Congreso

Caputo: "Las offshore no son delito, son como una caja de seguridad"

"Lo que uno tiene en una caja lo puede tener declarado o no", se defendió el ministro.

Luis Caputo negó tener acciones en sociedades offshore, como reveló una investigación de Paradise Paper, pero al igual que Mauricio Macri reiteró que fugar dinero a los paraísos fiscales no está mal.

"El tema de las offshore no es delito. Es como una caja de seguridad: lo que uno tiene adentro de la caja lo puede tener declarado o no, eso no lo convierte en delito. Se usan para no entrar en la doble imposición", se defendió el ministro de Finanzas durante su exposición en la bicameral de control de deuda, en un colmado Salón de las Provincias del Senado. 

La comisión tiene la misión de fiscalizar los pasivos externos del país, pero la denuncia por la participación del ministro en el mundo offshore acaparó parte del debate, que terminó en escándalo por un papelito que Caputo le acercó a la diputada Gabriela Cerruti.

Caputo insistió en que no fue accionista sino fiduciario de una offshore, que definió como "una caja de seguridad". Agustín Rossi le leyó una carta de Barack Obama contra los paraísos fiscales. "Es el único país del mundo donde los presidentes la justifican".  

"No tengo ya nada que ver con esa empresa", se defendió, en alusión a Noctua, donde tenía acciones una empresa de Islas Caiman (Affinis Partners II), que pertenecía en parte a Caputo. "Además tengo todo bien declarado. Con respecto al reporte de la SEC (Comisión de Valores de Estados Unidos) es un reporte de una tenencia nominal. Yo era un tenedor fiduciario. No tengo que tenerlo declarado porque eso no me convierte en propietario", aclaró.

"Dicen que no me defiendo, pero yo me defiendo en la Justicia. Han sido tres meses de una difamación atrás de otra. Por eso les agradezco que me hayan brindado la posibilidad de venir y contar la verdad", agregó.

El jefe kirchnerista Agustín Rossi se paró, tomó un papel y leyó una fuerte crítica a los paraísos fiscales que hizo un presidente. "No fue Kirchner, no fue Chávez, no fue Evo Morales, no fue Cristina. Fue Barack Obama", citó el santafesino.

Coacheado por la jefatura de Gabinete, Caputo inició su exposición con media hora de defensa al abultado endeudamiento, que según reconoció antes de irse, llevó el rojo a 320 mil millones de dólares, el 70% en jurisdicción extranjera. "Pero con las tasas más bajas de la historia", se jactó.

"Uno escucha comúnmente la preocupación y es razonable. El tema del financiamiento terminó mal muchísimas veces. Pero esta vez va a ser distinto", prometió y pidió concentrase en "cumplir metas de déficit", porque "el financiamiento es el reflejo del déficit. Yo no voy a hacer nada sin autorización del Congreso, que avala el plan de financiamiento. No me levanto y me endeudo", se defendió.

Y recordó por enésima vez las metas del Gobierno: seguir tomando deuda externa hasta 2021, cuando debería llegar a 38% del PBI, por debajo de cualquier país de América Latina.

José Mayans, el senador peronista que preside la bicameral, le exigió los documentos y comprobantes de las emisiones realizadas este año.

"Ya las enviamos a las dos Cámaras", lo sorprendió el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, que acompañó al ministro junto al jefe de Gabinete del Ministerio, Pablo Quirno. Los documentos, aclaró Federico Pinedo, están en el boletín de asuntos entrados de cada Cámara, perdidos porque nadie los pidió.

Cambiemos llegó con una minuciosa coordinación. Legisladores propios adelantaban preguntas incómodas y las combinaban con otras consultas sobre la herencia kirchnerista.

El diputado Eduardo Amadeo abrió el juego pidiendo saber cuál fue la deuda emitida por Axel Kicillof para pagarle a YPF. "¡Qué responda ahora!", gritó Rossi.

Mayans llamó a votar y consiguió mayoría para que el ministro pueda responder por bloque de preguntas, un sistema que permite eludir más fácil consultas incómodas.

El ex ministro lo acorraló para saber la cantidad de deuda tomada, si manejaba dinero de gente de Gobierno y si había medido de los riegos de endeudar al país hasta 2021 y después ver cómo seguir.

"La única solución a la repatriación de dinero es generar confianza. Más no se pude hacer", repitió una y otra vez cuando le achacaron la fuga de divisas.

La senadora mendocina Pamela Varsesay, de la UCR, continuó la estrategia oficial y preguntó con suavidad si Noctua, la offshore en la que fue "fiduciario", compró bonos de la polémica emisión de deuda a 100 años.

Caputo supo escaparse. Sin calificativos, dijo que Kicillof le heredó una deuda de 4000 millones de dólares por YPF y un juicio perdido en primera instancia y con final incierto.

Negó con una larga explicación haberse beneficiado comprado dólar futuro antes de ser funcionario y descartó cualquier maniobra que lo favoreciera en las emisiones de deuda.

"Son licitaciones de los Bancos, entran muchos fondos de inversión y a riesgo propio. En la emisión del 4 de enero último llevan perdidos 500 millones de dólares", explicó, para desligarse del supuesto beneficio a Noctua. 

"¿La deuda a 100 años la pidió por pedido de los Bancos? ¿Es verdad que vamos a pagarla 12 veces más y no se puede cancelar?", preguntó Gioja.

Caputo negó todo. "La deuda a 100 años es una a 10 años refinanciada 10 veces. En finanzas lo que vale es el valor presente y la tasa era favorable, según un estudio que hicimos. Y el bono se puede comprar en cualquier momento".

No tuvo respuesta a una consulta del sanjuanino sobre los gastos de representación de su ministerio, justo cuando se debate esa erogación en el Congreso. Y apoyado en powert point, el ministro se jactó de pagar la menor cantidad de comisiones de la historia, entre 0.12 y 0.15.

"En 1999 se pagaba hasta 1% y antes de 2015 0.5%. No hay nada raro, sólo capacidad de negociar", evitó el conflicto.

El diputado Marco Lavagna logró ponerlo en aprietos: lo obligó a confirmar el monto total de deuda externa (320 mil millones de dólares, 80 mil desde que llegó Macri) y que en 2021, en realidad, podrá alcanzar el 60% del PBI, una equiparación que el massista consideró poco relevante. 

"La relación deuda-PBI está igual a 2001. ¿A que otro indicador se está mirando? Un tipo de cambio rápidamente cambia la ecuación", le recordó. "¿Cómo esperan la evolución del ratio de exportaciones para pagar deuda? Hoy es de cuatro años ¿Va a bajar? ¿Hay una estrategia para bajar la deuda en dólares?", interpretó.

Caputo no le respondió a casi nada pero sí le cayó bien su propuesta para restringir al 15% de los gastos corrientes la posibilidad de tomar deuda externa, una restricción que ya tienen las provincias.  Después llegaron los gritos de Cerruti. Y la reunión terminó.