“¿Viste que al final no éramos tan boludos?”, le dijo por teléfono una entusiasmada Patricia Bullrich a Mauricio Macri el sábado al mediodía, cuando la ministra de Seguridad creyó que habían capturado a los tres prófugos del penal de General Alvear.
Con ese llamado, Bullrich hizo caer en un papelón histórico al presidente, que se apresuró en felicitar por Twitter “a todo el equipo y a las fuerzas de seguridad por la captura de los prófugos” y elogió “el trabajo en conjunto fue fundamental”.
Quince minutos después, Macri recibió un nuevo llamado de la ministra en el que le aclaró que sólo habían detenido a Martín Lanatta y que seguían prófugos su hermano Cristian y Víctor Schillachi.
El presidente se desayunó además que tampoco había servido el “trabajo en conjunto”: a Lanatta lo capturaron policías santafesinos.
Macri le pidió que saliera a hacerse cargo del papelón y Bullrich debió salir a comunicar que dos de los tres condenados por el denominado Triple Crimen todavía no habían sido capturados.
La ministra, que se reunió ayer con Macri, es la más golpeada por el papelón que también sacudió al gobierno de María Eugenia Vidal. Pero su segundo en el ministerio, Eugenio Burzaco –con quien arrastra una mala relación-, también quedó en la cuerda floja, a tal punto que en el Gobierno aseguran que si llegara a haber un cambio de ministro, Burzaco no sería el heredero.
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Los hechos lo demuestran penosamente.
Bullrich: es hora del retiro. Bien ganado lo tenes.
un par mas de estas y aprenden....