Sergio Urribarri se bajó de su candidatura presidencial presionado por las encuestas que no le daban chance alguna de ganar las primarias del kirchnerismo y por la propia Cristina Kirchner que la semana pasada pidió que se achicara la lista de candidatos.

La decisión del gobernador de Entre Ríos, anticipada en su momento por LPO, se concretó mediante un comunicado en el que dice que interpretó “claramente” el mensaje de la presidenta, repetido por Carlos Zannini ante todos los gobernadores peronistas en el Congreso del PJ en Parque Norte.

"Nunca estuvo en duda mi pertenencia a este espacio político y por lo tanto tampoco debe estar en duda que no seré obstáculo ninguno para que el FPV presente la propuesta electoral más competitiva y representativa que permita ratificar el rumbo que permitió a la Argentina reconstruirse sobre las cenizas", aseguró Urribarri, que en rigor venía sufriendo un drenaje de su escasa estructura hacia Daniel Scioli.

"A ese proyecto pertenezco y lo seguiré haciendo desde el lugar en que sea más útil", agregó el entrerriano, que podría reciclarse como candidato a diputado o acaso sueñe con que Cristina lo incorpore en alguna de las fórmulas presidenciales como candidato a vice.

Quien por ahora sigue resistiendo la idea de Cristina de reducir el número de aspirantes a la Presidencia  y exige que haya lugar para tres candidatos es el ministro de Defensa, Agustín Rossi.

El rosarino sabe que la idea de dos candidatos presidenciales, anticipada por LPO y confirmada ayer por Aníbal Fernández, es en realidad una forma de correrlo del camino a él, a  Urribarri y a Jorge Taiana, para que la competencia quede reducida a Daniel Scioli y Florencio Randazzo.