Cambiemos apura una ley para dar beneficios impositivos al emir de Qatar amigo de Macri
El joven emir de Qatar Tamim bin Hamad Al Thani visitó el país hace un mes, exigió mayores compromisos parlamentarios para avanzar en inversiones y esta tarde los legisladores empezaron a cumplir sus deseos.
El Senado debatió en comisiones un tratado bilateral de inversiones y un convenio para evitar la doble imposición con Qatar, que ya habían sido enviados a Diputados pero quedaron cajoneados. En la Cámara alta el Gobierno se siente más cómodo.
Sincero, Carlos Protto, director de Relaciones Tributarias Internacionales, admitió que en la letra chica del acuerdo impositivo hay un tratamiento especial con los fondos de inversión soberanos, o sea, Qatar Investment Authority (QIA), la firma que subscribió con convenio con el Fondo de Garantías de Sustentabilidad de Anses, pero la oposición lo llevó a Tribunales y nunca se implementó.
"Los fondos de inversión de Qatar tendrán un tratamiento preferencial: en vez de tener una imposición de 10 a 15%, será de 5%. Es un acuerdo novedoso, por los niveles de inversión grandes que puede recibir Argentina", anunció Crotto.
Con estos privilegios, Macri busca que QIA, el botín de divisas que el emir distribuye en países y compañías multinacionales que le caen bien, pueda desparramar dólares por el país.
El resto de las empresas con presencia en ambos país pagarán impuestos en uno solo, como ocurre con estos convenios que fueron tan frecuentes en los años 90. "Pensemos que no hay inversiones de Qatar. O sea, el costo fiscal es nulo", celebró el funcionario.
El radical Julio Cobos lideró el debate por ser el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, pero como fue una reunión conjunta con la de Presupuesto, hasta esta noche juntaba firmas para saber si había logrado dictamen.
La diplomacia parlamentaria no es un tema fácil para el Gobierno: de madrugada y con la anuencia tácita del peronismo federal, Diputados si aprobó el tratado subscripto con Emiratos Unidos, que recién esta tarde Cobos buscaba las firmas para dictaminarlo en el Senado.