¿El grupo Puebla se convirtió en un problema de Estado?

Alberto tuvo que salir a aliviar tensiones con Chile y Uruguay luego de sus intervenciones en el grupo de centroizquierda. Qué dicen los analistas.

Alberto Fernández tuvo que salir en las últimas 24 horas a bajar las tensiones con los presidentes de la región luego de un fin de semana en el que se agitaron las relaciones por su posición comercial en Mercosur y sus posicionamientos ideológicos en el Grupo de Puebla.

El Grupo de Puebla, que nació en julio del año pasado en esa ciudad mexicana, tiene a Alberto como el único miembro que es presidente en ejercicio. Lo integran otras figuras de peso continental como Lula da Silva, Evo Morales y Rafael Correa. Pero la mayoría de sus miembros son ex presidentes y ex candidatos presidenciales, como es el caso de esos tres, además de Dilma Rousseff, el chileno Marco Enríquez-Ominami, el español José Luis Rodríguez Zapatero y el paraguayo Fernando Lugo. Es decir que Alberto es el único de los miembros que puede padecer en la práctica ejecutiva las consecuencias de sus apariciones en el Puebla.

Esto quedó expuesto en la práctica con las tensiones que el propio Alberto tuvo que salir a aliviar esta semana. El lunes el presidente tuvo que llamar a su par chileno, Sebastián Piñera, para reencauzar la relación diplomática luego de que el fin de semana, durante una conferencia virtual del Grupo de Puebla, alentara a Enríquez-Ominami y a otros integrantes de la oposición chilena a que se unieran. En Chile ya estaban hablando de "injerencia" en asuntos internos por parte del argentino y por eso Fernández no dejó pasar ni un día hábil para llamar a Piñera.

Alberto llamó a Piñera para bajar la tensión con Chile

Este martes, en tanto, Alberto llamó al presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, con quien la relación nació mal justamente después de una de las cumbres del Grupo de Puebla. Por un pedido que le hizo José "Pepe" Mujica en la segunda reunión del grupo que se realizó en noviembre en Buenos Aires, Alberto apoyó abiertamente a Daniel Martínez, del Frente Amplio, en las elecciones que luego perdió con Lacalle Pou. Los "blancos" de Uruguay hablaron entonces de "intromisión intolerable en los asuntos internos" del país. La relación con Lacalle, a cuya asunción Alberto no pudo ir, no es buena desde entonces.  "La decisión no es irnos del Mercosur, es hacerlo más grande, con más miembros", dijo Alberto tras el llamado de este martes.

La reunión del Grupo de Puebla en Buenos Aires, en noviembre.

El posicionamiento de Alberto le empezó a traer ruido en el Mercosur, en donde este fin de semana quedaron expuestas las diferencias ideológicas con el Brasil de Jair Bolsonaro como nunca antes, luego de que Argentina se apartara de las negociaciones del resto de los socios del bloque para llegar a acuerdos de libre comercio con Corea del Sur y otros cuatro países.

En el Gobierno, sin embargo, aseguran a LPO que la política exterior de Alberto no se rige por ese grupo que voces del mismo Ejecutivo definen como una "estudiantina".

En el Gobierno creen que Bolsonaro quiere romper el Mercosur y por eso aceleró el acuerdo con Corea

El propio Alberto había tenido que bajarle el tono al Puebla cuando visitó a Andrés Manuel López Obrador en México en noviembre, un mes antes de asumir la presidencia. 

"El Grupo de Puebla yo mismo lo impulsé mucho antes de mi candidatura presidencial, junto con Ominami desde Chile. Nosotros vemos con mucha atención lo que pasa en el Continente, pero los vínculos internacionales no pueden estar gobernados por la ideología, porque cada pueblo determina sus gobiernos", dijo en esa ocasión Alberto, enterrado su sueño inicial de conformar un bloque regional de centroizquierda como hiciera Néstor Kirchner con Lula, Evo Morales y Hugo Chávez.

En diálogo con LPO, el analista internacional Jorge Castro dijo que "el Grupo de Puebla no es una organización de partidos de centro izquierda, es una reunión de intelectuales, la mayoría de ellos sin peso político en sus países". "No implica una alternativa de poder en los países de América Latina, no hay que sobreestimar su rol", agregó.

"Es un grupo de intelectuales, que no es más que un foro de pensamiento, de figuras individuales, que hacen manifestaciones de librepensamiento", dijo.

El Grupo de Puebla no es una organización de partidos de centro izquierda, es una reunión de intelectuales, la mayoría de ellos sin peso político en sus países, es un foro de librepensadores, no implica una alternativa de poder.

"Es un grupo de intelectuales, que no es más que un foro de pensamiento, de figuras individuales, que hacen manifestaciones de librepensamiento", dijo.

Respecto de la presencia del propio Alberto Fernández en el grupo, Castro señaló que "el presidente tiene las características de un intelectual, de un profesor que dice lo que piensa, su preocupación es hacer conocer cuál es su pensamiento".

Respecto de la presencia del propio Alberto Fernández en el grupo, Castro señaló que "el presidente tiene las características de un intelectual, de un profesor que dice lo que piensa, su preocupación es hacer conocer cuál es su pensamiento".

"No hay que otorgarle mayor relevancia al grupo, más que de tipo idiosincrático: el presidente Fernández es un profesor universitario de Buenos Aires, una figura arquetípica del progresismo", indicó el analista.

Para trazar un ejemplo entre la pertenencia al grupo y el verdadero impacto en las políticas de relaciones exteriores de quienes lo integran, Castro se refirió al nombre del grupo, se refiere a la ciudad de México, en donde la figura de centroizquierda es Andrés Manuel López Obrador. "El Grupo de Puebla no tiene en cuenta que uno de sus socios fundadores, López Obrador, es el principal aliado de Donald Trump en México: llevó 27 mil soldados a la frontera para impedir el paso de inmigrantes centroamericanos a EEUU", aseguró.