Aborto

La alianza de evangelistas y católicos se hizo sentir fuerte en la movilización de los celestes

Instalaron una carpa pastoral y una capilla al lado del Congreso.

Una carpa pastoral y una capilla que celebraba misa cada una hora se instalaron este miércoles en las inmediaciones del Congreso para recibir a los religiosos que llegaban desde todo el país a manifestarse contra el proyecto de legalización del aborto que se debatía en el Senado.

Las carpas, de alta concurrencia durante todo el día, fueron montadas una junto a la otra en una imagen concreta de la alianza entre la iglesia católica y la evangélica para ejercer presión desde el bando celeste que se opone al proyecto. Del otro lado de Avenida Rivadavia -cubierta por un largo vallado- se agruparon los pañuelos verdes con un mensaje opuesto: "Saquen sus rosarios de nuestros ovarios".

Cuando la iniciativa se debatió en junio, en medio de la plaza había un limbo en el que convergían los celestes y los verdes. Esta vez el vallado fue total y los manifestantes sólo podían cruzarse si se alejaban varias cuadras. Es que la media sanción terminó de caldear el clima y por eso ahora se dispuso un operativo mucho mayor para evitar incidentes. 

La aprobación en Diputados implicó también un giro ofensivo de la Iglesia, que desplegó todo su peso para hacer lobby contra la ley. Al operativo se sumaron también los pastores evangelistas, que movilizaron de modo masivo en todo el país bajo el lema "Salvemos las dos vidas".

En el bando celeste había esta tarde un ánimo de festejo y daban por "frenado" el proyecto. El clímax de celebración se dio con la llegada de "Alma", el feto gigante hecho con engrudo y papel que ya se convirtió en un amuleto de las marchas antiabortistas. El "bebito" aterrizó medio desarmado en la plaza y lo recibieron con ovación.

Del otro lado de Rivadavia, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito montó cuatro carpas y la zona se llenó de stands, banderas de colectivos feministas, centros de estudiantes y distintas agrupaciones. 

En el escenario circularon artistas y en la calle hubo distintas intervenciones, como la de las Socorristas en Red, que colgaron toallitas femeninas manchadas con tinta roja emulando la menstruación y arriba pegaron mensajes de mujeres que contaban su experiencia al haberse hecho un aborto clandestino. 

En la masiva marea verde nunca se cortó el clima de euforia en toda la jornada, pese a que las versiones que llegaban desde el Congreso eran pesimistas. Circulaba la versión de que se impondría el rechazo, aunque la arenga de las mujeres indicaba que aún no daban la votación por perdida. 

"Que los senadores tengan la responsabilidad y estén a la altura de la historia", exigieron desde el escenario verde y -anticipándose a lo que parecía una tendencia inevitable- advirtieron: "Sabemos que tenemos una diferencia enorme, pero más allá de que hoy la pelea se dé en el Senado, ya la ganamos en la calle".   

De frenar el proyecto de aborto legal, los católicos y evangelistas que militaron de modo activo en contra de la ley se anotarán un triunfo histórico. Sin embargo, entre la oferta de pañuelos verdes, esta vez aparecieron los naranjas que exigen la separación del Estado y la Iglesia, tal vez en un anticipo de la calle sobre los debates que se vienen.