Gobierno

El nuevo mapa del poder del gobierno de Macri

Peña acumula poder, escoltado por Vidal y Larreta. Las gastadas a Caputo y los gritos en la Rosada.

"No sabés lo que se siente estar acá, que te hable Obama, es increíble", le dijo Mauricio Macri a su mejor amigo, Nicolás Caputo, quien lo acompaña desde la adolescencia, cuando fueron juntos al colegio Cardenal Newman.

"La otra vez que fui a Estados Unidos, Bill Gates pidió conocerme a mí, el me pidió la reunión", enfatizó el presidente, que luego de diez meses de gestión dice que está “feliz” en su puesto. Como “Nicky” se mostraba escéptico, Macri lo gastó: “¿No será que vos querés estar donde estoy yo?".

No se trata sólo de un chiste: Caputo está corrido de la mesa chica de decisiones cotidianas de Macri que ocupó durante la última década y no es casual que en la Rosada no lo hayan visto ni una vez desde que su amigo asumió la presidencia.

Angelici prefiere resistir en silencio su ostracismo del núcleo de poder, con el aliciente que la caída de Caputo lo dejó como único interlocutor de peso frente a sectores del poder como el juego.

“No vino ni a conocer el despacho”, aseguran en una de las oficinas de Casa de Gobierno, en donde intentan explicar que la ausencia de Nicky se debe a la misma razón por la que Macri empezó a esconder a Daniel “Tano” Angelici: Elisa Carrió.

Tanto Caputo y Angelici se creen realmente parte central del proyecto político de Macri, del que se sienten socios mayoritarios. Angelici, sin embargo, prefiere resistir en silencio la etapa de ostracismo a sabiendas de que la pérdida de influencia de Caputo lo beneficia: el Tano aprovechó para consolidarse como el principal nexo del Gobierno con ciertos sectores como el del juego, contactos otrora acaparados por “Nicky”.

El intocable

La merma en el poder de decisión del Gobierno de Caputo y Angelici, como la ausencia de otros actores que supieron ocupar la mesa chica de Macri, no hizo más que agigantar la influencia de Marcos Peña.

Para el presidente, Peña es intocable, y cree que la manera “new age” de hacer política que patentó el jefe de gabinete está mejor que nunca. A tal punto que cuando recibe críticas de empresarios, dueños de medios y periodistas famosos en privado, Macri los para en seco: “No me critiquen a Marcos”.

Peña no está solo, sin embargo, en la mesa chica que Macri habilitó para la toma de decisiones políticas y de la campaña que se viene. Al jefe de gabinete lo escoltan la gobernadora María Eugenia Vidal, convertida en la estrella del PRO con la imagen positiva más alta del país según algunos sondeos, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Lo que no puede evitar Peña es el diálogo prácticamente diario que tienen Larreta y Vidal. La gobernadora, que entró en política en el Grupo Sophia creado por el jefe de gobierno, sigue considerando a Larreta como un jefe.

Un escalón más debajo de estos tres dirigentes están el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis.

Marcos Peña y Emilio Monzó.

Leonera

Quien quedó afuera de esa mesa es Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados que es muy crítico del “marketing” con el que Peña encara la política, encarnado en los timbreos como el que el presidente encabezó este sábado.

Luego de ventilar sus cuestionamientos al manejo político del Gobierno, Monzó tuvo un fuerte cruce con el jefe de gabinete en la residencia de Olivos. 

“Si vas a venir con críticas no, eh”, lo alertó Peña cuando el diputado cruzó la puerta y desató una discusión que derivó en insultos. De Andreis estaba presente y tuvo impulsos por boxear al presidente de la Cámara Baja, pero el conflicto no llegó a mayores porque Macri, que estaba en su despacho con Las Leonas, escuchó los gritos que venían desde la oficina de Peña e hizo llamar a los tres funcionarios.

Los gritos de la discusión de Marcos Peña y De Andreis con Monzó llegaron hasta el despacho de Macri, que conversaba con Las Leonas.

Una vez en la oficina de Macri, Monzó, Peña y De Andreis comenzaron a gritarse de nuevo, por lo que el presidente les tuvo que decir al jefe de gabinete y al secretario que lo dejaran sólo con el diputado. Tras esa reunión, Macri decidió que Monzó por le momento seguirá corrido de la mesa chica y de los armados del PRO en el interior del país y en la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, el Gobierno lo necesita para manejar la Cámara de Diputados, luego de un primer semestre exitoso en el que la Cámara baja votó todo lo que pidió el Ejecutivo pese a ser minoría.

Es por esto que el ex intendente de Carlos Tejedor seguirá siendo el hombre fuerte en Diputados. La idea de Macri, sin embargo, no es depender de Monzó hasta el fin de su mandato, sino de colocar otra figura de peso en su gabinete para manejar la Cámara baja.

El presidente cree que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, es una de las figuras para encabezar la lista de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires. No es casual que este sábado, Triaca fuera a Hurlingham acompañado por Peña en el timbreo que Cambiemos hizo en todo el país.