Salarios

En 2018 los salarios registraron la mayor caída desde la crisis del 2002

Terminaron el año con una pérdida interanual del 12,1%. Es el décimo mes consecutivo que avanzan por debajo de la inflación.

El poder adquisitivo de los salarios anotó el décimo mes de caída consecutivo y terminó el 2018 con una pérdida del 12,1%. El dato surge de un avance nominal del 29,7% que se contrapone con una inflación que llegó al 47,6%, es decir, casi 18 puntos porcentuales por encima.

Se trata del mayor deterioro del salario real en un año desde la salida de la convertibilidad, cuando el índice de salarios reales en diciembre de 2002 registró una baja del 23% contra el mismo mes del año anterior.

El dato reportado por el Indec, a su vez, va en contra del plan de Dujovne, que hace pocas semanas se ilusionaba con traccionar la economía mediante un gran aumento de paritarias, cosa que parece que está lejos de suceder dado el constante incremento de la inflación.

El nuevo salto inflacionario complica el plan del Gobierno de reactivar la economía vía paritarias

Los peores resultados revelados por el instituto de estadísticas corresponden a los asalariados informales que vieron caer sus ingresos un 13,82%, en cuanto el sector registrado lo hizo en un 11,65%.

Este menor deterioro de los salarios en blanco a comparación del sector no registrado no sugiere que la situación de estos trabajadores sea mejor: como consignó LPO, en diciembre se registró una pérdida de 130.800 vacantes de los asalariados privados, que volvieron a ubicarse por debajo del nivel del 2014.

El 2018 terminó con una pérdida de 191.000 puestos de trabajo registrados

Más preocupante se vuelven los datos si se comparan los salarios con la canasta básica alimentaria, que refleja mejor la capacidad adquisitiva de los salarios más bajos. A diciembre este indicador acumulaba una suba interanual del 53,5%. De esta forma, el poder de compra de los salarios en blanco cayó 15,04%, mientras que el de los sueldos de los trabajadores en negro perdió 17,13%.

Estos números contrastan con la caída del 9,3% registrada en el salario promedio mediante el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). La diferencia obedece a cuestiones metodológicas. Mientras el SIPA incluye todas las remuneraciones (por ejemplo, las horas extra y los aguinaldos), la metodología del Indec depura los conceptos adicionales del índice salarial.