Emmanuel Gregoire

"Si Airbnb sigue poniendo en peligro la vitalidad de París tomaremos medidas extremas"

El vicealcalde parisino, Emmanuel Gregoire, y las regulaciones a las plataformas como Uber o Airbnb.

 Emmanuel Gregoire llega temprano ydistendido a la cita en un hotel de Recoleta. El francés no es un visitantemás: se trata del vice alcalde de París que vino a Buenos Aires para participardel Urban 20 organizado en Buenos Aires. Su agenda le permitió correr 15kilómetros por Puerto Madero, barrio al que define como "magnifique" a pesar deque en algunas zonas parece un vertedero de escombros debido a la cantidad deobras en proceso.

"Vi muchas iniciativas para reducir lacantidad de autos y ciclovías. También me interesó la rezonificación de viejospredios industriales en oficinas o casas", explica sobre el barrio más nuevo dela Ciudad.

-¿Qué losorprendió de Buenos Aires?

-Nunca había venido y me sorprendió laproximidad a la arquitectura europea. Es extraño encontrar tan lejos de nuestrocontinente un conjunto urbano tan similar a ciudades francesas, inglesas oitalianas. También me llamó la atención la cantidad de autos, Buenos Aires esuna ciudad que tiene muchos "ejes" automovilísticos, en ese sentido París esdiferente, más densa y con calles más pequeñas.

También vi que en cada pequeña zona vacía instalan unparque. Me pareció interesante la cantidad de bicisendas y que estén pintadascon un color particular, en París no es así. También esperaba encontrar unacostanera, pero no la hallé. Aunque hay mucho potencial.

-¿Cuál es el próximo gran desafío deParís para los próximos años?

-Para todas las grandes urbes el próximogran desafío es la polución, lograr la sustentabilidad de los modelos dedesarrollo. Estamos haciendo grandes esfuerzos para revertir la trayectoria delas emisiones de carbono y de partículas finas, pero recién estamos alprincipio del punto de inflexión. El desafío es tener zonas urbanas hiperdensascon crecimiento económico, creación de valor y de empleo que preserven elmedioambiente y la salud. Es un gran esfuerzo para los estados pero tambiénpara los ciudadanos.

-París recicla menos del 20% de losresiduos caseros, en Buenos Aires esa cifra es aún menor, ¿se puede pensar enincinerar la basura sin mejorar esa proporción, es sustentable?

-No, no es sustentable. En París tenemosun problema muy simple, existe un sistema organizado para los canales dereciclaje pero los ciudadanos no separan lo suficiente. Ahora abrimos otro canalpara plásticos, uno para verdes y otro para los residuos residenciales noreciclables. Hace dos meses que comenzamos a testear el reciclado de losdesechos orgánicos y por eso hay un cuarto tacho de basura que es marrón. Esos desechossirven para alimentar plantas de producción de energía por "metanización". Cuestamucho dinero porque hay que agregar otro turno de recolección y los ciudadanosno separan demasiado.

¿Subte gestionado por el Estado o por un privado? Nos inclinamos por lo estatal: dárselo a un privado crearía un monopolio de hecho que puede ser beneficioso en el corto plazo pero perjudicial en el largo

-¿Cómo piensan mejorar el sistema?

-Hacemos muchas acciones de equipamientoy comunicación, pero pensamos que en algún momento intervendremos concuestiones impositivas para recompensar o castigar a los que no colaboren.

Nuestro modelo es San Francisco, quetiene una verdadera estrategia de cero residuos. Hay que hacer todo, incitar,castigar y equipar. La mejor manera de reciclar es no generar residuos, vi queen Buenos Aires hay una prohibición de entregar bolsas plásticas. Incinerarcuesta caro y es una pérdida muy importante de valor. Y es más útil poderreciclar en canales económicamente recuperables.

-En los barrios céntricos de París haycada vez menos habitantes, ¿Cuál es la influencia de AirBnb sobre la ciudad?

-Es un verdadero problema para todas lasciudades turísticas del mundo. París recibe 17 millones de personas por año yen general a los turistas les gusta este tipo de alojamientos porque son másconfortables y baratos que los hoteles. Eso crea una presión enorme sobre lasviviendas porque los inversores se dieron cuenta de que es mucho másinteresante económicamente alquilar a turistas que llevar las propiedades almercado local.

Amamos los turistas pero hay que prestaratención a que la presión turística no desnaturalice la Ciudad. No queremosque París entre en la misma espiral que otras ciudades como San Francisco oVenecia que tienen dificultades para volver atrás con los fenómenos turísticosy los alquileres.

En el hipercentro de París vimos queante los aumentos de precios muchos propietarios vendieron sus departamentos ainversores que de manera completamente ilegal los alquilan a turistas porAirbnb. En París para alquilar un departamento es necesario estar en unregistro profesional, que paga impuestos como el IVA, etc. Por otra parte estáel alquiler "ocasional": un particular que alquila su departamento.

-¿Tiene solución?

-San Francisco directamente prohibióAirbnb, Berlín adoptó una solución intermedia y permite alquilar solamente uncuarto dentro de una casa. En París decidimos poner un techo y permitimos quealquilen 120 días por año, cuatro meses. Es mucho tiempo para estar fuera decasa, casi que podemos decir que no se trata de tu casa si estás cuatro mesesafuera.

Obligamos a preregistrar los bienes, asícuando uno sale por Airbnb tiene un número de identificación que nos ayuda conel control. Pero hoy hay un fraude masivo con la complicidad de lospropietarios y de Airbnb que no pone a disposición los medios para aplicar laley. O Aribnb toma conciencia de que no pude suceder más o nosotros vamos a tomarmedidas más extremas si siguen poniendo en peligro la vitalidad urbana.

Tenemos que estar muy atentos a que Airbnb y la presión turística no desnaturalicen la ciudad. O Aribnb toma conciencia o nosotros vamos a tomar medidas extremas

-¿Cómo resolvió París los conflictos conUber?

-Es una larga batalla la que tenemos,pero conseguimos llegar a un buen compromiso. Creo que los VTC (como se llama alos vehículos con conductor) son algo positivo, que llegó para modernizar lamovilidad. Filosóficamente es mejor tener un auto compartido por muchos quemuchos autos.

Al mismo tiempo también pueden influirde modo negativo en la ciudades: No nos pareció justo exigirle a un taxi quepague 100 mil euros por una licencia y al mismo tiempo permitir que bajando unaaplicación un particular se convierta en taxi. Otro problema de los VTC es quemuchos circulan vacíos y entorpecen el tránsito, hay que regularlos. Peroademás son vehículos que funcionan con combustible y nosotros pretendemos queutilicen autos eléctricos para disminuir la contaminación.

-¿Cómo trabajan los problemashabitacionales?

-Hay varios mecanismos. En París losprecios de las propiedades aumentaron enormemente y eso genera un fenómeno degentrificación, hay armas para luchas contra eso pero no resultan muyefectivas. Una de las ideas que exploramos es modular la tasa según el valordel bien.

También aplicamos la Ley Alur que regulael precio de los alquileres. No frena los aumentos de precios, pero hace quesuban más lento. Cuando se vence un contrato de alquiler los propietarios setientan con subir brutalmente los precios. La ley pone una horquilla que noautoriza a subir los precios de manera exponencial.

-¿Qué funcionó entonces?

-Lo único eficaz para evitar lagentrificación son las viviendas sociales y por eso invertimos 3 mil millonesde euros en 5 años en alojamientos. El problema es que París es una ciudadpequeña y muy poblada. Lo que comenzamos a hacer es transformar las viviendas privadas enviviendas sociales. Y un tercer procedimiento es comprar algunas propiedadesque salieron a la venta. La Ciudad tiene el derecho de quedarse con cualquiervivienda que esté a la venta.

Actualmente un cuarto de las viviendasson sociales lo que implica 500 mil personas que no podrían vivir en París sino los tuvieron.

Algunos nos reprochan que gastamos muchodinero y no creamos nuevas viviendas. Eso es cierto a corto plazo pero elmomento de hacerlo es ahora porque en 10 o 15 años no habrá oportunidad. Si nohacemos eso París se transformaría en Londres, una ciudad donde las personas declase media no pueden vivir. Eso sería terrible.

No hay otro modo de hacerlo: hay queinvertir mucha plata, subvencionar para poder alquilar departamentos a genteque de otra manera no podría vivir. Es una cuestión filosófica, hay gente queno cree.

-¿Cuál es la política de París respectode la venta de terrenos públicos?

-Los vendemos a privados para que losdesarrollen pero con ciertas condiciones muy precisas. Les pedimos que ponganuna guardería, una escuela o un establecimiento. Les decimos que podrán ganarmucho dinero con oficinas o con viviendas de lujo, pero también 50% de viviendasocial. Sabemos que van a ganar dinero, pero también financiar equipamiento oviviendas sociales.

-¿Es mejor un subte gestionado por elEstado o por un privado?

-Tenemos tres operadores públicos, laRATP, la SNCF y Optil. Nuestra concepción nos inclina hacia la gestión estatal:dárselo a un privado crearía un monopolio de hecho que puede ser beneficioso enel corto plazo pero perjudicial en el largo. En Inglaterra, por ejemplo,tuvieron que dar marcha atrás, las experiencias internacionales con el sectorprivado no fueron demasiado convincentes.