las urnas y jugar de puente entre la Unión Europea y Maduro falló en la previa de las elecciones legislativas del 6 de diciembre. Lo cierto es que todas estas tensiones se concentrarán el 13 de agosto en México en una nueva ronda que muchos consideran que será un nuevo capítulo de una trama repleta de fracasos.
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El equipo de Capriles sabe que es un camino con más retroceso que avances pero están decididos a encararlo. Para Maduro es ganancia porque le permite enterrar políticamente a Guaidó y normalizar la relación con las potencias occidentales que no reconocen la legitimidad de su gobierno.