Deuda externa

La banca internacional advierte que para evitar un ajuste severo Guzmán deberá pedir más dinero al FMI

Para el IIF el ajuste no podrá ser "draconiano", pero el país necesitará pedirle más al Fondo porque no contará con otra fuente de financiamiento que la emisión monetaria.

El Instituto Internacional de Finanzas (IIF), el think tank de la banca privada internacional, emitió este martes un informe sobre el futuro financiero de la Argentina y advirtió que el único financiamiento que puede tener el país será el de FMI. De lo contrario, no habrá financiamiento para reducir la emisión. Por lo tanto, adelantó que el único camino para controlar el impacto inflacionario de la fuerte expansión monetaria será el recorte fiscal.

Sin embargo, para la banca internacional, tampoco es factible que el ajuste sea "draconiano", por lo que Guzmán tendrá que pedir más fondos y el único finaciamiento posible será el del FMI.

"Ni un gran déficit fiscal ni un financiamiento monetario abierto son parte de un programa económico viable. Dado que el endeudamiento internacional y doméstico va a ser limitado este año, un escenario sin monetización y sin financiamiento del FMI para el déficit implicaría un sustancial ajuste fiscal. Incluso si la mejora de los ingresos conforme se reanime el crecimiento sería de mucha ayuda, igual se necesitaría recortar el gasto.Vemos poco probable que el FMI y la Argentina opten por ir a semejante ajuste draconiano con un nuevo programa. Pero tampoco creemos que el FMI vaya a incrementar su exposición a la Argentina prestando para financiar el déficit. Una solución en la que cedan ambas partes seguramente incluirá una combinación de medidas fiscales y un retiro gradual del financiamiento monetario", aseguraron.

Vemos poco probable que el FMI y la Argentina opten por ir a semejante ajuste draconiano con un nuevo programa. Una solución en la que cedan ambas partes seguramente incluirá una combinación de medidas fiscales y un retiro gradual del financiamiento monetario.

El diagnóstico de los bancos se centró en que ni habiendo acordado con los bonistas ni habiendo acordado un plan de pagos con el Fondo Monetario y los demás acreedores, Argentina tendrá dinero fresco para cerrar su brecha de financiamiento, es decir la diferencia entre lo que le ingresa al fisco y lo que gasta, que se acelera al 10% del PBI este año. En este sentido, la economía quedó acorralada por sus propios desequilibrios y no tiene más margen para seguir gastando por encima de sus ingresos sin que se acelere la inflación, ya que el 90% del déficit se está financiando con emisión. A no ser que el país tome más fondos del FMI, algo que Guzmán negó tajantemente.

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No es novedoso: el riesgo país sigue y seguirá siendo elevado hasta tanto el país ponga sus números sobre la mesa y establezca un ordenamiento macroeconómico consistente con las obligaciones reestructuradas con los bonistas y con los organismos internacionales. Ejemplos de este elevado riesgo fueron las reestructuraciones de YPF y de Telecom, que cerraron con rentas en dólares del 8,5% nominal anual, un costo financiero exorbitante en un mundo de tasas cero. En este sentido para el IIF, el país podría contar con financiamiento internacional para rolloverear los compromisos.

El reporte del IIF señaló que Argentina se sobre endeudó en 2016 y 2017 en un contexto de tipo de cambio apreciado para financiar el déficit fiscal y que luego el acuerdo con el FMI de 2018 se quedó corto para cubrir las necesidades de financiamiento externo de Argentina -incluyendo la fuga de capitales- y que esa brecha se cerró en parte con el segundo acuerdo y luego con el control de capitales y la reestructuración de la deuda. Pero la fuga de capitales de los mismos argentinos tras las PASO "alcanzó proporciones gigantes" incluso si la devaluación de ese mismo día redujo notoriamente el déficit externo.

"Mientras sigan los controles de capitales, la fuga de capital de los residentes no va a ser una fuente de presión. El servicio de deuda en los próximos años tomará la forma de pesados vencimientos con el FMI en 2022 y 2023. Incluso si resurgieran los déficits de cuenta corriente, creemos que el financiamiento externo será cómodo si el FMI renueva su exposición a la Argentina. El resto de los temas de financiamiento son puramente fiscales. El déficit fiscal se está ampliando aceleradamente por el Covid-19 y es financiado casi en su totalidad por el Banco Central. Si el financiamiento monetario se terminara bajo un nuevo programa, el FMI tendría que pedirle o bien un pronto y sustancial ajuste fiscal o bien ampliar el monto del préstamo para financiar el agujero fiscal".

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El otro punto planteado por el IIF es que además de estar financiando déficit fiscal con emisión, el país tiene un tipo de cambio de nuevo apreciado y podría perder el superávit comercial. "Los pagos al FMI son la única fuente importante de necesidades financieras. No consideramos que sea factible otra cosa que un rollover completo de parte del FMI. A menos que el crowling peg -la estrategia de devaluación gradual del tipo de cambio que aplica Pesce- se acelere, la apreciación cambiaria persistirá y renacerá el déficit de cuenta corriente. La inversión extranjera directa y préstamos externos modestos -en parte al sector privado-, probablemente cubran ese déficit. Sin embargo, no creemos que Argentina consiga suficiente acceso al mercado de capitales dentro de los próximos 3 años para devolverle cantidades significativas al FMI".