El proyecto de Ley que el Poder Ejecutivo envió al Congreso, que pretende aprobar un memorándum de entendimiento entre Argentina e Irán, provocó en mí numeroso interrogantes. Eso sucedió porque es una cuestión que afecta al corazón mismo de todos los argentinos así como la ubicación geo-política de la Argentina en el siglo XXI.

Todos sabemos que los tiempos de la justicia no siempre son los que la sociedad desea frente a atrocidades que la lastiman en lo más hondo. Sin embargo, en una República es imprescindible respetarla y debemos estar convencidos que la justicia es el camino con el que se llegará a la verdad y se logrará que los responsables paguen sus culpas.

No hay dudas de que la iniciativa de la presidenta daña el proceso judicial en curso. Al abrirse una instancia fuera de los jueces naturales, que son argentinos, y en territorio de Irán, donde rigen normas para que todo lo que allí suceda no comprometa a ningún ciudadano iraní, es clara la consecuencia de que nunca se llegará a reunir las pruebas suficientes para acusar a aquellos iraníes que hoy son acusados por nuestra propia justicia.

¿Es lícito sentarse a negociar con otro estado que cobija terrorismo y que cuenta con numerosas sanciones internacionales por la proliferación de armas nucleares? ¿Es lícito negociar con un estado que negó el holocausto y manifiesta trabajar incansablemente por la desaparición del estado de Israel?

Nada de lo que suceda en la Comisión que se busca crear hará que los culpables sean juzgados y condenados, entonces ¿por qué pretenden avanzar con esto? Todo lo señalado hasta aquí obedece al más mínimo sentido común y es coincidente a su vez con lo expresado por reconocidos juristas y analistas internacionales.

Cabe entonces preguntarnos ¿qué se esconde detrás de este acuerdo? ¿Hay algo que la ciudadanía desconoce? ¿Por qué insisten en avanzar con esta iniciativa que ha sido por todos cuestionada? ¿Imagina el Poder ejecutivo las consecuencias que este acuerdo traerá, no sólo para la causa Amia-Embajada de Israel, sino para las relaciones internacionales argentinas, al quedar aliados de una de las naciones más cuestionada en el panorama internacional?

Estamos a tiempo. Por el bien de la república y de las futuras generaciones, suplico a nuestra primera mandataria rectifique el rumbo, retirando del congreso este proyecto de ley. Sus nietos, sus hijos, y los de todos, se lo agradecerán.