Elecciones 2019

El kirchnerismo ve al Gobierno frágil y ahora ensaya una oposición "moderada"

Lo quieren a Macri como el rival en las elecciones. La inesperada compasión de los cerebros económicos de Cristina.

El kirchnerismo cree que el Gobierno atraviesa una situación de extrema fragilidad y ahora ensaya una oposición "moderada" contra Mauricio Macri, para que el presidente no desista de su candidatura.

Con los números de las encuestas en la mano, el kirchnerismo está tratando de que Macri llegue al cierre de listas de junio como el candidato de Cambiemos. El presidente se convirtió en la presa más fácil para Cristina Kirchner, en detrimento de otras figuras del PRO como María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.

LPO explicó que entre los intendentes bonaerenses y Hugo Moyano hablaron en la cena que compartieron el jueves pasado sobre la delicada situación social. Coincidieron en que no les conviene un estallido social que complique de manera definitiva al Gobierno.

Por ese motivo tienen que hacer un delicado equilibrio entre protestar contra Macri para contener el descontento de las bases y al mismo tiempo no tirar demasiado de la cuerda porque ven a un Gobierno extremadamente frágil, sin ideas, sin capacidad de imponer agenda política. No fue casual que los discursos del día del paro fueran relativamente moderados.

En tanto que en el entorno de la ex presidenta han concentrado sus críticas en la operación judicial del Gobierno y en la situación social, pero manteniendo un extremo cuidado a la hora de expresar cualquier opinión que grave la delicada situación en los mercados, que tiene a la Casa Rosada contra las cuerdas.

Cristina se despega de la corrida y anticipa que no piensa defaultear 

La moderación también viene del kirchnerismo duro. Emanuel Álvarez Agis, mano derecha de Axel Kicillof, escribió este miércoles una columna en Ámbito en la que destaca que el Gobierno encontró la fórmula para lograr cierta estabilidad del dólar y que suban bonos y baje el riesgo país.

"El esquema anunciado ayer contribuirá a calmar el dólar spot, lo que a su vez despejará las dudas sobre los bonos cortos (2020) y reducirá el riesgo país", escribió Álvarez Agis en un solapado elogio a las últimas medidas del Banco Central.

El economista kirchnerista no cuestionó como otros sectores de la oposición a la decisión del Central de no comunicar el número de reservas a diario. Lo llamó "discreción". Además se encargó de negar un posible default para el año que viene, que es lo que el Gobierno quiere instalar que va a pasar si gana Cristina.

En ese sentido, estimó que el Central tiene 27 mil millones de dólares de reservas y calculó que en 2020 tendrá 9 mil millones. "Si suponemos un PIB en dólares como el del cuarto trimestre de 2018, eso implicaría unas necesidades financieras equivalentes al 2% del PIB ¿Podría un país defaultear su deuda por no pagar vencimientos por el 2% de su PIB? Sería francamente ridículo", estipuló.

Se trata de una reacción muy moderada a las medidas que viene tomando el Central, tanto a la no publicación de cuánto caen las reservas como también que se vendan los dólares para financiar fugas, cuando estaba estipulado -incluso por la carta orgánica del FMI- que son para pagar deuda.

Cristina Kirchner ya se había encargado de aclarar en el pico de la última corrida que no tenía planes de defaultear la deuda si volvía al Gobierno. En la oposición peronista creen que la ex presidenta está tratando a toda costa de calmar a los factores de poder empresario y a los mercados, porque sabe que el día uno de un eventual tercer mandato deberá enfrentar una situación complicadísima.

Por temor al default, llegan al país fondos de inversión para entrevistarse con el kirchnerismo 

 En esa línea, la ex presidenta ya tuvo reuniones reservadas con empresarios de primera línea como Luis Pagani de Arcor, Eduardo Eurnekian del Grupo América y Marcelo Mindlin de Pampa Energía.

Sergio Massa ordenó a sus equipos técnicos que estudien la posibilidad de presentar una demanda contra los directivos del Banco Central si se descontrola la venta de reservas, como ocurrió durante la gestión de Luis Caputo que gastó 25.000 millones de dólares de reservas y al final el valor del dólar igual se duplicó, generando una ganancia multimillonaria a los operadores que compraron las reservas. Y curiosamente, los equipos económicos de Cristina Kirchner descartaron sumarse a esa iniciativa, bajo la consigna que según su mirada el Gobierno tiene derecho a intervenir en el mercado.