Producción

Afirman que el control de las importaciones de autopartes limitará la producción automotriz

El gobierno normalizó la entrada de insumos, pero el déficit comercial estructural podría complicar el crecimiento sectorial

El cambio de régimen para las importaciones golpeó a la industria automotriz esta semana. Mientras se adecuaban los registros de las nuevas licencias no automáticas de importaciones, las terminales quedaron al borde de la parálisis por falta de insumos. Por eso, ante el reclamo de las automotrices, el gobierno liberó todas las autopartes retenidas en la Aduana para que la semana próxima no se interrumpiera la producción.

El flamante secretario de Industria de Matías Kulfas, Ariel Schale, intervino para desbloquear los insumos en el puerto y se disculpó con las terminales por la demora producto de la actualización de Sistema Integral de Monitoreo de lmportaciones.

Sin embargo, especialistas advierten que el déficit comercial argentino históricamente se explicó por el déficit del sector automotriz. Prácticamente sin dólares y con cepo, el actual superávit comercial es insuficiente para que la producción del sector pueda crecer, explicó Pablo Besmedrisnik, director de la consultora Invenómica.

"El mercado automotriz argentino tendrá serios inconvenientes en retomar un sendero de expansión sostenido que lo acerque a sus momentos de gloria en 2013 y 2017 cuando supo vender 963 mil y 883 mil unidades respectivamente", dijo Besmedrisnik.

"Hay una relación lineal casi perfecta y estructural: cuando más autos se venden, más crece el déficit de dólares. En 2019, con ventas en su valor mínimo en 15 años hay cierto equilibrio comercial externo. En un contexto de restricción externa, antes de incentivar el crecimiento del mercado automotriz, la Argentina necesita generar cambios de fondo para limitar el tamaño de su déficit de divisas", agregó el especialista.

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De acuerdo a sus cálculos, para lograr el objetivo de volver a producir un millón de autos, o bien el país deberá generar un superávit mayor a los 8.000 millones de dólares al año -equivalentes al déficit sectorial en 2013- o bien deberá enfrentar una fuerte reconversión de la matriz de sus autopartes para conseguirlos en el mercado argentino y que estas a su vez no sean simples ensamblajes de insumos importados, teniendo en cuenta el componente hi-tech de la producción automotriz en el resto del mundo y estándares de productividad. Por ejemplo, en México se produce por trabajador el cuádruple de vehículos que en Argentina.

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Y desde el Estado también es necesaria una revisión los mecanismos de comercio con Brasil, entre otras medidas tales como "replicar los instrumentos de fomento fiscales y financieros brasileños que incentivan el desarrollo y la incorporación de mayor cantidad de componentes locales en sus vehículos, exigir el cumplimiento concreto en cada una de las empresas de los coeficientes de intercambio externo".

"Con un perfil de endeudamiento complejo, y políticas restrictivas en el terreno cambiario para las familias y para determinados sectores productivos, suponer un crecimiento de las ventas domésticas de vehículos implica realizar inmediatamente giros en dólares que la Argentina hoy no puede asumir. La Argentina no dispone de la oferta de dólares necesaria para incrementar sustantivamente su volumen de mercado, y mucho menos para alcanzar los picos de ventas recientes que significaron una cuantiosa sangría de divisas", acotó Besmedrisnik.