El Fondo Monetario Internacional (FMI) corrigió a la baja el crecimiento esperado de la economía argentina. De la estimación de 2,7% emitida en octubre, ahora el organismo pasó a prever 2,2% de mejora del PBI. Además, advirtió que la inflación estará "levemente" por encima de la meta fijada por el Banco Central y en ese escenario aconsejó mantener el "ajuste macroeconómico", en especial recomendó medidas por el lado de la oferta.

Con la firma Alejandro Werner, director del Departamento Hemisferio Occidental, el organismo publicó su informe sobre "Perspectivas para América Latina y el Caribe", en el que confirmó la revisión a la baja de las proyecciones para la economía argentina que habían sido anticipadas la semana pasada.

"Debido a que en los dos últimos trimestres de 2016 el producto creció menos de lo pronosticado, las proyecciones de crecimiento del PIB para 2016 y 2017 han sido revisadas a la baja, a -2,4 por ciento y 2,2 por ciento, respectivamente", puntualizó el documento del FMI.

Este pronóstico se ubica sustancialmente por debajo del crecimiento del 3,5% previsto por el Gobierno para 2017. Al respecto, Werner explicó que “Las diferencias en las proyecciones se deben principalmente a la incertidumbre y el desafío de un país que está atravesando un proceso de transformación tan importante” como el que atraviesa Argentina y en segundo lugar mencionó el efecto de las estadísticas distorsionadas del Indec en los últimos años “que dificultan la confección de modelos estadísticos (de predicción)”.

"Debido a que en los dos últimos trimestres de 2016 el producto creció menos de lo pronosticado, las proyecciones de crecimiento del PIB para 2016 y 2017 han sido revisadas a la baja, a -2,4 por ciento y 2,2 por ciento, respectivamente", puntualizó el FMI.

A la vez, destacó que “Los locales tienen más conocimiento detallado sobre la actividad local y conocimiento sobre la implementación de políticas en los próximos meses y también hay una mayor idea de las creencias de los inversores, las empresas y los consumidores basadas en información granular que nosotros no tenemos. Sin embargo, nuestras proyecciones tienen mayor información detallada de la economía internacional que también incorporamos y las perspectivas de cómo otras economías atravesaron procesos para la recuperación del crecimiento y la velocidad a la que lo lograron. Tenemos 189 miembros, lo que nos permite incorporar al pronóstico experiencias similares de otros países”, aseguró Werner en una posterior conferencia de prensa.

El pronóstico del FMI se sustenta en que esperan que los salarios mejoren en términos reales aviven el consumo interno y “que la mayor demanda externa estimule las exportaciones y la inversión pública aumente". También sostuvo que "espera" que los resultados "satisfactorios de la amnistía fiscal, estimulen en cierta medida la demanda interna y ayuden a cumplir las metas fiscales fijadas para 2016 y 2017".

Una mejora salarial en términos reales quiere decir que los sueldos se recuperen por encima de la inflación, lo que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, descartó de plano esta misma mañana en declaraciones al diario La Red: "Si el sector privado pagara aumentos por encima de la inflación sería porque está habiendo aumentos en la productividad y de nivel de actividad y si, caso contrario, abonara subas que no puede afrontar tampoco se estaría creciendo”.

Por su parte, Werner también explicó que “Nuestra proyección también contempla la información de la economía brasileña que, incluso recuperándose, lo hace sola al 2%. Y teniendo en cuenta que la economía argentina depende de las condiciones financieras a nivel internacional, también vemos el impacto de la contracción de estas condiciones.”

En efecto, para el 2016 el Gobierno había anticipado una suba del 1% y el FMI había anticipado una contracción  del 0,5%. Ninguno pronosticó una caída superior al 2%.

“En una situación tan incierta, al dar un pronóstico –dada la eficiencia que las estadísticas han tenido en el pasado-, me gustaría resaltar las similitudes que tienen los pronósticos, que pasan ambos de un -2,2% a un crecimiento positivo, lo cual es saludable; y en este sentido también coincidimos en que la recuperación se ha demorado en cierta medida, pero estamos seguros de, dados los cambios estructurales y los nuevos fundamentals, el crecimiento se va a ver en 2017”, señaló Werner. En efecto, para el 2016 el Gobierno había anticipado una suba del 1% y el FMI había anticipado una contracción del 0,5% al 1%. Ninguno pronosticó una caída superior al 2%.

A la vez, el documento instó a la "continuidad del ajuste macroeconómico" y "avances en el fortalecimiento del marco institucional" para "propiciar un repunte de la inversión privada", junto "una reforma por el lado de la oferta para reconstruir las bases que permitan lograr un crecimiento más vigoroso, sostenido y equitativo".

"La continuidad del ajuste macroeconómico y los avances en el fortalecimiento del marco institucional ayudarán a apuntalar la confianza de los inversionistas en las metas fiscal y monetaria y a propiciar un repunte de la inversión privada", indicó el FMI en su documento.

A su vez, el trabajo de Werner prevé que "la inflación descienda considerablemente, pero que permanezca levemente por encima de la meta fijada por el Banco Central (12 al 17 por ciento) para 2017", en línea con lo que vienen anticipando los resultados del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que confecciona mes a mes el Banco Central.