Deuda externa

Martín Guzmán, el enigma que inquieta a los acreedores

Los principales fondos de inversión prefieren cerrar un acuerdo, pero temen que el ministro exagere la quita en la propuesta. Dudas sobre el académico que les resulta críptico a los mercados.

Las negociaciones con los fondos de inversión que son dueños de las porciones más voluminosas de la deuda argentina son constantes. El diálogo es diario y en términos cordiales, señalan de ambas partes de la negociación.

La postura que manifiestan los cinco principales fondos es que está todo dado para llegar a un acuerdo. Es más, con la tasa de interés negativa en el resto del mundo, no descartan que dieciocho meses después de cerrada la reestructuración vuelvan a darle financiamiento a la Argentina. Pero la duda, desde su perspectiva, es Martín Guzmán.

Según pudo saber LPO, entre los negociadores que están en Buenos Aires se impone la opinión de que les cuesta "sacarle la ficha" al ministro. Les resulta críptico tener como contrincante en este juego de ajedrez a alguien sin experiencia en los mercados de deuda ni en la gestión pública, pero le reconocen el coraje: no dudó en declarar desierta la licitación de la semana pasada y reperfilar el pago del AF20 al no haber obtenido los términos de financiamiento que le interesaban.

Las lecturas acá se bifurcan. Por un lado, creen que lo hizo para distanciarse de Kicillof y su marcha atrás a último minuto. La idea sería la reconstrucción de la credibilidad que el episodio Kicillof-Fidelity erosionó: "Cuando digo que no, es no".

Por el otro lado, se preguntan si no es una fachada y en el fondo, este académico es en verdad un fundamentalista sin voluntad de negociación, sino de disciplinamiento.

Guzmán dedicó su vida a estudiar las reestructuraciones de deuda y es un defensor profeso de la creación de un tribunal internacional de quiebras de Estados que permita que las crisis de deuda o de balance de pagos no se conviertan en prolongadas penurias para los países y en negocios para los fondos buitres. Su tesis es que en general, las reestructuraciones llegan demasiado tarde y con quitas insuficientes: "Too little, too late".

No es una idea novedosa ni tan descabellada: en la ONU ya se ha propuesto, sin éxito, la creación de un tribunal internacional de arbitraje de deuda soberana. 

Guzmán dedicó su vida a estudiar las reestructuraciones de deuda y promueve la creación de un tribunal internacional de quiebras de Estados que permita que las crisis de deuda no se conviertan en prolongadas penurias

"Si es y no se hace", temen que Guzmán haga una oferta que patee el tablero y las negociaciones se terminen. No era el escenario al que le asignaban la mayor probabilidad. Al fin y al cabo, ni el riesgo país ni las paridades de los bonos mostraban precios de default. Más bien muestran que Alberto Fernández prefiere hacer algunas concesiones con tal de no caer en un default y que Guzmán "se hace" el intransigente.

Sin embargo, el pedido del FMI de que acepten una quita "apreciable" no les cayó nada bien. Por eso el riesgo país subió arriba de los 2100 puntos básicos. Envalentonado por el respaldo del FMI, Guzmán podría ponerse más agresivo.

En este sentido, entienden que el ministro tiene incentivos para que haya un acuerdo porque pasaría a ser una suerte de héroe nacional, pero el acuerdo tiene que volver la deuda sostenible y en este punto, la tasa de interés a la que siga cotizando la deuda reperfilada es clave.

Si la tasa es baja y la deuda es sostenible, los fondos no van a estar dispuestos a un período de gracia -que es lo que sospechan que quiere Alberto Fernández-. Si la tasa es más alta, podrían postergarse los vencimientos de capital por un tiempo, siempre y cuando el valor presente de la deuda reestructurada sea más alto que el que ofrece el mercado secundario. Es decir, siempre y cuando la valuación de lo que pueden llegar a ganar los fondos supere lo que pueden sacar si le venden la deuda a un fondo buitre o si no cobran por un par de años y van directamente a juicio.

Un informe publicado esta semana por Román Lejtman resume este temor compartido por Templeton, Blackrock, Fidelity, Pimco y Ashmore: "Ellos sostienen que los precios aún están muy altos en relación al tono y la sustancia del discurso (de Guzmán en Diputados), quizás porque el mercado no cree totalmente que es lo que ellos están viendo o escuchando".

Y mientras otros fondos creen que la negociación va a ser tediosa y "sucia", en los principales fondos esperan que la retórica de Guzmán de que los acreedores van a quedar descontentos y las intromisiones de Cristina Kirchner en el borde del tablero sean solamente una estrategia para que los precios del mercado secundario bajen un poco más y la oferta del gobierno, por contraste, con quita y todo, resulte más tentadora.