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La inflación lanzó la primera advertencia a Biden sobre sus planes de mayor gasto público

Biden anunció un plan de 1,9 billones de dólares para la recuperación, pero Powell pone límite al estímulo.

Estados Unidos consiguió reducir la cantidad de fallecidos por día al nivel más bajo de los últimos once meses, pero esa no es la noticia que sacude a Wall Street, sino que la inflación de abril fue el cuádruple de la esperada: en lugar de 0,2% mensual, fue de algo más del 0,8% o su equivalente 4,2% anual. El cimbronazo obliga a revisar los rendimientos reales de las inversiones y por eso este miércoles el Dow Jones cayó 1,8%; el Nadaq, 2,4% y el S&P 500 perdió 1,9%.

No se trata tanto de que la inflación haya sido más alta en un mes, sino el temor de que la inflación llegó para quedarse como efecto secundario de la fuerte emisión monetaria de Trump y Powell primero -que fue incluso mayor a la que le siguió a la crisis del subprime- y de la de Biden y Powell después. Pero también de un contexto de mayor precio de los alimentos por la elevada demanda de China.

Para este año, Biden anunció más expansión fiscal con el America Rescue Plan por 1,9 billones de dólares. Y que la política fiscal y la política monetarias sean ambas expansivas y empiecen a empujar más los precios que las cantidades es una señal de alerta. 

Por eso, ahora el titular de la Reserva Federal deberá decidir si convalida una suba de tasas que contenga la emisión y enfríe marginalmente la economía o si sostiene las tasas de interés en prácticamente cero y busca por otros medios convencer al mercado de que la suba de la inflación es un fenómeno transitorio que va a ceder sin que la Fed levante ni un ápice el pie del acelerador.

También se trata de una señal de desconfianza ante la posibilidad de que no sean solo los precios los que se estén despertando en una economía que buscar recuperar el pleno empleo, sino de que sea la primera advertencia de que detrás de toda la emisión no hay creación de riqueza, sino una gran burbuja, la antesala de un mundo más inestable y capaz de licuar los ahorros de los que confían en el dólar.

Desde el punto de los mercados, "siempre es difícil reacomodarse cuando cambian los vientos y hoy vimos una corrección fuerte en las criptomonedas y también en las empresas", dijo el analista de mercados Francisco Uriburu para quien la inflación obedece a tres causas: la suba del precio de los commodities motorizada desde Asia y que las familias están volcando las ganancias que obtuvo en la bolsa al consumo e impulsando la demanda de bienes durables como los autos, y desde ya por la emisión que mantiene las tasas virtualmente en cero favoreciendo el apalancamiento de empresas y de fondos de inversión.

Joe Biden con su secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

Por lo pronto, la noticia reaviva el velado contrapunto entre la ex titular de la Fed y hoy secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y su sucesor Jerome Powell. Días atrás Yellen comentó públicamente que no descartaba en sus pronósticos una suba de las tasas de interés y esto confundió al mercado, que venía de recibir las definiciones de Powell respecto de la conveniencia de sostener las tasas bajas.

"Después de eso, tuvo que aclarar que no estaba preocupada con la inflación y que coincidía con el view de la Fed de que estábamos en un contexto de suba transitoria (de los precios). Lo cierto es que Yellen como secretaria del Tesoro debería aprovechar las tasas bajas en los tramos más largos de la curva. Todo parece indicar que estos niveles tan bajos no lo vamos a ver en los próximos años", consideró Federico Furiase, profesor de la maestría en Finanzas de la UTDT y director de EcoGo.

"Por ahora no veo que la Fed cambie el discurso pro estímulo monetario. Va a seguir bombeando la economía porque el riesgo de recaída por ahora pesa más que el riesgo de recalentamiento en el balance de la Fed. Está obligada a mantener bajas las tasas para amortiguar el fortalecimiento global del dólar y para sostener el precio de las acciones, que es donde está la plata de las familias que sostienen el consumo (75% del PBI). El problema es que el mercado espera que la Fed tendrá que recoger el barrilete antes de tiempo y eso ya es un riesgo global en terminal de presión al alza en las tasas y fortalecimiento global del dólar. Es un escenario más complicado para los mercados emergentes, por ahora amortiguado por el boom de los commodities", agregó.

 La Fed va seguir bombeando la economía porque el riesgo de recaída por ahora pesa más que el riesgo de recalentamiento en el balance de la Fed. Está obligada a mantener bajas las tasas para sostener el precio de las acciones, que es donde está la plata de las familias que sostienen el consumo (75% del PBI)

Por eso, para el economista consultado, Biden tiene margen para financiar más gasto con suba de impuestos en los sectores más ricos y continuar con su política de expansión fiscal con redistribución del ingreso.

Pero en el mercado también advierten que, más allá de los movimientos bruscos que anotaron las criptomonedas, de fondo lo que hay es una desconfianza en las monedas fuertes que hace que se busque refugio en otros activos. "Hay un corrimiento de las monedas fiat de parte de los inversores, que se puede ver en muchos activos, en especial los commodities: la comida está empezando a cotizar y, por ese lado, hay un temor al desbarranque de las monedas fiat lo que  sugiere que no es tan burbuja el tema de los criptoactivos. La gente se corre de las monedas que la imprimen como si fuera la llave de la recuperación económica. Y eso impacta en todo el mundo. Acá puntualmente los CEDEARs se desplomaron, pero los bonos atados a la inflación van subiendo. Y si en Estados Unidos sigue subiendo la inflación, entonces los ahorros de los argentinos que están todos en dólares también se van a ir licuando. ¿A dónde puede ir doña Rosa para proteger sus ahorros? Puede ir a los cripto, pero son activos volátiles que no garantizan conservar la riqueza", dijo a LPO el trader Agustín Piotto.

Por lo pronto, una eventual suba de tasas podrá no tener rápido impacto en el corto plazo sobre los precios, pero sí generará un movimiento de capitales desde los países emergentes hacia Estados Unidos. Lo que golpearía más a sus monedas y reavivaría la inflación. No en vano, la semana pasada el Banco Central de Brasil resolvió subir la tasa de interés Selica 3,5%.