España

El ascenso de Vox desata las alarmas en el PSOE y complica aún más la formación de Gobierno

Los trackings sitúan al partido de Abascal cerca de los 60 escaños y amenaza a localidades que han sido tradicionalmente socialistas.

 Los trackings que empresas y partidos siguen haciendo durante esta semana en la que está prohibido publicar encuestas confirman el ascenso continuado de Vox. La ultraderecha parece consolidarse como tercera fuerza y estaría situándose cerca de los 60 escaños, aunque los expertos creen que el domingo pueden no llegar tan lejos.

La falta de respuesta del resto de candidatos al discurso xenófobo de Santiago Abascal en el debate del lunes ha multiplicado el efecto que ya impulsaba a Vox hacia arriba desde la sentencia del procés y la exhumación de Franco.

Lo que más ha alarmado a los partidos es que por primera vez Vox está entrando en los últimos días en los caladeros de voto tradicionales de la izquierda y en especial del PSOE. Según ha sabido LPO, varios dirigentes locales socialistas del sur de España han trasladado esta semana al partido su gran preocupación al comprobar el ascenso de Vox en zonas y barrios que siempre han votado masivamente al PSOE.

Santiago Abascal, el líder de Vox.

Ese trasvase de votos es de momento limitado, según los sondeos, en torno a un 3 o un 4%, pero no se había producido ni en las generales de abril ni en las municipales de mayo. Los expertos consideran que el factor que está provocando este fenómeno son los ataques de Vox contra los inmigrantes relacionándolos con la delincuencia o las agresiones sexuales. El voto del miedo les está funcionando ante la falta de un relato alternativo.

Los dirigentes territoriales del PSOE están muy preocupados ante los resultados del domingo y temen que el panorama sea todavía más complicado para hacer Gobierno que en abril. Como adelantó hace dos meses LPO, la inmensa mayoría de los cuadros del partido no apostaba por nuevas elecciones. "Solo las querían Sánchez y Redondo", se quejaban cuando la nueva convocatoria ya era inevitable.

Muchos piensan que Moncloa está jugando con fuego porque el PSOE no va a mejorar los resultados de abril e incluso pueden ser peores. Para colmo, enfrente suben el PP y la ultraderecha y el desplome de Ciudadanos le deja fuera de juego para posibles pactos.

Crece la sensación de que solo la abstención del PP o un nuevo acuerdo 'Frankenstein' con Podemos, PNV y los independentistas catalanes puede salvar la situación. Y ya no se descartan las terceras elecciones.

El ascenso de Vox también inquieta en la sede del PP porque ha frenado la subida de los de Casado, que se veían hace un par de semanas por encima de los 100 escaños. Hoy se conforman con acercarse a los 90. Casado ha endurecido estos días el discurso contra Vox, pero igual es ya demasiado tarde. La potencia de Vox puede complicar además una hipotética abstención del PP para que gobierne Sánchez porque sería regalarles la oposición.

El crecimiento de Vox se beneficia sobre todo del desplome de Ciudadanos. De hecho, los de Abascal pueden llevarse la mayoría de los diputados que Rivera logró en abril en la España interior, en las provincias que solo reparten 3 o 4 escaños. Un ejemplo es Zamora, en donde Vox se puede quedar con el diputado que logró Ciudadanos.

Al margen de todo esto, los trackings confirman que Podemos aguanta y que Errejón puede tener incluso dificultades para lograr su propio escaño.

A la espera de lo que pueda ocurrir en Cataluña durante el fin de semana, el factor Vox va a marcar las últimas horas de campaña porque el PSOE se agarra como a un clavo ardiente a la movilización de la izquierda para frenar a la extrema derecha; una estrategia que funcionó en abril. Veremos qué pasa el domingo.