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En el mercado apoyan la opción Santángelo para Hacienda

El socio de Carlos Melconian es el técnico de perfil más bajo y también más sólido de la consultora del ex presidente del Banco Nación.

Rodolfo Santángelo es un economista respetado por sus pares con una formación fuerte en temas bancarios y monetarios. Sin más, el ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, su socio en la consultora MacroView, lo destaca como la pata más técnica  y sólida del dúo que crearon en 1992. Y es señalado como la persona en la que Alberto Fernández está pensando para suceder a Lacunza.

Con un posgrado en Alemania, es un técnico que se ha manifestado en contra del endeudamiento del macrismo para financiar fuga de capitales y turismo, pero no es de la ultranza ideológica de la Escuela de Chicago: en más de una ocasión insistió en abandonar la ortodoxia económica en pos de mayor pragmatismo de corto plazo, en especial para forzar la consistencia macroeconómica. Hace un año y medio, de hecho, criticó al "gobierno de los CEOs" por la creciente inconsistencia entre la política fiscal con endeudamiento y la fuerte restricción monetaria con "el monstruo de las Lebacs" y alababa a Macri por el liderazgo de llamar al FMI para poner fin de alguna manera "a los disparates macroeconómicos" de sus asesores.

En el mercado lo ven con buenos ojos. "Sería un buen ministro de Hacienda", señalaron  importantes hombres de finanzas a LPO porque por un lado no tiene en desgaste de figuras como Redrado, pero tiene buena reputación y contacto fluido con personas de las finanzas más duras como Héctor Liendo y Daniel Marx, desde que Cavallo los reunió en Economía. Y es también quien arma los equipos de la consultora, lo que también le da una gimnasia para el armado de los cuadros técnicos del organigrama.

Sin embargo, desde MacroViews aseguran que no hubo hasta el momento contacto del equipo de Alberto Fernández.

El pensamiento de Santángelo: entre el equilibrio fiscal y el pragmatismo

Recientemente, compartió panel junto con el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, en la conferencia anual de FIEL para analizar el exceso de endeudamiento de la economía argentina en el que ambos coincidieron en que el desendeudamiento previo a 2015 no era tal (porque se cambió deuda externa a cambio de endeudamiento con la Anses y el Banco Central), pero que fue un error tomar la cantidad de deuda que tomó Caputo.

"Yo no hubiera tomado los USD 9.000 millones que tomó Caputo"

Para Santángelo, fue un error por el destino que se les dio a esos dólares: déficit fiscal, fuga y turismo; para Marx porque saturó al mercado y taponó la capacidad de financiamiento. En la conferencia el socio de Melconian tomó distancia de la postura de Lacunza y señaló que "El sector público sí tiene un problema de solvencia porque el nivel actual de su deuda, su costo y su perfil de vencimientos le resulta insostenible".

"Cuanto más tarde el Gobierno y los inversores reconozcan este problema de solvencia estructural, más difícil será resolverlo y amortiguar sus consecuencias", agregó el economista que sostiene que no alcanza con déficit cero para que la deuda vuelva a ser estable.

Por eso, para el economista lo primero que tendrá que resolver Alberto Fernández al asumir es el tema de la deuda pública, ya que en 2019 los vencimientos de intereses rondarán el 3,1% del PBI (2,1% en moneda extranjera), con lo cual están volviendo al nivel previo al default 2001 en una economía que no crece y con déficit primario. Y esta resolución no podrá ser "a la uruguaya".

En su opinión, el hecho de que Argentina debería tener un superávit del 2% anual de forma sostenida para evitar que la deuda siga creciendo, es señal de que no basta con un reperfilamiento como sostuvieron Lacunza en su momento y el asesor Martín Guzman también. Para él, es necesaria una reestructuración (que represente una quita de cinco puntos en los intereses) que mejore las paridades de los bonos antes de que se depriman más y pasen a manos de fondos buitre.

De esta forma, se restaría presión política para subir más las tarifas y hacer una reforma previsional que le permitan al Estado conseguir ese superávit fiscal en el corto plazo. Por el contrario, su idea es que en el corto plazo seguramente Alberto Fernández deba emitir pesos para financiar el déficit y probablemente para que el Banco Central compre los dólares del superávit fiscal con emisión para poder enfrentar los vencimientos con el FMI, pero que esto deberá hacerse "con un horizonte", de lo contrario podría desmadrarse la inflación.

Ese horizonte de equilibrio fiscal y macroeconómico incluye la baja de los subsidios que quedan, la reforma laboral, la previsional y también una reforma tributaria para que la economía pueda estabilizarse y volver a crecer.