Estados Unidos

Trump ya reconoce que podría perder la elección de medio término

Admitió que el Partido Republicano podría perder la Cámara de Representantes en noviembre.

Jueves y viernes de esta semana, Donald Trump mantuvo una serie de reuniones en Dallas con el objetivo de reunir fondos de cara a la elecciones de medio término en el mes de noviembre. La primera organizada por el Partido Republicano del estado y la segunda tuvo lugar en un hotel cinco estrellas del centro de esta ciudad. En esta última, el pase VIP costó 50 mil dólares e incluía una foto con el mandatario. El encuentro fue reservado y el ticket más barato costaba 7,000 dólares.

Desde que es Presidente, Trump visitó cinco veces la ciudad y tiene una explicación muy concreta: en la elección de 2016 los donantes de Dallas juntaron más dinero para su campaña que el propio Partido Republicano o que el comité de Trump de Nueva York, donde el magnate pasó gran parte de su vida. El presidente inició su encuentro de esta semana recordando que los donantes de Dallas le aportaron 10 millones de dólares en 2016.

Como el showman que es, en estos encuentros se lo observa distendido y sonriente. No hay periodistas ni preguntas incómodas. Saluda por las mesas, recibe tarjetas, libros y artículos, hace comentarios y bromas a los comensales con el calor que por estos días agobia a la ciudad. El momento que menos disfruta es cuando le toca hablar.

Su incursión a Dallas no fue la excepción. Defendió sus políticas más recientes, presumió el buen rendimiento de la macroeconomía pero claramente sorprendió al auditorio cuando dijo que el Partido Republicano podía perder el control de la Cámara de Representantes. Al igual que hacía en su campaña, fue muy crítico de cómo se está organizando la elección desde el Partido y dijo que la Cámara baja está en riesgo. "¿Por qué creen que (Paul) Ryan no quiere correr? Él sabe que está difícil para el Partido".

Los republicanos penen en juego más bancas en la Cámara Baja que los demócratas. Y los espacios en disputa pertenecen más a estados demócratas que a republicanos. Es la situación inversa del Senado, donde los demócratas arriesgan más bancas.

Y esto se notó en la charla. Trump presumió de su amistad con el senador Ted Cruz (aunque recordó que en la interna de su partido en 2016 se atacaron mucho) y confió en que este pueda retener su banca contra el demócrata Beto O Rourke, figura emergente de dicho partido en el sur de Texas.

Hubo dos momentos en el evento a considerar. Trump habló sobre el TLCAN y elogió a los negociadores de México, a quienes consideró "gente razonable" pero dijo que están "presionados" por el empresariado mexicano que con sus reclamos impide lograr un buen acuerdo. Un giro nuevo en su discurso, que también ha aparecido en las palabras de Robert Lighthizer.

El comentario alude a las tensiones entre Ildefonso Guajardo y las diferentes cámaras sectoriales que integran el cuarto de junto. Es cierto, el secretario de Economía ha tenido roces con el sector automotor.

El dato central: Trump dijo, en el estado que más sufre por la incertidumbre del TLCAN, que nunca dejará la mesa de negociaciones, con lo cual EU no se retirará del acuerdo de modo unilateral, giro que fue avalado por los presentes.

Sobre la elección presidencial de México dijo no estar preocupado. No mencionó de forma explícita a Andrés Manuel López Obrador pero dijo que no le preocupa que México tenga "un presidente izquierdista" y agregó que "siempre se puede negociar". Otro punto con el cual Trump se aleja de la visión de su Partido en donde diversos integrantes en el capitolio han alertado de riesgos para EU si Morena gana la presidencia en México.