Diputados

La interna de Cambiemos también complica la ley de inversiones que pide Macri

Los radicales no están convencidos. El massismo estaba dispuesto a aprobarla con cambios.

Las internas en Cambiemos amenazan con dinamitarle a Mauricio Macri los acuerdos parlamentarios con el peronismo y el Frente Renovador, ya que al freno a la ley para echar a Alejandra Gils Carbó se suma también las dificultades que el oficialismo tiene para sacar la ley de inversiones que el presidente les prometió a los empresarios.

La crisis que generó Elisa Carrió con sus críticas al proyecto de reforma del Ministerio Público Fiscal no sólo provocó que el peronismo desista de apoyar esa ley. También dejó en un impasse la discusión por otros proyectos impulsados por el gobierno, como el régimen de asociación pública privada que promovió el asesor presidencial Horacio Reyser.

El tema ya estaba difícil antes del enojo del massismo y Miguel Pichetto. Como explicó LPO, el PRO apuró un dictamen al proyecto incluso sin acuerdo con el FR y el bloque de Diego Bossio, quienes suelen garantizarle las votaciones en Diputados. Pero el apuro de Macri pudo más y el oficialismo decidió sacar dictamen y discutir los cambios en el recinto, en la sesión de la semana próxima.

Pero además de las críticas de los distintos bloques peronistas, hasta el radical Ricardo Alfonsín compartió los cuestionamientos y firmó el dictamen en disidencia. Su principal crítica es a la prórroga de jurisdicción, que le permite a cualquier empresa asociada al Gobierno dirimir conflictos en la justicia extranjera. Alfonsín no sería el único legislador de la UCR que plantea dudas y no está convencido de sacar el proyecto como está.

Ante este escenario, anoche Massa decidió que no negociará cambios en el proyecto hasta tanto el oficialismo “se ordene”, lo mismo que se planteó respecto a la reforma al MPF. Para el Gobierno es un duro revés porque pese a las críticas en el debate en comisión, el grueso del FR estaba dispuesto a votar el régimen de asociación pública privada con algunos cambios.

El problema para el oficialismo es que la Rosada pretende que la ley salga sí o sí antes de fin de año, y no quedan muchas sesiones en el Congreso. Esa fue la razón de mandarlo al recinto de Diputados sin acuerdo, ya que si tiene cambios deberá volver a ser debatido en el Senado.

El panorama complicado de la ley quedó expuesto ayer cuando el diputado massista y líder de la CGT Héctor Daer organizó un encuentro con sindicalistas y diputados del kirchnerismo y el FR para rechazar la idea. Además de Daer estuvieron los sindicalistas Francisco "Barba" Gutiérrez (metalúrgicos), Rodolfo Daer (alimentación) y Luis Hlebowicz (pasteleros), y los diputados Axel Kicillof, Abel Furlán, Liliana Mazure (del FPV), José Ignacio de Mendiguren y Facundo Moyano (FR).

Allí hubo consenso en que el texto "no salga en los términos en que fue aprobado en el Senado". "Lo que se estaba esperando es que los gremios industriales de la CGT le pidan a los diputados de todos los partidos que escuchen sus reclamos y lo reflejemos en el parlamento porque no es cuestión de maquillar una ley sino de defender la industria y el trabajo nacional", sostuvo Kicillof al finalizar la reunión.