Cosecha

Este año las exportaciones de trigo y harina serían las más altas de la década

Ingresarían al país unos u$s 3.300 millones por ambos productos. Piden un esquema de diferenciación arancelaria para incentivar el valor agregado.

El sector triguero es uno de los grandes ganadores del primer mandato de Macri. El cultivo no sólo logró sortear la sequía del 2016/17, sino que en las últimas tres campañas se batieron récords de producción (superando las 19 millones de toneladas).

LPO accedió a un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) que indica que durante el presente año 2019 las exportaciones de trigo y harina podrían generar divisas por una suma cercana a los u$s 3.300 millones.

Este año los envíos de trigo al exterior se ubicarían en torno a las 12,8 millones de toneladas, una cifra similar a la registrada en el ciclo 2016/17 aunque, en función de los precios actuales, ingresarían unos u$s 700 millones más.

En la última década, sólo en 2011 las exportaciones de trigo y harina superaron los u$s 3.300 millones. Luego -en 2012, 2013, 2014 y 2015- vino la debacle con pisos de cosechas históricos hasta la recuperación en 2016 por la eliminación de retenciones.

"Algunos proveedores, como Australia, Rusia y Francia, tuvieron problemas climáticos por lo que la demanda por el trigo argentino se ve potenciada", señala el informe elaborado por los técnicos Emilce Terré y Federico di Yenno.

Los especialistas de la entidad rosarina afirmaron también que "la producción (de trigo) brasileña resultó menor a lo esperado al inicio de la campaña, aumentando las necesidades de nuestro principal destino de exportación".

Esto último no es un dato menor teniendo en cuenta la intención de la firma Bioceres de aprobar el trigo transgénico, aunque por el momento el tema está trabado (en cuarto intermedio) por el rechazo que genera en Brasil el desarrollo tolerante a sequía.

Preocupa que el trigo transgénico desate un conflicto entre Macri y Bolsonaro

A la fecha las empresas exportadoras y la industria molinera compraron 12 millones de toneladas de trigo con el objetivo de asegurarse anticipadamente el cereal. Se trata del mayor volumen negociado a esta altura del año en la historia argentina.

En este contexto, el viernes pasado en la zona de Rosario las ofertas por el trigo disponible cotizaron a u$s 170 por tonelada, al tiempo que los precios del contrato a diciembre de 2019 del MATBA llegaron a superar los u$s 190.

Exportaciones de harina

En el caso de la harina, el informe de la BCR proyecta que en la actual campaña 2018/19 se registrarán exportaciones por algo menos de 620 mil toneladas que representarían un valor cercano a los u$s 200 millones.

Los números en este rubro, sin embargo, se ubican hasta un 35% por debajo en producción respecto al récord alcanzado en 2007/08 y más de un 50% menos en relación al ingreso de u$s 450 millones registrado en aquél entonces.

Las exportaciones de harina sufrieron dos duros golpes el año pasado. En agosto el Gobierno nacional bajó del 3% al 0,75% el reintegro a las exportaciones, mientras que en septiembre volvieron a aplicar retenciones de 3 y 4 pesos por dólar exportado.

Esta situación provocó que una tonelada de harina pague una tasa de exportación del orden de 30 dólares, al tiempo que la tonelada de trigo abona alrededor de 20 dólares (en los últimos meses del año pasado se derrumbaron los envíos de harina).

"No todos los productos tienen la misma sensibilidad para absorber retenciones. Por eso decimos que hay que encarar un esquema de diferenciación arancelaria", comentó Diego Cifarelli, presidente de la Federación de la Industria Molinera (FAIM).

"Hoy somos competitivos para exportar a nuestros vecinos, pero cuando salimos al mundo a vender nos encontramos con países que subsidian la exportación de harina para incentivar el valor agregado en origen", explicó Cifarelli a este medio.

"La harina de trigo requiere un nivel de elaboración industrial específico que agrega valor, crea arraigo y genera 60 mil puestos de trabajo directos y 40 mil indirectos por parte de más de un centenar de Pymes molineras", agregó el dirigente.

Cabe mencionar que la industria molinera viene trabajando desde hace varios meses con un 50% de capacidad ociosa, con costos de producción en alza y un nivel de incertidumbre que hace inviable cualquier planificación a mediano y largo plazo.